A días de que se cumpla un año del comienzo de la guerra que involucra a Rusia y Ucrania, el cese del fuego parece aún una proyección lejana. Hasta el momento, ambos países han atacado y contraatacado con artillería de todo tipo.
No obstante, el país de Vladimir Putin gana cada vez más terreno en la región ucraniana de Donbass. Ante el avance de las tropas rusas, principalmente en las provincias de Lugansk y Donetsk, la situación de Ucrania parece agravarse.
Según informó el Ministerio de Defensa ruso, el ejército ya atravesó dos líneas defensivas ucranianas en Lugansk. Como consecuencia, las tropas de ese país retrocedieron tres kilómetros, dejando abandonados equipamiento y cuerpos de soldados muertos.
La palabra de la OTAN
Al respecto de los ataques, durante un encuentro desarrollado en la sede que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) tiene en Bruselas, el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, expresó su preocupación y solicitó más colaboración.
En ese sentido, sostuvo que “la situación en la línea de frente, y en particular en las regiones de Donetsk y Lugansk, sigue siendo extremadamente difícil”. A su vez, agregó que “literalmente es una batalla metro a metro”.
A pesar de que los aliados de Ucrania se comprometieron en intensificar el flujo de municiones y blindados que el país necesita, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, advirtió que se utiliza un cargamento superior a la capacidad actual de producción de la alianza militar. “El ritmo actual de gasto en municiones de Ucrania es muchas veces mayor que nuestro ritmo actual de producción. Esto pone a nuestras industrias de defensa bajo presión”, explicó.
Las consecuencias de la guerra
Por orden de Vladimir Putin, el 24 de febrero de 2022 Rusia atacó Ucrania bajo el argumento de defender a les rusoparlantes que habitaban en Donbass. Al respecto del conflicto, en reiteradas conferencias el mandatario ha mantenido su postura estricta y acusó a la OTAN de tener “ambiciones imperiales”. En ese sentido, aseguró también que desde dicha organización buscan afirmar su “hegemonía” a partir de la guerra.
“Ucrania y el bienestar del pueblo ucraniano no son el objetivo de Occidente ni de la OTAN, sino un medio para defender sus propios intereses”, aseguró el presidente ruso.
Hasta el momento, las consecuencias producto del enfrentamiento no sólo afectan a los países involucrados, sino que continúan causando estragos en la economía global. De hecho, organismos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) destinados a la ayuda humanitaria (OCHA) y les refugiades (Acnur) solicitaron a la comunidad internacional 5.600 millones de dólares para ayudar a les afectades directamente por la guerra.
La cifra también incluye unos 1.700 millones de dólares para asistir a más de 4 millones de refugiades en otros países. En total, el pedido es uno de los más grandes de su tipo para un solo país, después de los de Yemen y Afganistán.
La Unión Europea prepara sanciones para Rusia
Por su parte, este miércoles desde la Unión Europea (UE) anunciaron que pronto darán a conocer las sanciones contra Rusia e Irán por USD 11.800 millones.
En ese sentido, la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, informó que las sanciones que están discutiendo prevén restricciones a la exportación de “múltiples componentes electrónicos”. Entre ellos, elementos necesarios en los sistemas de armamento de Rusia, tales como drones, misiles y helicópteros.
Además del país que gobierna Putin, la CE propuso sancionar a empresas iraníes vinculadas a la Guardia Revolucionaria que fabrican los drones que Teherán entregó a Moscú para bombardear Ucrania.
“Por primera vez proponemos sancionar también a entidades iraníes, incluidas las vinculadas a la Guardia Revolucionaria de Irán”, expresó Von der Leyen.