lunes 25 de noviembre de 2024

El manifiesto fracaso de Cristina y el Kirchnerismo

En esta ocasión, el presidente de Libres del Sur, Humberto Tumini, reflexiona sobre la imagen de Cristina Kirchner y los retrocesos del kirchnerismo durante los últimos años, cuyo desgastado proyecto político parece no haber dado su fruto.
kirchnerismo
Según Tumini, la Argentina está en plena crisis, pero tiene el agro, Vaca Muerta, el litio, la minería, entre otros recursos, para salir adelante reindustrializándose y fortaleciendo con un sentido federal las economías regionales. Crédito: gentileza Humberto Tumini.

Por qué necesitamos un nuevo y fuerte partido popular ante

El manifiesto fracaso de Cristina y el Kirchnerismo.

Hace ya muchos años atrás, en el 2014, cuando su segunda gestión de gobierno era visiblemente mala desde los intereses populares, Cristina Kirchner lanzó una desafiante frase frente a las crecientes críticas que recibía su gobierno: “A mi izquierda está la pared”, dijo.

Eran tiempos en que, producto de la devaluación de principios de ese año, la economía entraba en recesión, los precios habían pegado un salto y la pobreza crecía. Axel Kicillof buscaba acuerdos en el exterior para que bancos o el FMI le prestaran plata, y para ello les garantizaba fortunas al CIADI, a Repsol y al Club de París. Ya habían hecho el acuerdo secreto con Chevron para explotar Vaca Muerta y, encima, a esa altura era manifiesto que la corrupción era uno de los signos distintivos de la administración K; con la tragedia de Once como una de sus manifestaciones brutales.

En ese marco, la actual vicepresidenta se veía obligada a tener que explicar que su gobierno era progresista, que las críticas que recibía eran injustas y a reafirmar que el proyecto que encabezaba seguía, supuestamente, expresando al pueblo argentino.

En realidad, eso ya no era así. A esa altura, la argumentación tenía un elevado componente de “relato” para no perder base política a su izquierda; producto de llevar adelante medidas y conductas que eran habituales cuando gobernaba la derecha. Carlos Menem, por ejemplo.

Lo real, en concreto, es que el proyecto nacional y popular que en su momento encabezó Néstor Kirchner iba, en el segundo gobierno de Cristina, en franco retroceso.

La llegada de Mauricio Macri el 2015, facilitada claramente por la muy deficiente administración previa, disimuló el agotamiento del proyecto que encabezaba y encabeza CFK. Una derecha tan agresiva y torpe como la de Cambiemos, que condujo el país rápidamente a una nueva y gran crisis, les permitió esconder en parte el fracaso anterior y retener la suficiente tonicidad política como para, finalmente, armar una alianza extendida, el Frente de Todos, y poner el candidato, Alberto Fernández, para volver a la Casa Rosada.

Pero claro, eso significaba tener que mostrar, gobernando, que aquello de que a la izquierda de ella solo estaba la pared, era cierto. Que lo sucedido en su segundo gobierno había sido producto fundamentalmente de las dificultades del contexto económico mundial y del hostigamiento del establishment como sostenían. Para regenerar confianza dijeron entonces “volvimos mejores”, en aquel momento de euforia de finales del 2019.

Ya llevan tres años de gobierno, con Cristina como la dirigente con más poder dentro del mismo, qué duda cabe. ¿Y cómo estamos? A las pruebas me remito: 100% de inflación, 40% de pobreza, 10% de indigencia, 50% de los laburantes en negro, en la informalidad o desocupados, retrocesos en los salarios y las jubilaciones, una economía sin crecimiento y, todo indica, en retroceso este 2023; además de una enorme deuda en dólares, en pesos y un largo etcétera.

Cierto que pasamos la pandemia y también que el establishment sigue crítico con ellos y presionándolos (no todos los grandes empresarios, a decir verdad). ¿Pero el gobierno del Frente de Todos y particularmente CFK, qué hicieron para que el pueblo y la nación no estén en esta tremenda debacle? Se arrodillaron frente a los factores de poder: fueron para atrás con Vicentín, convalidaron la estafa de Macri y acordaron pagarle al FMI con el ajuste de la economía y el sufrimiento de la mayoría, aceptaron el saqueo de los monopolios formadores de precios y el chantaje de los sojeros, les garantizaron enormes ganancias a los bancos; hasta permitieron que Sergio Massa les tirara besitos a los yanquis otra vez.

Ah, pero Alberto…. dicen Cristina y los principales dirigentes camporistas; incluidos algunos charletas como Juan Grabois, que siempre boquea por izquierda y banca por derecha. Sin embargo, lo del presidente es solo un pretexto, si ellos han sido parte del gobierno y de todas las decisiones desde un principio; la última, poner al actual ministro de economía.

Lo cierto es que el proyecto del kirchnerismo, que empezó allá por el 2003 con tantas esperanzas y posibilidades, terminó siendo dilapidado. El gobierno actual solo ha puesto negro sobre blanco ese agotamiento, que ya venía desde el 2012 con la conducción de Cristina. La única verdad es la realidad.

Así las cosas, debemos también decir que no es bueno para los pueblos llorar sobre la leche derramada mientras las desgracias se abaten sobre ellos. Eso es para pusilánimes. Las y los verdaderos patriotas, en esas circunstancias, se ponen sobre sus hombros la responsabilidad de construir una nueva fuerza política que interprete y defienda los intereses de las mayorías. Como alguna vez hizo Hipólito Yrigoyen, luego el General Perón y finalmente intentó Néstor Kirchner, aunque sin la necesaria convicción.

La Argentina está en plena crisis, pero tiene el agro, Vaca Muerta, el litio, la minería, entre otros recursos, para salir adelante reindustrializándose y fortaleciendo con un sentido federal las economías regionales. La derecha, las multinacionales, los yanquis y el “círculo rojo” nativo, lo saben y van por esas riquezas; así como se apropiaron con Menem en los noventa de las “joyas de la abuela”, las empresas del Estado. Si lo logran, concentrarán más todavía la plata en pocas manos y profundizarán esta Argentina de dos pisos en que vivimos.

Hay que darles batalla y ganársela. Para eso hay que construir una nueva y gran fuerza política popular; el kirchnerismo ya no es eso, con Cristina se ha agotado.

Humberto Tumini, Presidente de Libres del Sur.

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