Más de 130 millones de personas en América Latina y el Caribe no cuentan con los medios suficientes para acceder a una dieta saludable, la región tiene el costo diario más alto para alcanzar esta forma de alimentación y, dentro de este contexto, las mujeres se ven más afectadas que los hombres en este aspecto y en comparación con el resto del mundo. Estos son datos oficiales que reportó el Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional 2022, publicado por Naciones Unidas.
La publicación revela que 131,3 millones de personas en la región no pudieron costear una dieta saludable en 2020, lo que representa al 22,5% de la población regional y significa un aumento de 8 millones con respecto al 2019.
Este incremento se debe a un mayor costo diario promedio de este tipo de dieta comparado con el resto de las regiones del mundo, llegando en el Caribe a un valor de 4,23 dólares, seguido de América del Sur con 3,61 y América Central con 3,47, mientras que el promedio global es de 3,54 dólares.
«América Latina y el Caribe atraviesa una situación de inseguridad alimentaria sin precedentes», aseguró Mario Lubetkin, subdirector general y representante regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), durante la presentación del informe «Panorama regional de la seguridad alimentaria y nutricional – América Latina y el Caribe 2022. Hacia una mejor dieta saludable».
En el evento virtual de presentación, Lubetkin indicó que la región sufrió una serie de impactos como la pandemia de la Covid-19, el agravamiento del cambio climático y la «grave crisis económica» que conforman una suma de elementos para tener una «sensación de preocupación extrema».
El informe difundido recientemente es una publicación conjunta de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) junto con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El reporte reveló, también, que el aumento de precios internacionales de alimentos experimentado desde 2020, especialmente después del inicio del conflicto en Ucrania, y el alza en la inflación alimentaria incrementaron las dificultades para que las personas puedan acceder a una dieta saludable.
«Hablamos de la región del mundo con la dieta saludable más costosa, lo que afecta particularmente a las poblaciones vulnerables -pequeños agricultores, mujeres rurales y poblaciones indígenas y afrodescendientes-, las cuales destinan un mayor porcentaje de ingresos a la compra de alimentos», dijo Rossana Polastri, directora regional del FIDA.
🚨 ¿Sabías que el costo de una #DietaSaludable en América Latina y el Caribe supera el promedio mundial? 📈
— FAO Américas (@FAOAmericas) January 19, 2023
Conoce más datos en el #Panorama2022, el informe de @FAOAmericas @IFADespanol @opsoms @uniceflac @WFP_es
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El incremento de la cifra del hambre en la región está liderado por América del Sur, donde 11 millones de personas adicionales padecieron inseguridad alimentaria. Allí, el hambre alcanzó una prevalencia del 7,9 % en América del Sur, 8,4% en Mesoamérica y 16,4% en el Caribe.
Sobre este punto, Lubetkin indicó que los tres grandes desafíos que evidencia el informe son el salto en la cifra del hambre y la inseguridad alimentaria, el costo más alto de una dieta saludable en comparación a otras regiones del mundo y el incremento sostenido del sobrepeso y la obesidad con impactos en la salud y en la economía.
Otras cifras presentadas en el informe indicaron que la región registra una importante evolución respecto a la prevalencia de la desnutrición crónica en niños menores de 5 años.
En 2020, esta cifra fue del 11,3% en América Latina y el Caribe, aproximadamente 10 puntos porcentuales por debajo del promedio mundial, pero 3,9 millones de niños y niñas de hasta 5 años padecen sobrepeso.
Por otro lado y a nivel mundial, la prevalencia de la inseguridad alimentaria entre las mujeres es mayor que la de los hombres, pero en América Latina y el Caribe la brecha es aún mayor en comparación con otras regiones (4,3 puntos porcentuales en el mundo en 2021, frente a 11,3 puntos porcentuales en la región).
En este sentido, Polastri remarcó durante el evento que «es preciso priorizar programas que fomenten equidad de género, pero no agregando responsabilidad a su carga laboral, que ya es grande, sino repensando el rol de los hombres para garantizar la seguridad alimentaria de las familias».
El informe, además, incluye recomendaciones y un análisis de políticas para mejorar la disponibilidad de alimentos nutritivos a fin de apoyar a las personas más vulnerables y a los hogares de bajos ingresos que gastan una mayor proporción de su presupuesto en alimentos.