Según los datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), el año 2022 cerró con una cifra de inflación acumulada del 94,8%, la más alta en los últimos 32 años. En el mes de febrero del año pasado, el aumento de precios alcanzó el 4,7% y no logró descender del 5% en los meses posteriores.
El aumento descontrolado de la inflación afectó severamente la calidad de vida de les argentines. Esto se debe, sobre todo, a la erosión del valor adquisitivo del salario de les trabajadores. Los productos alimenticios aumentaron, en algunos casos, por encima del nivel general de la inflación; lo que causa que millones de familias se vean incapaces de costear la Canasta Básica Alimentaria (CBA).
Frente a esta grave situación, el gobierno de Alberto Fernández resolvió que las herramientas principales para contener la inflación son los acuerdos de precios. El ministro de Economía Sergio Massa, a través del programa Precios Justos, logró acordar con empresas de más de 15 rubros que el aumento mensual de precios no supere el 3,2%.
Sin embargo, esta política impactó mayoritariamente en las góndolas de las grandes cadenas de supermercados. En los almacenes, supermercados de origen asiático y otros negocios de proximidad en los barrios, los productos continúan en aumento, por lo que los Precios Justos no se trasladan realmente en la disminución del Índice de Precios al Consumidor (IPC).
¿Qué sucede con los comercios de proximidad?
Nota al Pie entrevistó a Fernando Savore, presidente de la Federación de Almaceneros de la Provincia de Buenos Aires (FABA) y vicepresidente de la Confederación General Almacenera Nacional.
Savore señaló que uno de los productos que trae inconvenientes es el aceite de girasol. Según explicó, el mismo “está subsidiado para el hipermercado, que solo representa el 30% de la comercialización de alimentos del país”. Y agregó: “El otro 70% está conformado por almacenes, autoservicios, cadenas regionales y supermercados familiares. Nosotros el problema que tenemos es que ese aceite de 1,5 lt. que está para vender a $430 en el hipermercado, nosotros lo pagamos $800’’.
Luego de varios intentos, el sector logró ser recibido por el secretario de Comercio, Matias Tombolini. ‘’Las reuniones que tuvimos era para plantear más que nada la preocupación del aceite. Consideramos que ese 30% que representa el hipermercado no es donde compra el cliente más humilde, y nosotros estamos en todos los barrios”, sostuvo. “Lo más lógico sería que puedan equiparar esto y que el que tiene un auto o vive cerca de un hipermercado tenga las mismas posibilidades que el que no puede pero tiene cerca un almacén’’, explicó el entrevistado.
Por otro lado, les comerciantes se ven obligades a reemplazar productos, “porque no todo lo que está dentro del programa son precios muy buenos. Por ejemplo, un papel higiénico de cuatro rollos de 30m. dentro del formato está para vender a $310 y nosotros lo vendemos a $280. Así es como reemplazamos un montón de productos porque uno lo que trata siempre es estar a la altura de la competencia’’.
Como balance de la utilidad del acuerdo de precios, Savore planteó que para estar dentro del formato se requiere la garantía de la rentabilidad y el abastecimiento. Esto se debe a que “el 80% de la mercadería que vendemos se la compramos a los mayoristas y este es el eslabón más complicado porque nunca quieren ceder rentabilidad’’.
El problema del desabastecimiento
Por otro lado, Nota al Pie consultó a Beatriz Sosa, propietaria de un almacén en Pablo Podestá, en el partido bonaerense de Tres de Febrero. La entrevistada sostuvo que apenas se notaron cambios en los precios desde el establecimiento del acuerdo. “En el supermercado se consiguen productos a Precios Justos, pero en el mayorista no’’, explicó.
Uno de los inconvenientes de los almacenes es el desabastecimiento. Como cuenta la comerciante, ‘’hay productos que no se consiguen en ningún lado, y no porque se terminó en ese momento sino que vas a distintos mayoristas y no hay. En los supermercados grandes hay Precios Justos pero no hay mercadería o no te dejan llevar más de uno o dos. Para nosotros, no sirve’’.
‘’Por ejemplo, ahora no consigo aceite y si consigo es a un precio que no es ‘justo’. No consigo para mi casa, ni para el almacén, ahora no tengo y no puedo vender. Si voy al mayorista y lo consigo a $500 ¿a qué precio tengo que venderlo? A la gente le conviene ir al supermercado, pero tampoco hay’’, denunció la entrevistada.
Los aumentos no paran en los barrios
A pesar de que aún no se reveló el informe del IPC del INDEC, existe la certeza de que la mayoría de los productos de la canasta básica continúan en aumento. Según el informe del Índice Barrial de Precios (IBP) realizado por el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCi), los alimentos aumentaron un 6,17% en enero.
Sobre esto último habló Savore, quien aseguró: “En el mes de enero sufrimos un aumento muy fuerte en todo lo que es limpieza y productos de higiene personal, que está más o menos en el 12%”. “A tal punto que un jabón para lavar las manos, lo más sencillo, hay que venderlo casi en $200. Un shampoo de 800ml hay que venderlo en $800’’, detalló. Por otro lado, comentó que ‘’todo lo que es harinas, entre el mes de diciembre y el mes de enero tuvo un aumento del 20%, debido a que hubo una quita del subsidio».
Por su parte, Beatriz Sosa sostuvo que ‘’hay muchos aumentos, todos los días prácticamente. La harina, el queso y la leche aumentaron mucho los últimos meses. Y son productos de primera necesidad. ‘Precios Injustos’, sería, en todo caso’’.