El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, declaró esta semana que la posibilidad de una moneda común “se debatirá definitivamente en la cumbre de los BRICS” a realizarse en Sudáfrica a finales de agosto. Nota al Pie conversó con Sebastián Schulz, sociólogo y docente de la UNLP y becario doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), sobre las nuevas propuestas en el contexto internacional de crisis.
Lavrov declaró que en la próxima cumbre del BRICS se debatirá sobre el asunto de una moneda común, como lo hizo la Celac. ¿Qué consideraciones haces al respecto?
Lo que hace Lavrov es expresar la posición de Rusia. Y en general de los países del BRICS de tener mayor autonomía en relación al comercio interbloque, y sobre todo ir construyendo una arquitectura monetaria financiera desde el multipolarismo y desde el Sur Global.
Es una propuesta que circula desde hace tiempo, pero con los últimos sucesos a nivel internacional, como por ejemplo la pandemia y la guerra en Ucrania, cobra más fuerza. Esto se debe a que los actores ven la necesidad de desprenderse del dólar como única moneda o moneda que hacemos esquemática en relación al comercio internacional. Son países que tienen un comercio multilateral en relación a, por ejemplo, energía, materias primas o alimentos. Y la dependencia exclusiva del dólar hace que se vean limitadas a partir del soberanismo.
Su propuesta es llevar el tema de la moneda común al espacio retomando la mención en la cumbre de la Celac. Se puede avanzar hacia la propuesta de un esquema conjunto y lo mismo puede hacer a los cinco países que hoy no son parte del bloque, pero han solicitado membresía. Entre ellos se encuentran Argentina, Irán, Arabia Saudita, Egipto, Turquía, entre otros diez o doce países más.
¿En qué movimientos se expresa el retroceso del dólar? ¿Va el compás del retroceso del hegemón unipolar?
En primer lugar, todo el porcentaje de comercio internacional que se realiza en dólares. Desde la Segunda Guerra Mundial, cúspide de la hegemonía del dólar, pasando por su establecimiento como manera de referencia global, continuando por 1973 cuando el dólar pierde su anclaje en el oro, hasta la actualidad, fuimos testigos de un retroceso del porcentaje de comercio internacional que se realiza en dólares. Todo esto a la par del crecimiento de otras monedas, por ejemplo el euro, que fueron ganando terreno en la Unión Europea y en la zona.
La decadencia del dólar tiene que ver con la propia decadencia de la economía norteamericana porque el dólar está apuñatado a la resistencia de Estados Unidos como hegemón global. A la par de que este país pierde su capacidad hegemónica y de ejercer la dominación por sobre el resto del sistema internacional, el dólar va perdiendo fuerza y, en ese marco, los países del Sur Global están habilitados a plantear otros sistemas.
El hecho de que Lavrov y el resto se plantee la necesidad y la posibilidad de avanzar en otro sistema nos dice que están dadas las condiciones para que esto pueda llegar a avanzar.
Ahora bien, observamos un declive de la hegemonía norteamericana como Estado Nación, país central e imperialista. Entonces se abren dos posibilidades: o se avanza en la propuesta globalista de tener una moneda única global y digital, o se avanza en la propuesta multipolar que propone una canasta para ofrecerle monedas de los países del BRICS y del resto en donde incluso participen el dólar y el euro, pero sin ejercer la hegemonía.
¿Crees que la experiencia del Euro, en la que se benefició Alemania y se perjudicaron los países subdesarrollados europeos, se llegue a replicar en la propuesta que presentó Brasil junto con Argentina? Considerando la asimetría de sus economías.
Es que la propuesta tiene que ver con la victoria de Lula. La iniciativa está relacionada con la necesidad de fortalecer las alianzas regionales que con el período neoliberal del 2015 hasta acá se debilitaron mucho. Por ejemplo la Unasur, que hoy prácticamente no existe. Algo semejante con el Mercosur con Macri y Bolsonaro.
Hoy, tanto Lula como Alberto Fernández ven la necesidad de fortalecer al Mercosur porque, por ejemplo, desde Uruguay y Paraguay hay una decisión de tratar de escapar a la iniciativa del espacio. En el caso de Uruguay desde un tratado bilateral de libre comercio con China violando las cláusulas del Mercosur. Por eso Lula propone avanzar y fortalecer todavía más la infraestructura a partir de esta propuesta de moneda común.
Una moneda que no sea de uso para ciudadanos entre países sino para igualar el comercio multilateral entre los países del bloque, tratando de buscar mayor justicia y un patrón común. Y a su vez, escapando del dólar que ata a las monedas nacionales a los intereses de los Estados Unidos. Por ende, una moneda común permitiría tener mucha mayor libertad para tener una agenda política alineada a los intereses nacionales.
Llamó la atención la declaración de Álvaro López Obrador, artífice de la articulación de la Celac, rechazando la propuesta de moneda común. ¿Cómo se explica el posicionamiento del mandatario mexicano?
Bueno, la propuesta de Lula de plantear la necesidad de una moneda común es una propuesta de vanguardia que implica romper la fuerte dependencia financiera con los Estados Unidos. Algo que México, por las condiciones particulares del país, todavía no está en condiciones de hacer.
Recordemos que México es un país fuertemente atado a la economía norteamericana. Parte del territorio mexicano actúa como auxiliar de la industria estadounidense y eso se expresa a partir de acuerdos como el NAFTA, recientemente renegociados. Incluso la propia economía mexicana, por las normas del tratado, no puede por ejemplo establecer un tratado de libre comercio con China.
En este marco, dentro del empresariado mexicano todavía hay una resistencia muy fuerte a avanzar en ese sentido. Y López Obrador lo que propone es avanzar primero con la integración política, en el caso de la Celac, y dejar para más adelante el caso de la integración económica, que por lo menos para ellos toca fibras mucho más sensibles.
¿Qué actores al interior de Estados Unidos estarían interesados en esta nueva propuesta de canasta de monedas nacionales?
Viéndolo en términos de estrategia geopolítica creo que en la actualidad dentro de los Estados Unidos quizás los sectores más progresistas del Partido Demócrata, con Ocasio Cortéz por ejemplo, pueden llegar a coincidir aunque es parte del último hegemón global. Ahora bien, después tenés las tácticas que hay en relación a los sectores de poder de los Estados Unidos considerando que hay un marcado declive de su economía.
Por un lado los globalistas que desde hace tiempo, y sobre todo desde la presidencia de Trump, buscan limar la capacidad del dólar a nivel internacional saboteando la moneda de los Estados Unidos para tratar de ir paulatinamente hacia estas monedas supranacionales, fiscales. En ese marco el globalismo empuja el declive del dólar. Por otro, los sectores continentalistas del Partido Republicano que, pensando prospectivamente más en el plano de la táctica, buscan hacer alianzas con el multipolarismo para tratar de frenar ese declive, intentando salvar al dólar, si es que el multipolarismo tiene la capacidad de incorporar al dólar como una de las monedas de la nueva canasta. Obviamente, sin ser ya la moneda hegemónica.