A un año del inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania, el conflicto parece no hallar una salida y se ha cobrado la vida de miles de personas. También ha obligado a que otros millones deban abandonar sus casas y ha reducido ciudades enteras a las ruinas.
Además, la guerra ha dividido al mundo en dos bloques en los que el diálogo y la diplomacia parecen no haber surtido efecto. En ese marco, los encarnizados combates en Ucrania continúan día tras día afectando principalmente a las economías del mundo entero.
El inicio de la guerra
El 24 de febrero de 2022, hace ya un año, las tropas rusas invadieron Ucrania desde la frontera este. En simultáneo, las principales ciudades del país, incluyendo Kiev, la capital, fueron bombardeadas, según informó Télam.
Ese mismo día, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ordenó la movilización del Ejército ucraniano y prometió quedarse en Kiev para liderar la resistencia. Cabe destacar que, pese a los avances iniciales de Moscú, Rusia no consiguió tomar la capital ucraniana.
En ese marco, la idea de que el conflicto ruso-ucraniano sería una guerra relámpago y que no duraría mucho tiempo comenzaba a esfumarse. Con ella, se avecinaron severas sanciones económicas por parte de Occidente para debilitar al Kremlin.
Así, el 26 de febrero, dos días más tarde de iniciado el conflicto, Occidente anunció una serie de sanciones contra Rusia y ofreció ayuda militar a Ucrania. También la Unión Europea (UE) cerró los espacios aéreos a los aviones rusos y expulsó a Rusia de los eventos deportivos y culturales.
El 28 de febrero, durante el primer diálogo de paz entre Kiev y Moscú en Bielorrusia, las autoridades rusas ordenaron el reconocimiento de su soberanía en la península de Crimea.
También exigieron la “desmilitarización” y “desnazificación” de Ucrania, y la garantía de que dicho país nunca entraría a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Por su parte, desde Kiev demandaron la retirada de las tropas rusas de su territorio y reiteraron el pedido de un alto el fuego.
Jersón bajo control ruso
El 3 de marzo, Jersón se convirtió en la única capital de provincia que cayó bajo control ruso cinco días después de iniciada la guerra. En simultáneo, las tropas rusas bombardearon otras localidades como la ciudad portuaria de Mariúpol, en Donetsk.
El mortal ataque en el teatro de Mariúpol
El 16 de marzo, autoridades ucranianas reportaron un ataque ruso en un teatro de Mariúpol. El mismo dejó como víctimas a unas 300 personas que se refugiaban en su interior, y fue caratulado como un “claro crimen de guerra” según una investigación realizada por organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional. No obstante, desde Moscú atribuyeron el ataque al batallón nacionalista ucraniano Azov.
Entre el 2 y 3 de abril, tras más de un mes de combate, Rusia decidió retirarse del norte de Ucrania e informó que sus nuevos esfuerzos se centrarían en la conquista de la región oriental del Donbás, que incluye a Donetsk.
Masacre en Bucha
Por esos primeros días de abril, les ucranianes descubrieron decenas de cadáveres de civiles desparramados por la calle o enterrados en fosas poco profundas en Bucha, perteneciente a la óblast de Kiev, zona que las fuerzas rusas habían ocupado.
Las imágenes del horror en Bucha provocaron el repudio y la condena internacional inmediata de otros países, pero Moscú rechazó, una vez más, las acusaciones de crímenes de guerra y aseguró que las imágenes de los cuerpos eran falsas.
Ataque en una estación de tren de Kramatorsk
El 8 de abril, un ataque con cohetes contra una estación de tren en la ciudad de Kramatorsk, perteneciente al óblast de Donetsk, dejó 57 civiles muertos. Las personas fallecidas esperaban un tren para ser evacuadas de la región ocupada por las fuerzas rusas. Desde entonces, Kiev y Moscú se han culpado mutuamente sobre la autoría del hecho.
El 12 de abril del año pasado, el presidente estadounidense, Joe Biden, acusó a Rusia de cometer un genocidio en Ucrania. Las declaraciones de Biden se dieron en un acto en Iowa, en el que se refirió a Vladímir Putin como un dictador.
“Sí, lo llamé genocidio, porque cada vez está más claro que Putin está tratando de eliminar la idea de poder ser ucraniano”, dijo Biden por ese entonces. A su vez, agregó que “las evidencias se van acumulando. Son diferentes a las de la semana pasada, van saliendo más evidencias de las cosas horribles que los rusos han hecho en Ucrania”.
“Y vamos a ir viendo más y más sobre esa devastación. Dejaremos que los abogados decidan internacionalmente si se califica así o no, pero a mí desde luego me lo parece”, expresó el mandatario estadounidense.
