El género de zombies, o infectados, es uno de los más populares y, debido a la cantidad de producción, es difícil encontrar un ángulo novedoso. Luego de recibir una propuesta de la editorial Ovnipress, Salvador Sanz, decidió reflotar una idea perdida en los años 90. Es así como en 2016 se lanzó El Esqueleto, una historia sobre evolución, canibalismo y supervivencia.
Salvador Sanz es un artista integral, tanto dibujante como entintador y guionista, tiene varios títulos en su haber tales como MEGA, Legión y Nocturno, entre otros. En una industria en la que se suele trabajar en equipos, un artista integral es una gema que destaca. Es maestro de dibujo, pintura, y animador, de ahí su estilo narrativo tan cinematográfico.
Sobrevivir al humano
“Nunca imaginé que ser vegetariano me salvara la vida”. Leto (abreviado de “Esqueleto”) es un muchacho que decidió tener una dieta libre de carne. Su motivación distaba de cualquier reclamo, solo se basaba en una aversión a consumir otros seres vivos. Esto lo salvó de un virus que comenzó a propagarse entre les consumidores carnívores.
El virus comenzó a generar un hambre voraz en tode consumidore de carne, al punto de que les carnívores comenzaron a evolucionar. Los hombres, por un lado, desarrollaron la habilidad de procesar grandes cantidades de comida que podían deglutir por semanas en estado letárgico. Las mujeres, en cambio, desarrollaron habilidades de letales cazadoras.
En este mundo, donde cada persona que come carne es un potencial peligro, un grupo de vegetarianes debe sobrevivir como sea. Leto y sus compañeres pasarán por uno de los pocos abrevaderos de la ciudad destruida, pero aquí encontrarán un enorme misterio y nuevos peligros.
Un mundo nuevo
Como toda distopía post apocalíptica, esta historia se trata de supervivencia. Salvador Sanz crea este mundo alrededor de un personaje con un fuerte instinto de supervivencia, pero falto de confianza. El grupo de Leto tiene a Dragón, un hombre con un lanzallamas, Momia, que cuenta muchas historias, y se completa con Deborah, una chica sin un brazo.
Cada personaje tiene una historia y características únicas, lo que hace que la dinámica fluya de forma continua. El caso de Deborah es el que genera la discordancia en el grupo, ya que una falta pone en duda su veracidad. Podría ser una carnívora que traicione al grupo en cualquier momento. Sin embargo, es ella quien descubrirá un gran misterio.
Sanz pone como antagonistas a otro grupo que aparentan ser humanos sin infección, pero en esta primera parte no termina de esclarecerse. Estos personajes sientan un ambiente de gran tensión en el libro, y el más enigmático es un ser que se considera una leyenda urbana: el Roecerebros.
Casi como una película
A partir del uso de diversos elementos, Salvador Sanz crea una historia con mucha fluidez. Con páginas completas de acción activa, y pasiva sin diálogos en más de una ocasión, narra de forma cinematográfica. El estilo realista suma mucho a la inmersión en la historia, y la mitología presentada tiene un potencial enorme.
Esta historia tiene una continuación llamada El Fin de todas las especies, de la cual Nota al Pie hablará en el futuro. El Esqueleto, este muchacho maquillado, o tatuado como si no tuviera carne, sobrevive contra toda posibilidad en un mundo cruel y muy violento. Cuando todo órgano ha desaparecido del cuerpo, los huesos son todo lo que queda.
Esta historia se narra en 5 capítulos recopilados en una edición de Editorial Ovnipress de 96 páginas. El futuro que depara a les personajes es tan peligroso como fantástico.