Al noreste de la península antártica, en cercanías a la Base Antártica Marambio, se alzaron dos nuevas instalaciones con el fin de impulsar el trabajo de investigadores y grupos científicos. Las estructuras, que se encuentran en la Isla Vega y la Isla Cerro Nevado, fueron diseñadas para construirse en pocos días.
Los materiales fueron trasladados a bordo de los helicópteros Sea King durante el domingo y lunes últimos. Además, tres laboratorios serán construidos en las bases Esperanza, San Martín y Orcadas a lo largo del corriente año.
El proceso fue acompañado por el Rompehielos ARA “Almirante Irízar” que intervino en la logística para garantizar el despliegue de los materiales.
Los dos refugios y los tres laboratorios conforman la primera etapa del proyecto “Laboratorios Antárticos Multidisciplinarios” y son respaldados por el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación, la Fundación General Manuel N. Savio, el Instituto Antártico Argentino (IAA) y el Comando Conjunto Antártico (COCOANTAR).
La iniciativa surge de un acuerdo firmado este martes por los ministros de Ciencia, Daniel Filmus, de Defensa, Jorge Taiana, y de Relaciones Exteriores, Santiago Cafiero. El proyecto fue presentado en la sede de la cartera de Defensa, donde se anunció que los “refugios” fueron ideados y supervisados por ingenieros del Ejército dentro del marco del Programa Federal Construir Ciencia.
Monitoreo de glaciares y aves antárticas
Los “refugios laboratorio” son de estructura rectangular de 2,60 metros de alto por 2,40 de ancho. Poseen una cobertura plástica en su exterior y una chapa de plástico como revestimiento interior; ambas mediadas con fibra de vidrio. Las estructuras cuentan con una escalera de acceso, ventanas y un baño fuera del laboratorio.
Asimismo, las construcciones cumplen con medidas de protección ambiental dispuestas por mecanismos internacionales con injerencia en la Antártida. El proyecto con base en Isla Vega se desarrolla en el marco del impacto de cambios climáticos recientes en los glaciares de la península. El objetivo es determinar el balance de masa, monitorear los cambios dinámicos en los glaciares y sus efectos.
El caso de la isla Cerro Nevado se corresponde con un proyecto biológico que tiene bajo observación a la colonia más septentrional de pingüinos emperadores. Estas aves antárticas presentan efectos causados por el calentamiento global. En este contexto, el estudio intenta relevar determinados parámetros de esta especie, expuesta a condiciones locales, y analizar sus respuestas a los cambios.
En este sentido, el abordaje del estudio incluye el monitoreo del tamaño de las colonias, su reproducción y las variaciones en la alimentación. Por otro lado, se identifican y analizan las actividades de aves exóticas o foráneas del continente antártico. La utilidad de los refugios consiste en facilitar el trabajo de les participantes en el terreno y sustituyen a los tradicionales campamentos.
Más de 70 años de construcción de bases y refugios
Las actividades argentinas en el continente blanco se desarrollaron desde las bases, refugios y campamentos establecidos en la superficie antártica, cuyo despliegue lleva más de siete décadas. Así como también, las tareas y observaciones se realizan desde los buques equipados con instrumental para investigación en ciencias marítimas.
Argentina es un país pionero en la implementación de estas estructuras, las cuales fueron desarrolladas por la Armada Argentina, el Ejército y la Fuerza Aérea. La primera de ellas se trata del refugio Caleta Péndulo de Puerto Foster en Isla Decepción, creada por la Armada el 19 noviembre de 1947.
Desde esa fecha hasta el presente se construyeron casi 70 refugios, algunos de los cuales quedaron inhabilitados, desaparecieron bajo el hielo o se transformaron en bases, como el caso del refugio naval Petrel. Actualmente, esta base, instalada en 1952, se encuentra en proceso de recuperación y fortalecimiento.
Algunos de los lugares que subsisten son cabañas y están consideradas como espacios alternativos. Son útiles para la supervivencia, están aprovisionadas con víveres, camas, baños, botiquín de primeros auxilios, combustible y otros insumos. Las campañas militares las inspeccionan y mantienen durante el verano, en tanto que en invierno están a cargo de los equipos residentes.
Las otras tres instalaciones proyectadas en la Antártida
Los tres laboratorios restantes que se instalarán en las bases Esperanza, San Martín y Orcadas van a permitir un avance significativo en el trabajo científico y tecnológico de la península antártica. El propósito de las instalaciones es trascender las actividades estacionales que, hasta el momento, concentraban gran parte de sus tareas durante los meses estivales.
Un ejemplo de este objetivo es la Base Carlin, que posee facilidades para desarrollar tareas y actividades durante todo el año. Se estima que con las tres nuevas instalaciones, en estos puntos geográficos, se va a multiplicar la capacidad de producir Ciencia en la región de la Antártida Argentina.
Respecto del despliegue de estos tres dispositivos, las autoridades nacionales destacan que contribuyen y apuntalan el sostenimiento de la presencia argentina en el Atlántico Sur y en la Antártida. En este sentido, se asimila el concepto de desarrollo al de soberanía nacional en la región.