El hundimiento de un buque ruso
El 14 de abril, dos misiles Neptune ucranianos alcanzaron y hundieron el buque ruso Moskva en el Mar Negro. Ucrania se atribuyó el ataque perpetrado al imponente barco de 186 metros de longitud, aunque las autoridades rusas, sin hacer ninguna mención a la agresión, responsabilizaron la causa de su explosión a un incendio. Se trató de un importante revés para Moscú durante el conflicto.
En tanto, el 18 de mayo, tras décadas de no alineamiento militar, Finlandia y Suecia solicitaron su ingreso a la OTAN.
El 21 de mayo, Rusia anunció que había tomado el control de la ciudad de Mariupol, situada a orillas del mar de Azov. En ese marco, 2.500 soldados ucranianos se rindieron y se convirtieron en prisioneros de guerra.
Rusia se hace de parte de Severodonetsk
Diez días más tarde, el 31 de mayo, las tropas rusas se apoderaron de parte de la ciudad de Severodonetsk, al este de Ucrania. En ese contexto hostil, cada vez más personas comenzaron a huir de las tropas rusas y se estima que al día de hoy 8 millones de ucranianes abandonaron el país desde el inicio de la guerra.
El 2 de junio, a cien días de la guerra, Zelenski informó que cerca del 20% del territorio de Ucrania estaba bajo control ruso. Además, el mandatario ucraniano afirmó que el Donbás estaba “casi completamente destruido”.
El bloqueo de exportación de cereales en Ucrania
Siete días más tarde, el 9 de junio, Zelenski volvió a advertir que millones de personas de todo el mundo podrían morir de hambre si Rusia no permitía a Ucrania exportar cereales desde sus puertos.
Dicha medida ha dejado una grave crisis alimentaria mundial y se ha convertido en una de las consecuencias de mayor alcance de la guerra en Ucrania, ya que es uno de los mayores productores de trigo en el mundo. Junto a Rusia, el país europeo exportaba, antes del conflicto, una cuarta parte del trigo mundial.
Ya el 25 de junio, Rusia conquistó toda la ciudad este de Severodonetsk. Tres días más tarde, el 28 de junio, Turquía anunció el apoyo del ingreso a la OTAN de Finlandia y Suecia tras haberse opuesto inicialmente. Al día siguiente, la alianza invitó formalmente a ambos países a unirse durante una gira de Biden por Europa.
Asimismo, el 30 de junio el presidente estadounidense y los demás líderes de la OTAN resolvieron reforzar el lado Este de la alianza ante la amenaza de Rusia.
El abandono de las Isla de las Serpientes
Durante el 1 de julio, las fuerzas rusas abandonaron las Isla de las Serpientes, ubicadas en el mar Negro, un lugar estratégico. La decisión se tomó tras reiterados ataques de Ucrania, aunque desde Moscú aseguraron que el retiro se trató de un gesto de “buena voluntad”.
Dos días más tarde, el 3 de julio, Rusia conquistó la ciudad ucraniana de Lisichansk, situada al Este, y con ello todo Lugansk.
Asimismo, el 6 de julio, en su intento de avanzar en territorio ucraniano, Rusia inició otra ofensiva en la región de Donetsk contra las últimas ciudades del Donbás controladas por Ucrania, entre ellas Sloviansk y Kramatorsk.
El 11 de julio, Vladímir Putin firmó un decreto que simplificó el proceso de obtención de la ciudadanía rusa. El mismo estuvo destinado a todes les residentes de Ucrania.
Un nuevo acuerdo para la salida de cereales
El 22 de julio, Kiev y Moscú firmaron en Estambul un nuevo acuerdo mediado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y Turquía, lo que permitió la salida de cereales desde Ucrania. La decisión se tomó tras el bloqueo por parte de Rusia meses antes y ante la escalada de la crisis alimentaria a nivel global.
De esta forma, el 1 de agosto, el primer buque con granos zarpó del puerto de Odesa, situado al sur de Ucrania, tras el tratado entre ambos países.
Bombardeos a la planta nuclear de Zaporiyia
El 5 de agosto, Ucrania y Rusia se acusaron mutuamente de una ola de bombardeos a la planta nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa y la cual está bajo control de tropas rusas desde el inicio del conflicto.
Un día más tarde, el 6 de agosto, el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el argentino Rafael Grossi, alertó al Consejo de Seguridad de la ONU del riesgo de un “desastre nuclear” en dicha central.
El 9 de agosto, otra explosión sacudió una base aérea de Rusia en Crimea, lo que generó la muerte de dos personas. Según autoridades rusas se trató de un estallido “accidental de municiones”.
Cinco días más tarde, el 14 de agosto, EE.UU, y otros 41 países firmaron una declaración en la que exigieron la “retirada inmediata” de Rusia de la planta nuclear de Zaporiyia.
