El pasado jueves, comenzó la etapa de alegatos en el segundo juicio por el crimen de Lucía Pérez. En su alegato, el titular de la Unidad Funcional de Instrucción N° 7 pidió prisión perpetua para el principal acusado del crimen. Al igual que en fechas anteriores, familiares y organizaciones estuvieron presentes fuera del tribunal y exigieron justicia.
El fiscal Leandro Arévalo leyó su alegato durante dos horas ante el Tribunal Oral en lo Criminal 2 (TOC 2) de Mar del Plata. Pidió la pena de prisión perpetua para Matías Farías (29), el principal acusado de abusar sexualmente de la adolescente de 16 años y asesinarla. Mientras que solicitó 20 años de cárcel para el hombre imputado como presunto cómplice, Juan Pablo Offidani (47).
De esta forma, consideró que en el juicio iniciado el pasado 7 de febrero quedó demostrada la responsabilidad de los acusados. Los mismos son juzgados por el delito de “abuso sexual con acceso carnal agravado por resultar la muerte de la persona ofendida, por el suministro de estupefacientes y en el marco de un contexto de violencia de género, en concurso ideal con femicidio”.
La violencia de género y la deuda de la Justicia
Lucía Pérez fue asesinada en octubre de 2016 en la ciudad de Mar del Plata. Su caso fue uno de los más estremecedores de los últimos años en materia de género y generó un paro nacional de mujeres. En el primer juicio, realizado en 2018, los responsables recibieron una condena sólo por la venta ilegal de estupefacientes. Es decir, que fueron absueltos por el asesinato y abuso sexual.
El pasado 14 de febrero hubiera cumplido 23 años. Sin embargo, fue dejada sin vida en una sala de primeros auxilios cuando tenía 16. Durante todos estos años, la lucha de la familia y el apoyo de las organizaciones feministas presionó al sistema judicial para exigir una condena.
En este segundo juicio, el fiscal pidió “disculpas en nombre del Ministerio Público Fiscal” por las “falencias” del primer juicio. Durante el alegato, Arévalo puso el foco en la situación de vulnerabilidad de Lucía. Por ello, resaltó su condición de menor, de mujer y de consumidora. “No está en igualdad de condiciones con aquel que se dedica a la venta de estupefacientes”, sostuvo. Además, resaltó que mantenía “una deuda dineraria” por la compra previa de drogas.
Esta etapa se transmitió por una pantalla gigante a decenas de personas que se acercaron a los tribunales de Mar del Plata. Mientras que en la sala estuvieron presentes los padres de Lucía, Marta Montero y Guillermo Pérez. Ellos fueron acompañados, entre otros, por el papá de Natalia Melmann, la adolescente violada y asesinada por policías en Miramar en febrero de 2001, y Sergio Maldonado, hermano de Santiago.
El apoyo de las organizaciones y la lucha colectiva
Al terminar la jornada, Marta Montero se acercó a quienes esperaban fuera del tribunal. Como en cada audiencia y manifestación, llevaba puesto su pechero blanco con la foto de su hija y el pedido que sostiene desde 2016: “justicia”.
En el escenario que se levantó en la puerta de los tribunales dijo: “Nosotros no venimos a hacer lío; el poder judicial no es nuestro enemigo. El poder judicial nos va ayudar a poder encontrar la verdad y la justicia para Lucía”.
“No tengo más que agradecer a todos, ya escucharon los alegatos. Yo estoy totalmente convencida que los dos son culpables, que fue un femicidio. Y que tanto uno como el otro deben llevar una perpetua”, finalizó.