Llega al circuito comercial la última versión de una de las tragedias más conocidas de William Shakespeare, “Othelo, termina mal”. La misma es producida por Buendía Theatre y está adaptada y dirigida por Gabriel Chamé Buendía, quien transforma la historia original de un conflicto inminente entre Italia y Turquía.
En su nueva versión, Chamé Buendía la readapta para un público contemporáneo en el que pesará más la comedia. Si bien se mantiene el texto original, está ambientada en un entorno minimalista y geométrico en el que se rompe la cuarta pared desde un principio.
Esto último resulta efectivo y disfrutable, más aún con un elenco virtuoso que en su mayoría se compone de variados personajes. Las funciones son todos sábados a las 22 horas en el Teatro Metropolitan Sura, ubicado en Av. Corrientes 1343, Buenos Aires.
La nueva versión de “Othelo, termina mal”
La moderna adaptación de la obra shakesperiana tiene muchos cambios, y uno de ellos es darle un aire más contemporáneo, donde se escapa a los exuberantes vestuarios o decorados de la antigua época. En tanto, sin quitar lo atractivo del texto, la intriga, la conspiración, el dolor y sus ejes centrales, la obra se presenta más abreviada, ya que la original pasaba las tres horas de duración.
Por ello, aquelles que estén familiarizades con la narrativa disfrutarán de una nueva versión, mientras que quienes la vean por primera vez también la disfrutarán. Aunque, quizás en un principio no entiendan mucho, pero poco a poco se darán cuenta que quien da título a la obra no es realmente el personaje preponderante, sino otro que en todo momento resulta brutal e implacable y rebosante de codicia.
El resultado de esta nueva versión de “Othelo, termina mal” es una pieza llena de acción, donde la sorpresa, el absurdo y lo desopilante no se agota de principio a fin. También ofrece a la platea una mirada nueva a las diferentes facetas de una historia que la mayoría cree conocer bien.
En cuanto a la adaptación, presenta un guión bastante fiel, ya que mantiene la dureza de sus emociones. Sin embargo, añade situaciones que no están en el texto y, en general, parecen improvisaciones muy divertidas que logran empatizar con el público y hacen a la trama más dinámica.
Cabe destacar que para aquelles que puedan horrorizarse con la idea de actualizar el lenguaje de Shakespeare, esto no sucede para nada, ya que las partes tradicionales mantienen el texto original.
Un intenso clásico shakespeariano
“Otelo” es el título de una obra escrita por William Shakespeare en el siglo XVII, donde un soldado africano -de nombre Otelo- es el protagonista. Aquí comienza una diferencia, ya que en la actual reversión de la obra no hay gente de dicha región.
En su inicio se conoce que este general africano de Venecia será trasladado a Chipre, país de Medio Oriente, para dirigir un ejército contra el enemigo, la flota turca. Sin embargo, antes de viajar Otelo se casa con Desdémona, una bella mujer blanca, hija de Brabantio, un senador que es muy respetado en dicha ciudad.
En la historia también aparecerá Michael Casio, como lugarteniente de Otelo, un hecho que provoca recelo en su alférez, Yago, quien desde ese momento decide volver loco a su socio e intentará convencer a Otelo de que su esposa Desdémona lo engaña con Casio y de asesinarla. Todo ello potencia el drama en una historia rica en personajes y subtramas con bastantes metáforas.
En la obra, el buen diseño escénico y de luces de Jorge Pastorino convierte al ámbito escenográfico en un espacio libre y minimalista, donde con pocas cosas se lo transforma para la funcionalidad de cada escena. Así, en él, telas, luces leds, nieve en aerosol y elementos de playa complementan algunas de las acciones.
Un elenco tan diverso como talentoso
Esta original puesta de un clásico lleva una década en cartel. Si bien durante estos años se produjeron cambios en su elenco, siempre han sido solo cuatro sus integrantes, comandados con total destreza y versatilidad por su director, Gabriel Chamé Buendía.
La obra cuenta con muchos personajes, excepto el pseudo protagonista que da título a la obra. La mayoría del elenco se desdobla en varias interpretaciones, donde cada uno tiene varios momentos para brillar. Matias Bassi compone con mucha energía y seguridad al general moro, Othelo, un hombre sucumbido por los celos y la desconfianza a todos lo que los rodean.
Por su parte, Nicolas Gentile, con total soltura y mucha ironía es el narrador del cuento con su cómplice y aterrador Yago. El hombre que toda la obra trata de difamar a la Desdémona, y fomenta el inevitable mariticidio ficcionado.
En tanto, Elvira Gómez da vida a Desdémona, esa mujer que será asesinada por su marido. Pero, de igual entrega y compromiso, también compone a su propio padre y otros dos personajes masculinos durante los cien minutos en escena.
Un genio de la destreza física e interpretativa es el talentoso actor Agustín Soler, quien se sumó a la propuesta en las últimas temporadas y es increíble lo que hace con sus cinco personajes. En resumen, un equipo que ha logrado darle comicidad a una tragedia clásica.
En “Othelo, termina mal” aparecen herramientas de clown y de mimo para equilibrar emociones. En efecto, se trata de una obra con excelentes actores y un director que otorga la cuota justa de profundidad y simpatía a estos oscuros personajes. Por último, otro de los atractivos de esta puesta en escena moderna es la dinámica interpersonal entre los personajes y no de ellos individualmente.