El 16 de agosto se registraron varías explosiones en un depósito de municiones ruso en Crimea. Según autoridades rusas, se trató de un “acto de sabotaje” por parte de Ucrania.
Dos días más tarde, el 18 de agosto, Zelenski recibió al secretario general de la ONU, António Guterres y al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan en Ucrania. El objetivo de dicho encuentro fue hablar del acuerdo de exportaciones de cereales y garantizar la seguridad en la central nuclear de Zaporiyia.
El 20 de agosto, Darya Dugina, hija del ideólogo nacionalista ruso Alexander Dugin, murió tras la explosion de un coche bomba en las afueras de Moscú. Las autoridades rusas culparon a Ucrania por el atentado.
Nueve días más tarde, el 29 de agosto, Ucrania lanzó una contraofensiva a gran escala en Jersón.
La OIEA inspecciona Zaporiyia
El 1 de septiembre, la OIEA decidió inspeccionar la central de Zaporiyia y establecer una presencia “continuada”, dejando parte de su equipo de trabajo en la planta.
Contraofensiva en Járkov
El 6 de septiembre, las fuerzas ucranianas lanzaron una contraofensiva en la ciudad de Járkov. Este contraataque obligó a Rusia a retirarse de zonas que había controlado durante meses.
Referéndums
El 20 de septiembre se llevaron a cabo una serie de referéndums de adhesión a Rusia en cuatro provincias ucranianas: Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia. Dicha iniciativa fue calificada como una “farsa” por parte de Kiev y Occidente.
Un día más tarde, Putin ordenó la “movilización parcial” de 300.000 reservistas del Ejército. Dicha medida, según precisó Télam, ha conllevado a que cientos de miles de rusos huyeran a países vecinos.
Las explosiones en los gasoductos Nord Stream 1 y 2
El 26 de septiembre se registraron una serie de explosiones en las tuberías submarinas de los gasoductos Nord Stream 1 y 2, que unen a Rusia con Europa. En ese marco, tanto Moscú como las potencias occidentales se han acusado mutuamente del presunto sabotaje.
El 30 de septiembre, tras los referéndums, Putin firmó la adhesión a Rusia de las provincias ucranianas de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia.
Ataque en el puente de Crimea
El 8 de octubre, un camión cargado de explosivos estalló en el puente que unía la península de Crimea con el territorio continental ruso. Dicho ataque fue atribuido a Kiev por parte del Kremlin.
El 10 de octubre, y en represalia, Rusia respondió bombardeando centrales eléctricas e infraestructuras en diferentes ciudades de toda Ucrania, incluida la capital, Kiev. Como consecuencia de los ataques, grandes sectores del país quedaron sin electricidad y agua.
La retirada de Rusia en Jersón
Casi un mes más tarde, el 9 de noviembre, Rusia anunció la retirada de la ciudad de Jersón y abandonó la única capital provincial que había conquistado hasta el momento.
El 5 de diciembre, Rusia afirmó que Ucrania utilizó aviones no tripulados para atacar dos bases de bombarderos de largo alcance en territorio ruso. Las autoridades ucranianas negaron las acusaciones del Kremlin.
Zelenski viaja a los Estados Unidos
Durante el 21 de diciembre, Zelenski viajó a los Estados Unidos donde se reunió con Biden, y brindó un discurso en el Congreso. Se trató del primer viaje al extranjero desde el inicio de la guerra. En el encuentro, EE.UU. anunció un nuevo paquete de ayuda militar a Ucrania, el cual incluyó el envío del sistema de defensa antiaérea Patriot.
El 1 de enero, decenas de soldados rusos recién movilizados perdieron la vida durante un ataque ucraniano llevado a cabo en la ciudad del este de Makiivka.
Doce días más tarde, el 13 de enero, Moscú reivindicó la conquista de Soledar, vecina a la ciudad estratégica de Bajmut.
El 25 de enero, tras varias semanas de debate, Alemania autorizó el envío de tanques de combate Leopard a Ucrania. También Biden afirmó que Estados Unidos enviaría tanques Abrams M1.
Por su parte, desde Moscú calificaron la decisión de los países de Occidente y de la OTAN como “extremadamente peligrosa”, y afirmaron que dicha ayuda “llevará al conflicto a un nuevo nivel de confrontación”.
El 8 de febrero, Zelenski realizó una nueva gira de dos días por Europa, donde visitó Londres, París y Bruselas. Su objetivo fue consolidar el apoyo internacional a Ucrania antes de cumplirse el primer aniversario de la guerra.
Por último, el 20 de febrero Biden visitó Kiev y se comprometió a brindar un nuevo apoyo de 500 millones de dólares adicionales en ayuda militar. Esto incluye proyectiles para obuses, misiles antitanque y radares de vigilancia área, aunque desestimó el envío de armamento avanzando nuevo.