Desde el mes de diciembre, el 55% del territorio de la Argentina se ve afectado por la sequía. En consecuencia, el gobierno de Alberto Fernández declaró la emergencia agropecuaria por el impacto de la falta de lluvias en los negocios agrícolas y ganaderos.
En los últimos días, se dieron a conocer alarmantes datos del daño causado por la sequía en la economía. La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) anunció la segunda peor cosecha de soja en los últimos 15 años, lo cual representa pérdidas de hasta 9.000 millones de dólares. En el caso del maíz, cayó la cosecha a un 15% menos de la producción esperada.
Como resultado, se proyecta una fuerte caída de las exportaciones de la agroindustria. Según un informe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de la Argentina (FADA), las exportaciones estarán valuadas en 47.000 millones de dólares, un 28% menos que en 2022. En este sentido, los efectos de la sequía preocupan al gobierno nacional, ya que cuenta con el ingreso de dólares para aumentar la reserva de divisas.
El ajuste de las proyecciones de la cosecha
La BCR anunció que debido a la peor sequía en los últimos 60 años la producción de oleaginosas como el maíz y la soja continúa derrumbándose. En el caso de esta última, el volumen de cosecha disminuyó un 7% de enero a febrero. La cosecha nacional es peor a la del año 2017/2018 y, por la sequía, supone una pérdida de un millón de hectáreas trabajadas.
Respecto al maíz, el volumen de cosecha será un 15% menos al esperado, que es de 50 Mt en condiciones climáticas normales. Una cosecha de aproximadamente 42 Mt representaría la peor cosecha en 5 años. En términos de rinde, es la cuarta peor marca en 15 años “a pesar del enorme salto tecnológico del cultivo, las crecientes dosis de fertilización y del hecho inédito de que las siembras tardías ocupan casi el 75% del área de siembra nacional’’.
En cuanto a la extensión territorial, la BCR informa que “el desastre productivo empieza por Entre Ríos, sigue por todo Santa Fe y se extiende al oeste y a buena parte de la franja central cordobesa. También se extiende hacia el sur: Buenos Aires está afectado, sobre todo el norte y centro este”.
Los efectos económicos de la crisis
El principal impacto se traduce en las exportaciones de las cadenas agroindustriales, que estarán valuadas en un 28% menos que el año pasado. Cabe destacar que el 67% de las exportaciones provienen del agro. En el 2022, el sector agrario registró un récord de exportaciones, por un valor de 60.000 millones de dólares.
“Una sequía de esta magnitud no sólo es una mala noticia para los productores, sino para toda la Argentina”, advierten desde FADA. “Por un lado, ingresarán entre 10.000 y 15.000 millones de dólares menos por exportaciones, generando mayores presiones cambiarias que las existentes, ampliando la brecha y generando mayores expectativas de devaluación”.
“Por otro lado, la sequía le puede restar unos 3 puntos al PBI, ya que se reduce la actividad económica, porque hay menos producción, transporte, industrialización y exportación. Estos efectos se sentirán en mayor medida en los pueblos y ciudades del interior productivo, donde la producción agropecuaria representa la actividad económica”, continúa el informe.
Como respuesta a la situación de les productores, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) otorgó medidas de alivio fiscal. A través de la Resolución 5324/2023, se oficializó la postergación del pago de Impuestos a las Ganancias, sobre los Bienes Personales y del Fondo para la Educación y Promoción Cooperativa hasta la finalización del ciclo productivo siguiente a aquel en el que concluya el estado de emergencia.