La relación diplomática entre Ecuador y Argentina se deterioró aún más con la decisión del primero en retirar al embajador argentino de su país. Como respuesta, tomaron la misma medida para con el representante ecuatoriano.
El conflicto radica en torno a la situación de María de los Ángeles Duarte Pesantes, ex ministra de Transporte y Obras Públicas, de Desarrollo Urbano y Vivienda, y de Inclusión Económica y Social, durante la presidencia de Rafael Correa (2007-2017).
La exfuncionaria fue condenada a ocho años de prisión por el delito de cohecho, en la causa por sobornos a empresas a cambio de contratos con el Estado. Por la misma causa, Correa fue condenado junto a otros integrantes de su gobierno, en lo que catalogaron como persecución política.
En tanto, María Duarte se encontraba alojada en la embajada argentina con sede en Quito hasta su escape a Caracas, Venezuela.
Como medida, el gobierno ecuatoriano Guillermo Laso, declaró como “persona no grata” al embajador Gabriel Fuks, por “desacato a las decisiones de la justicia”.
A través de un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores, completó: “La Cancillería de Ecuador ha concluido que se han violado la confianza mutua y la buena fe que deben imperar en la relación entre los Estados”.
Finalmente, la exministra arribó ayer a la sede diplomática de Argentina en Caracas, donde fue recibida por el embajador Oscar Laborde.
La respuesta de la Cancillería Argentina
Tras la decisión de Ecuador de retirar al embajador argentino de su país, el gobierno argentino emitió un rápido comunicado al respecto.
“El Gobierno argentino ha tomado con sorpresa y profunda tristeza la decisión del Gobierno de la República de Ecuador de escalar el desacuerdo existente con respecto a la situación de la Sra. María de los Ángeles Duarte Pesantes y llevarlo a nivel de perjuicio en la relación bilateral”.
En tanto, advierten que Duarte se fugó sin previo aviso, y que se informó de su huida en cuanto se pudo constatar, destacando que “no existe norma internacional alguna que obligara a las autoridades diplomáticas argentinas a ejercer custodia sobre la Sra. Duarte Pesante”.
A su vez, se marcó que el escape de Duarte del país fue posible “por inoperancia de las autoridades ecuatorianas”, que le permitieron “circular por Ecuador y partir desde ese país hacia el extranjero eludiendo los sistemas de control dispuestos por dichas autoridades alrededor de la Residencia de la embajada argentina en Quito”.
Finalmente, calificaron de “incomprensible” la solicitud de retirar al embajador Gabriel Fuks de Ecuador. En definitiva, comunicaron: “se ha decidido adoptar por nuestra parte la misma situación con respecto al Embajador ecuatoriano en Argentina”.
“El gobierno ecuatoriano me convirtió en su rehén política”
La ex funcionaria del gobierno de Rafael Correa, María Duarte, comunicó a través de redes sociales el motivo de la decisión de su fuga de Ecuador.
“Decidí dejar la embajada porque al negar el salvoconducto que me correspondía como asilada política, de acuerdo con la convención de Caracas de 1954 e impedir mi salida segura (salvoconducto), el gobierno ecuatoriano me convirtió en su rehén política”.
A su vez, consideró: “tuve que salir bajo riesgo, pero ejercí el derecho que me asistía”.
En tanto, agradeció a la Argentina “por haberme cobijado ante la persecución de los gobiernos de Lenin Moreno y Guillermo Lasso”.
Por último, cerró citando una frase de Martin Luther King: “la injusticia, en cualquier parte, es una amenaza a la justicia en todas partes”.