Este jueves llegó a la cartelera nacional la tan esperada última producción del afamado director M. Night Shyamalan. “Llaman a la puerta” (Knock At The Cabin), es una adaptación cinematográfica de la novela de Paul Tremblay “La cabaña del fin del mundo”.
El director, junto a Steve Desmond y Michael Sherman, reescribió la atrapante historia sumándole más tensión, donde todo gira alrededor de una hipótesis doméstica tan psicológica como terrorífica.
Así, el film se convierte en un thriller tan angustioso como intenso y siniestro, aunque presenta pocos giros y revelaciones. Pero más allá de ello, se convierte en su mejor trabajo luego de varios intentos fallidos dentro de su irregular cinematografía.
Un tema redundante en los films del experimentado Shyamalan, es el tan temido apocalipsis, como se pudo apreciar en sus trabajos anteriores «After Earth» y «The Happening«. Aquí vuelve a caer bajo la fascinación del fin del mundo, pero la trama se centra no en invasores ni monstruos, sino en el comportamiento humano durante la amenaza del fin de los tiempos.
“Llaman a la puerta” es una película que no decae en su dinámica y está llena de escepticismo. El guion luce muy bien armado para ir sembrando pistas a cuenta gotas. Esa información deberá ser trabajada por el espectador al jugar entre coincidencias y casualidades del destino de les protagonistas, una familia tomada como rehén por cuatro personajes tan intrigantes como destructivos.
Si hay algo que resulta poderoso en el mundo es el poder de creer: aquí eso se pone en juego. Por momentos, todo parece manipulación o coincidencia, hasta agitando el hecho de que pueda ser una conspiración internacional bien organizada.
Aún así, estos ricos elementos no logran que el film presente el tono justo de sorpresa. En cambio, la historia se centra en la capacidad humana de reconocer el valor de la vida del otro. La trama roza el dramatismo superficial, carente de una pizca de terror en esta jugada más a lo emocional.
Estas características provocan que se cree un anticlímax tras otro a lo largo de su desarrollo. Así que, por ahora, les fans del director seguirán esperando el regreso a su época dorada, que por el momento se rehúsa a renacer.
La dirección por sobre la historia
El film usa como locación casi en su totalidad a una cabaña, donde Shyamalan juega con su técnica de dirección como quiere. En su nuevo thriller sobrenatural peca otra vez de producir algo que no es suyo, sino que toma una historia prestada y la adapta a su gusto con bastantes cambios al texto original.
Como genio del arte visual, este director utiliza la cámara con ciertos efectos que pueden asombrar a algunos espectadores o disgustar a otros. Para suavizar ciertas escenas violentas, que aparecen en el film muy bien mezcladas entre el suspenso reinante, también hay planos donde la cámara hace foco sobre un detalle, desenfocando la acción violenta que sucede por detrás.
También, por momentos, la cámara se inclina de manera incómoda para mostrar un entorno mientras la escena principal ocurre en otro lugar. Este recurso se aplica con la mera intención de que les espectadores simpaticen más con les protagonistas, ya que la historia está contada desde la mirada de elles.
“Llaman a la puerta” es una historia que se decanta de lleno a la acción sin un primer acto que introduzca a sus personajes. Los mismos se irán conociendo con flashbacks durante esta trama clásica del género Home Invasion.
La trama
Wen (Kristen Cui) es una niña de siete años que está atrapando saltamontes fuera de la cabaña de vacaciones que han alquilado sus padres Eric (Jonathan Groff) y Andrew (Ben Aldridge). La chica es sorprendida por un gran hombre que desconoce pero que de manera simpática se presenta como Leonard (Dave Bautista).
A pesar que este intenta ser simpático y amable, Wen sospecha de la situación cuando ve a lo lejos que vienen otros tres extraños más (Nikka Amuka-Bird, Abby Quinn y Rupert Grint). El peligro se profundiza cuando les recién llegados traen en sus manos lo que se aprecia como armas caseras afiladas.
La pequeña sale corriendo para avisar a sus padres, que comienzan a tratar de cerrar las ventanas y puertas de la cabaña, pero les desconocides logran entrar. El grupo somete a los padres, atando a la familia en el living frente a la televisión. Y con la platea como testigos se presenta la premisa del film: esta familia de tres debe elegir a uno de ellos como sacrificio voluntario para impedir que una serie de plagas terminen con la humanidad.
No pueden suicidarse, y si rechazan la propuesta de sus captores, algo horrible ocurrirá en la cabaña y se desatará una plaga en el exterior. La primera vez que Eric y Andrew se niegan, en las noticias se puede apreciar como enormes tsunamis y terremotos matan a miles de personas. Así tan sorprendides les espectadores como les protagonistas, la película se basa en descubrir si estos cuatro intrusos son videntes con visiones concretas de un apocalipsis, o solo es una coincidencia y están locos de verdad.