El tercer aniversario del crimen de Fernando Báez Sosa coincidió con el último día de audiencias, llevadas a cabo en el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Dolores. La jornada tuvo como protagonistas a Lucas Pertossi y Blas Cinalli, dos de los imputados en la causa.
Estos declararon por primera vez en el juicio que los tiene acusados de “homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas”. Dicha sentencia prevé penas de prisión perpetua.
También dieron sus testimonios los peritos forenses Juan José Fenoglio y Jorge Rodolfo Velich, convocados por el abogado defensor Hugo Tomei, quienes pusieron en duda la autopsia al cuerpo de Fernando.
Según sus testimonios, el informe de autopsia efectuado por el forense oficial no es concluyente sobre la causa de la muerte de la víctima. El mismo, para los peritos, no aclara si algunas lesiones fueron producto de los golpes o de las maniobras de Reanimación cardiopulmonar (RCP).
«Tuvo 60 segundos de golpes y más de 45 minutos de reanimación cardiopulmonar», justificó Fenoglio. El especialista en medicina legal puso el foco en una lesión encontrada en el hígado del cuerpo de la víctima, la cual podría haber sido “provocada por la reanimación por RCP».
Por su parte, el médico emergentólogo Velich sostuvo que el escrito de la autopsia le causa vergüenza ajena. Y acentuó que «no fue la RCP la que mató a Fernando Báez Sosa pero agravó la situación”.
Las declaraciones de los peritos aportados por la defensa provocaron distintos cruces entre los testigos, fiscales y el abogado del particular damnificado Fernando Burlando. Incluso llamó la atención de la jueza María Claudia Castro, quien les aclaró que no podían discutir entre ellos.
Los rugbiers se desligaron del crimen
Lucas Pertossi y Blas Cinalli dieron su versión de los hechos en la última jornada del debate. Siguiendo la estrategia planteada por la defensa, y en la misma línea de las declaraciones de Máximo Thomsen, Pertossi dijo que «en ningún momento» tuvo «intención de matar a nadie» y que no participó del ataque a Báez Sosa.
Aún así, el imputado reconoció haber propinado dos patadas contra un amigo de Fernando, que en ese momento se encontraba en el suelo tomando del tobillo a otro integrante del grupo de Zárate, al cual Pertossi no quiso identificar.
Cuando fue consultado sobre el uso de la palabra “caducó”, dijo que se refirió a la víctima con esa expresión ya que una persona le dijo: «Hubo una pelea, vino una ambulancia y un pibe caducó”. Por eso, según su relato, utilizó esa terminología para comunicárselo al resto de sus compañeros.
Por su parte, Cinalli declaró que “no hubo ningún plan para matar” al joven, y que él tampoco golpeó a Fernando. Al ser cuestionado por los chats en los que le comentaba a sus amigos que “habían matado a uno”, el acusado se excusó diciendo que escribió eso porque era lo que todos en la ciudad de Villa Gesell estaban comentando, pero que estaba muy ebrio y no creía que fuese cierto.
Ambos imputados se negaron a ser interrogados por los abogados del particular damnificado, alegando que sufrieron constantes faltas de respeto en los medios de parte de Burlando. A lo largo del juicio, los únicos que optaron por no declarar fueron Enzo Comelli, Matías Benicelli y Ayrton Viollaz, y tendrán tiempo para hacerlo hasta que comience la ronda de alegatos.
La audiencia concluyó mientras desde el exterior del tribunal se escuchaban gritos de «asesinos» de parte de vecinos y personas autoconvocadas que se congregaron para darle apoyo a los padres de la víctima.
El pedido de justicia de la familia de Fernando Báez Sosa
Los padres de Fernando, Graciela Sosa y Silvino Báez, llegaron por la mañana a los tribunales vestidos con remeras estampadas con una foto de ambos junto a Fernando, acompañadas por la frase «nos tenemos». Ambos presenciaron la audiencia, y sólo abandonaron el recinto para no escuchar las detalladas declaraciones de los forenses.
Silvino declaró ante la prensa que los acusados que hoy prestaron testimonio mintieron ya que “un borracho no puede escribir mensajes”, en referencia a los dichos de Cinalli. “Esperamos que se haga justicia para que Fernando pueda descansar tranquilo», añadió.
Por su parte, los fiscales Juan Manuel Dávila y Gustavo García aseguraron que las explicaciones que intentaron dar los imputados «no logran refutar las pruebas en su contra», y sostuvieron que «no hay ninguna duda» de que se ha acreditado «la materialidad del hecho».
Los alegatos del juicio se llevarán a cabo la próxima semana. El miércoles 25 será el turno de la fiscalía y el particular damnificado, mientras que el jueves 26 lo hará la defensa de los rugbiers.