Este miércoles 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras, la organización feminista Mujeres de la Matria Latinoamericana (MuMaLá) se hizo presente en las calles de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
La organización popular, federal y disidente, perteneciente al movimiento Libres del Sur, se encarga de llevar a cabo el Registro de Femicidios y Trans/Travesticidios a nivel nacional.
Nota al Pie estuvo presente junto a MuMaLá y entrevistó a su referente, Victoria Aguirre, quien declaró: “Seguimos denunciando este acuerdo con el FMI (Fondo Monetario Internacional) que es fraudulento y que a nosotras nos deja más aún en la línea de la pobreza, exigimos la formalización de empleo, el acceso a nuevos empleos y sobre todo que dejen de matarnos. Nos mata la pobreza y nos mata el machismo”.
Las reivindicaciones de MuMaLá
En esta séptima edición del Paro Nacional del 8M, MuMaLá continúa su lucha por el cese de los crímenes contra mujeres y disidencias. A su vez, visibiliza sus reclamos, tales como la declaración de la Emergencia Nacional por violencia de género. La organización avanzó sobre la calle Avenida de Mayo, rodeada de cientos de agrupaciones feministas que alzaron la voz en contra de los femicidios y en memoria de aquellas ausentes por ser víctimas de la violencia machista.
A su vez, desde MuMaLá denuncian que las mujeres y disidencias son el sector más golpeado por la crisis económica. En este sentido, el ajuste fiscal llevado a cabo por el Gobierno Nacional profundiza la pobreza, la precarización y la desocupación en este sector.
En este sentido, Aguirre sostuvo que el 70% de los hogares en Argentina son monomarentales, donde la mujer materna sola a les hijes y se hace cargo del hogar. “Ahí es donde se ve el ajuste y ahí es donde la plata, donde el plato de comida falta, hablamos de niños y niñas que comen una vez al día”, denunció.
En camino hacia la Plaza de Mayo, donde se realizó el acto de cierre de la marcha con la lectura de un documento común a todas las organizaciones, la caravana de MuMaLá desplegó un cartel con la consigna “el ajuste es violencia”.
La feminización de la pobreza
Las mujeres y disidencias alzan la voz para señalar que el ajuste económico también es violencia, porque es una política que profundiza las desigualdades sociales y de género.
En una economía en crisis, se distingue la llamada “feminización de la pobreza”, ya que las mujeres son quienes perciben los sueldos más bajos de la sociedad. Tanto las trabajadoras formales como las mujeres desocupadas que reciben salarios sociales ven cómo sus ingresos se desvalorizan frente a la inflación.
Enmarcadas en esta realidad, las mujeres dan respuesta a la ausencia del Estado. Los recortes en educación, salud y seguridad social dejan problemáticas sin resolver de las que estas terminan haciéndose cargo. Esto se expresa, sobre todo, en las tareas de cuidado y labores comunitarias, como el trabajo en comedores y merenderos populares.
Otro eje de la desigualdad: el trabajo
Bajo esta misma línea, las mujeres perciben cada vez más dificultades para ingresar al mercado de trabajo remunerado. Asimismo, los obstáculos para acceder y permanecer en el sistema educativo se multiplican y profundizan.
Las mujeres sufren mayores tasas de desempleo, una sobrerrepresentación en los trabajos precarizados y salarios un 25% más bajos, en comparación con sus pares masculinos. Sumado a esto, el sector del género femenino que se encuentra en el mercado laboral llega a sus casas para enfrentar una segunda jornada: el trabajo doméstico y de cuidados.
Al respecto, la referente de MuMaLá sostuvo que “dentro del empleo joven hay un 18% más de varones jóvenes que acceden a empleo. Las mujeres jóvenes, en cambio, realizan tareas de cuidado que no son visibilizadas, no son pagas y nos saca de la línea del empleo formal, porque no tenemos posibilidades de sostener un cuidado de las infancias. Si no, tenemos que pagarle a otra mujer precarizada para que lo realice por nosotras”.