Este martes comenzó el juicio oral contra Américo Balbuena, integrante de la Policía Federal acusado de trabajar como infiltrado en la Agencia Rodolfo Walsh durante más de una década. A través de tres audiencias en Comodoro Py, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el juez Daniel Rafecas y los fiscales Carlos Stornelli y Ariel Quety tomarán declaraciones. Cabe mencionar que su espionaje ilegal, que implicó escuchas a organizaciones, no es el primero de este tipo.
En marzo de 2020, el ex juez Rodolfo Canicoba Corral firmó la elevación a juicio por obtención de información ilegal. Según esta investigación, el “corresponsal” de la Agencia recabó datos sobre diversas organizaciones durante sus 11 años dentro del medio.
Algunas de organizaciones espiadas fueron la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, Asociación Liberpueblo, Liga Argentina por los Derechos del Hombre, Movimiento CUBA-MTR y el Partido de los Trabajadores Socialistas. El letrado acusó a Balbuena, Alejandro Sánchez y Alfonso Ustares. Ambos fueron sus jefes dentro de la División de Análisis de Seguridad Interior de la Policía Federal.
De este modo, el juicio inició a las 12 en la Sala Amia de Comodoro Py, pero continuará en los próximos días. El miércoles habrá dos audiencias desde las 9.30 y el jueves será la última también a las 12. Hace algunos años, Balbuena explicó que su tarea era parte de un “hobby personal”.
Los principales puntos de la investigación
El implicado en la investigación ingresó a la Agencia Walsh en 2002 y se desempeñó en su función como “corresponsal” hasta 2013. Sin embargo, en su último año dentro del medio, el dato sobre su infiltración determinó el fin de su ejercicio periodístico.
La ex ministra de Seguridad, Nilda Garré, anunció el 5 de mayo de 2013 el inicio de una investigación sumaria contra Balbuena. Además, quedó apartado de la fuerza tras la denuncia. Vilma Ripoll, ex legisladora de la Ciudad de Buenos Aires, Néstor Pitrola, ex diputado nacional y sus compañeres de la Agencia se presentaron como denunciantes.
En consecuencia, “El Pelado” está acusado por delito de abuso de autoridad e incumplimiento de deberes como funcionario público por realizar tareas de inteligencia. Asimismo, se registró una infracción a la Ley de Inteligencia Nacional, Nº 25.520 por falta de requerimiento judicial para desarrollar su labor.
Durante las audiencias, estarán presentes les abogades querellantes en la causa. Myriam Bregman, Matías Aufieri, Liliana Mazea y Pablo Platkowski son les representantes del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CeProDH).
¿Cómo ingresó Américo Balbuena a la Agencia Walsh?
Balbuena concretó su ingreso porque conocía a Rodolfo Grinberg, director de la Agencia, desde el colegio primario. Ellos iban a grados diferentes, pero en la misma institución y luego se reencontraron en la escuela de periodismo Santo Tomás de Aquino. En 2001 se produjo una nueva reunión.
Durante una creciente crisis social y económica en nuestro país, ambos se cruzaron en una manifestación. A partir de allí, “El Pelado” ingresó a la Agencia para obtener información sobre decisiones políticas y planes de acción de las organizaciones.
Esta credencial usaba Américo Balbuena, infiltrado en la Agencia de noticias «Walsh», y desde ahí, espía de decenas de organizaciones.
— Myriam Bregman (@myriambregman) June 13, 2022
Pertenecía al mismo Cuerpo de Informaciones de la Federal que el famoso «Iosi», tan bien retratado en la serie y antes en un libro👇 pic.twitter.com/L0SswVPqZu
Él dedicó muchas horas de su trabajo para realizar las coberturas que le permitieron recopilar los datos centrales. Entonces, el equipo de trabajo comenzó a dudar. Balbuena explicó que realizaba su tarea ad honorem mientras vivía gracias a su trabajo en una empresa maderera familiar.
No obstante, en 2013 se descubrió que era un “pluma”, un infiltrado de la Policía dentro de un medio alternativo con una premisa clara. Marcelo Saín, ex titular de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), determinó el inicio del fin de la tarea del infiltrado.
En 2010, reportó la existencia del Cuerpo de Informaciones de la Policía Federal a través de la denuncia conocida como “los intocables”. Tres años después, inició la investigación y diez años más tarde, comenzó el juicio oral.