Uno de los países que no atraviesa el mejor momento de su historia es Inglaterra. A la renuncia de Boris Jhonson, la crisis de su moneda, la inflación anual más alta en décadas, la asunción de Liz Truss y su corto gobierno, se suma el enfrentamiento del actual primer ministro, Rishi Sunak, contra la movilización más grande de la última década.
Alrededor de medio millón de maestres, funcionaries públiques y maquinistas del tren marcharon por el país bajo el lema: “Walkout Wednesday”. El reclamo se concentró en el salario y un pedido concreto: que el salario supere a la inflación anual que es del 10%.
Según los datos presentados por el Gobierno un par de meses atrás, el aumento de las facturas de energía y de los precios de los alimentos en los hogares llevó a que la inflación británica toque su máximo en los últimos 41 años.
Los precios al consumo subieron un 11,1% en los 12 meses hasta octubre, la mayor alza desde octubre de 1981 y un gran salto desde el 10,1% de septiembre. Por ende, los salarios comenzaron a desfasarse. Se estima que 300.000 maestres, 100.000 funcionaries públicos, 70.000 docentes universitarios y más de 60.000 trabajadores ferroviarios salieron a la calle en estos días.
La paralización de todas estas actividades le podría costar a la economía 200 millones de libras esterlinas. Además, casi la totalidad de las escuelas públicas se vieron obligadas a suspender sus actividades. La secretaria de Educación del Reino Unido, Gillian Keegan, dijo que está “decepcionada” de que los sindicatos de maestres hayan tomado la decisión de ir a huelga.
La movilización en Inglaterra
Ciara Osullivan, maestra de 38 años, explicó en diálogo con AFP: “Soy profesora en Londres y me está costando muchísimo pagar mi alquiler”. Además, explicó: “Tengo hijos pequeños y me gustaría darle algo más que lo básico”.
Otra profesora que tomó la palabra fue Hannah Rice, de 32 años: “Este gobierno debería avergonzarse de la forma en que está manejando las cosas”. Además, dijo: “Está claro que la gente no está contenta y que debe haber un cambio”
Incluso, varias organizaciones de xadres de alumnes firmaron un comunicado donde apoyan el movimiento, señalando que lo que sucede son “las consecuencias de años de financiación insuficiente” en las escuelas.
“Es vergonzoso que el Gobierno los haya puesto en una situación en la que están obligando a los maestros a hacer una huelga”, dijo Matthew Rodriguez, un padre que apoyaba la huelga. A su vez, un padre de dos niñes comentó: “Los maestros están mal pagos, no son apreciados y no tienen el apoyo o las herramientas que necesitan”.
Por otro parte, el secretario general del sindicato de funcionaries PCS, Mark Serwotka, reclamó una actitud “más realista” por parte del gobierno. Así, declaró: “La postura del gobierno es insostenible. No puede ignorar un movimiento de huelga sin precedentes y que sigue creciendo”.
Las respuestas del gobierno
Por supuesto, desde el gobierno se mostraron decepcionades con las medidas adoptadas por el pueblo y remarcaron su preocupación por el cierre de las escuelas. Keegan dijo que esperan que permanezcan abiertas tantas escuelas como sea posible.
“Esperamos asegurarnos de continuar con discusiones y relaciones constructivas, pero estas cosas siempre permanecerán bajo revisión”, dijo Keegan.
Quien respondió directamente a las movilizaciones fue el presidente, Sunak, en una intervención en el parlamento: “En lo que respecta a los profesores, les hemos dado la mayor subida salarial de los últimos 30 años, lo que incluye una subida salarial del 9% para los profesores recién titulados y una inversión récord en su formación y desarrollo”.
“El factor número uno que está afectando el nivel de vida de la gente es la inflación, provocada por la guerra en Ucrania”, señaló el primer ministro. Si bien en su aparición evitó hablar de las huelgas en profundidad, insistió en que les niñes “merecen estar en las escuelas”.
Por otro lado, se estima que las elecciones sean en mayo del 2024, por lo cual, Sunak tendría 18 meses para acomodar las cosas y revertir la potencial derrota electoral frente al Partido Laborista. Luego de cuatro triunfos electorales consecutivos, parece inevitable.