El 5 de febrero se cumplieron 7 años desde el fallecimiento de Lohana Berkins, pionera en la búsqueda de derechos para el colectivo trans. Fue la primera travesti en tener un trabajo dentro del Estado, ya que fue asesora en la Legislatura porteña. Allí impulsó la Ley Nº 3062, de “Respeto a la identidad adoptada por travestis y transexuales”, aprobada en 2009. También fue la primera candidata a Diputada Nacional e impulsó la creación de la Ley de Identidad de Género, aprobada en 2012.
En 1994 cofundó la Asociación Mujeres Meretrices de Argentina (AMMAR). Además, ese mismo año fundó y presidió hasta su muerte, la Asociación de Lucha por la Identidad Travesti Transexual (ALITT). Formó parte de la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de Argentina (ATTTA), para luchar, hasta su muerte, contra la violencia policial y la criminalización de la identidad. Entre otro de sus legados, fundó la primera cooperativa textil para travestis y trans, llamada Cooperativa Textil Nadia Echazú.
Los cambios sociales, culturales y políticos que impulsó no sólo abrieron puertas y oportunidades para el colectivo travesti y trans, sino que forjaron los cimientos de una sociedad más inclusiva. Sin llegar a verla, la Ley de Cupo Laboral Trans es otra de las victorias para la igualdad de derechos.
De una expulsión a la reivindicación de derechos
Berkins nació en Salvador Mazza, Salta, el 15 de junio de 1965. A los 13 años, cuando ya estaba segura de su identidad, debió irse de su casa. El mensaje de su padre era claro: “O te haces bien hombre o te vas”. Sin saberlo, y mucho menos sin buscarlo, esas palabras sembraron el camino que luego tendría como fruto la reivindicación a través de la conquista de derechos.
Aunque apenas estaba entrando en la adolescencia, tuvo que crecer de golpe. Primero se dirigió a Salta Capital, y luego a buscar oportunidades a la Ciudad de Buenos Aires. Pero en aquel entonces, el único destino posible era la prostitución, la que tuvo que atravesar con valentía incluso en plena dictadura militar.
Ganándole a la única ocupación que parecían tener dentro del colectivo travesti hasta ese momento, fue la primera en tener un trabajo estatal en la legislatura porteña. En 1998 fue asesora de Patricio Echegaray, legislador por el Partido Comunista y más tarde fue asesora de la legisladora Diana Maffía. Su contribución estuvo relacionada a temas de derechos humanos, género, garantías, niñez, infancia y adolescencia. Además, en 2001 se postuló como candidata a diputada nacional, tras ser aceptada por la Justicia Electoral.
Otra de sus conquistas es la creación de la primera escuela cooperativa para travestis y trans, la Cooperativa Textil Nadia Echazú. Este nombre fue elegido en homenaje a una militante de los derechos de dicho colectivo. Fue inaugurada en 2009 dentro de un lugar cedido por el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES).
“El amor que nos negaron es nuestro impulso para cambiar el mundo”
Queriendo cumplir su sueño de ser maestra, en 2002 se anotó en la Escuela Normal N° 3. Pero allí la mejor enseñanza que pudo dejar vino de la mano de la conquista de derechos. Como no podía anotarse con su nombre, hizo una denuncia en la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires. A través de una resolución ejemplar, las autoridades debieron respetar su identidad de género.
Así, la identidad de género comenzó a tomar más importancia y de a poco fue instalándose en la agenda. Años más tarde, se formó el Frente Nacional por la Ley de Identidad de Género, en 2010. Mediante una alianza de diferentes organizaciones se impulsó la creación de una ley de alcance nacional que garantice que los documentos de identidad puedan adecuarse al nombre y a la identidad de género elegidos libremente por cada persona. También se buscaba garantizar el acceso de todo tratamiento médico para aquellas personas que deseen modificar su cuerpo.
El 9 de mayo de 2012, en un día histórico, el Congreso de la Nación aprobó la Ley de Identidad de Género, promulgada luego por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Esta ley fue pionera a nivel mundial en el reconocimiento de la identidad basada en la autopercepción y en el acceso pleno a la salud. Hasta ese momento las identidades transexuales eran consideradas como una patología. Un año más tarde, comenzó a dirigir la Oficina de Identidad de Género y Orientación Sexual, dentro del Observatorio de Género en la Justicia de la Ciudad de Buenos Aires.
Berkins falleció el 5 de febrero de 2016 en Buenos Aires, a causa de una hepatitis C que sufría desde hacía varios años.