Zumba es la gimnasia que consiste en bailar variadas coreografías, con canciones que van desde la salsa, la el reggaetón, la samba, la cumbia, el hip hop y el merengue, entre otras. Logró mucha popularidad, en más de 180 países, llegó a Argentina en 2013 y el 90% de los gimnasios porteños la implementaron desde esa época.
En ese marco surgió la iniciativa de formar instructores, con la posibilidad de forjar una carrera con una rápida y efectiva salida laboral que permite ofrecer clases presenciales o virtuales.
El mentor de Zumba, es el colombiano Beto Pérez, que registró la marca en 2001 y es conocido por ser el instructor de la cantante Shakira. El coreógrafo visitó Argentina en 2016 y en 2018, ofreció una clase muy concurrida en el Pabellón Azul del predio La Rural del barrio de Palermo en la Ciudad de Buenos Aires, de la mano de la ex modelo y conductora de televisión Jésica Cirio.
Beto Pérez dijo al diario Uno, en ese entonces, que el nombre zumba surgió en un café, cuando se encontraba con un amigo. “La gente al bailar este ritmo, se va contenta, hace amistades en las clases, se puede quemar hasta mil calorías, en una de ellas, aunque esa no sea esa su finalidad”, contaba.
Acotó que no hace falta saber bailar: “en vez de tomar alcohol, tomen agüita y en vez de trasnochar, vayan a esta clase, a divertirse y pasarla bien”.
Zumba: Salud en movimiento para empezar el día con alegría
Nota Al Pie conversó con el instructor Maxy Torena, profesor de zumba desde el 2014, que trabaja como en el programa Plazas Activas del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Torena relató que “la gente disfruta mucho de las clases porque se baila todo, sobre todo hay mucho humor. En mis clases, uso música actual; canto; me río; y hago chistes mientras bailamos. Nadie es más que nadie, no importa si no te salen los pasos, lo que más me gusta es que todos nos dejamos llevar por la música”.
Torena que también da clases particulares (con un costo de 350 pesos por encuentro), en diversos parques de la Ciudad, agregó que es recomendable bailar zumba dos o tres veces por semana. “También hay alumnas, que lo hacen todos los días. No es solo para mujeres, aunque son las que más asisten. Los hombres también se animan, aunque no tanto como las damas. Muchas, llevan a sus hijos, nietos pequeños y se contagian. Acá durante dos horas seguidas, se olvidan los problemas”, expresó.
En cuanto a los beneficios, recalcó que se dividen en dos partes: “en la salud, porque aumenta la autoestima, mejora la calidad de sueño, disminuye la presión arterial, aumenta niveles de colesterol bueno, fortalece la parte ósea, evitando riesgo de fracturas y en lo social, mejora el rendimiento físico y la memoria. Sobre todo se crea un vínculo amistoso entre los alumnos y profesores. Eso es lo que más disfruto”.
Por otro lado, puntualizó que a muchas personas no les llama la atención correr ó hacer gimnasia, por lo que bailar coreografías “es muy apetecido porque las canciones van cambiando y el cuerpo se mueve solo”.
«Tengo una frase que siempre digo a mis alumnos: lo malo, se olvida bailando”, agregó.
¿En qué consiste una sesión de Zumba?
“Las clases se fundamentan en que los alumnos sepan hacer primeros pasos básicos con muchas repeticiones, son coreografías que todos pueden seguir”, remarcó Torena y consideró que no es necesario tener conocimientos previos de baile.
“La concentración es muy importante para que se memorice la coreografía que da el profesor y el secreto está en dejar el cuerpo en movimiento al escuchar temas pegadizos y alegres que favorecen a bailar sin parar”, señaló Torena.