La violencia vigente entre les israelíes y Palestina se encuentra en aumento, sobre todo en los últimos meses, tras cocinarse un nuevo conflicto a fuego lento. Incluso, algunos expertos temen que se encuentre a punto de estallar.
Estos indicios se pusieron en manifiesto el último miércoles, cuando Israel atacó posiciones del grupo islamista palestino Hamas en la Franja de Gaza, hecho que dejó un saldo de seis muertos.
Desde Israel aseguraron que hallaron un artefacto explosivo y lo detonaron en represalia por el intento de ataque con la bomba, pese a que ningún militar había resultado herido.
El bombardeo se produjo en la ciudad de Jenin, al norte de Cisjordania. La violencia armada en Israel y Cisjordania tuvo un aumento notable en 2022, que se convirtió en el año con mayor número de muertes desde que concluyó la segunda intifada en 2005.
En aquella operación, 18 años atrás, perdieron 11 palestinos la vida. Entre los fallecidos en el reciente operativo israelí se encontraba un palestino de 49 años miembro de Hamas. Este se hallaba acusado de asesinar a dos colonos la semana pasada cerca del poblado palestino de Hawara, según expresó el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
Durante el último año han aumentado los ataques de militantes palestinos en Israel, además de las redadas y los arrestos en Cisjordania por parte de las fuerzas israelíes.
Este inicio de 2023 es el más mortífero del conflicto palestino-israelí desde el año 2000, y ya son al menos 70 los palestinos muertos. Once de ellos se produjeron en un solo día hace dos semanas, al cabo de varios incidentes violentos de distinta índole con el ejército israelí.
Declaraciones ante el conflicto
La escalada de violencia hizo que se activaran las alarmas internacionales y se produjeran varios llamados en pos de la calma en el territorio. Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y varios países de Latinoamérica, incluyendo Argentina, emitieron comunicados en búsqueda de una tregua.
El Consejo de Seguridad de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) aprobó una declaración el pasado mes de febrero, en donde exigían el fin de los ataques. El miércoles, el enviado de la ONU para conflictos en Medio Oriente, instó a ambos países a detener inmediatamente la creciente violencia.
«Estamos en medio de un ciclo de violencia que debe detenerse inmediatamente», señaló el diplomático noruego Tor Wennesland. Y agregó: «El Consejo de Seguridad habló con una sola voz al pedir a las partes que muestren calma y moderación. Y que se abstengan de cualquier provocación, incitación a la violencia o declaraciones incendiarias».
Respecto al episodio del pasado miércoles, Wennesland comentó: «Me alarman los acontecimientos que se produjeron ayer durante una operación israelí en Yenín, que se saldó con intercambios armados entre las fuerzas de seguridad israelíes y palestinos armados».
«Estoy horrorizado por los ataques de colonos israelíes contra palestinos hace dos días en Huwara. Israel, como potencia ocupante, debe garantizar que se protege a la población civil y que los responsables rindan cuentas», agregó Wennesland.
Daniel Byman, investigador del Centro sobre Políticas de Medio Oriente del Brookings Institution, publicó un artículo en la revista Foreign Affairs acerca del conflicto.
«La última vez que israelíes y palestinos tuvieron verdaderas esperanzas de paz fue a fines de la década de 1990. Desde entonces, ambas partes se han vuelto cada vez más escépticas», manifestó el investigador.
Penosamente, los dichos de Byman se respaldan con los comunicados del grupo que gobierna la Franja de Gaza: “Prometemos más ataques dolorosos en nuestra tierra ocupada mientras la agresión (israelí) continúe y sus crímenes se agraven”.