El pasado lunes dio inicio la reunión anual número 53 del Foro Económico Mundial, mejor conocido como el Foro de Davos (Suiza). El encuentro, que tendrá lugar hasta el próximo viernes, se desarrolla esta vez bajo el lema “Cooperación en un Mundo Fragmentado”. Este evento es considerado por la “Elite Global” como uno de los eventos económicos – empresariales más importantes de cada calendario.
La organización, creada por el empresario aleman Klaus Schwab en enero de 1971, comunicó que este año logró reunir a 2700 «líderes» de 130 países, entre los que se encuentran 52 Jefes de Estado o Gobierno.
El Foro Económico Mundial, asimismo, afirmó que la agenda de la reunión número 53 estaría centrada “en las soluciones y la cooperación público-privada para afrontar los retos más acuciantes del mundo”.
Sin embargo, más allá de la terminología utilizada para la presentación del Foro, ¿qué es Davos y a qué intereses responde? ¿Quienes son esos «líderes» que año tras año acuden al encuentro? ¿Y cuáles son los retos que observan y qué soluciones proponen?
Davos, expresión del capitalismo financiero
Por un lado, un relato corporativo busca instalar a Davos y su reunión anual como una ONG que realiza un simple, prestigioso y desinteresado evento empresarial. Por otro, sectores como las denominadas “Nuevas Derechas” abordan el tema a través del conspiracionismo.
De esta manera, entre el humo mediático y las narrativas instaladas, poca claridad se ofrece sobre lo que representa el Foro Económico Mundial en el escenario internacional.
Lo cierto es que más allá de una cada vez más “occidentalizada” asistencia de las máximas autoridades de distintas naciones, Davos no reúne a simples “líderes”, sino los representantes del capitalismo financiero global. En otras palabras, a quienes son responsables de muchas de las cuestiones que el Foro Económico Mundial dice buscar y ofrecer solución.
La guerra en Ucrania, la crisis energética, la inseguridad alimentaria, la recesión económica internacional, los altos niveles de conflictividad social y el cambio climático configuran la agenda de Davos 2023. Sin embargo, en muchos de estos temas cabe la responsabilidad de quienes, año tras año, han asistido a su asamblea anual.
La etapa actual del capitalismo, caracterizada por su financiarización y por alejarse completamente del capital productivo y la creación de riqueza, encuentra su expresión en el Foro Económico Mundial.
Es allí donde se han encontrado los representantes de las grandes empresas transnacionales y donde se han fortalecido las lógicas del mercado mundial y su búsqueda de un “Estado Global financiarizado”.
Los consejos de Davos
Más allá de cualquier análisis ideológico o político que se pueda hacer sobre cómo funciona y que propone el Foro Económico Mundial, basta con leer a la misma organización para sacar conclusiones al respecto. Dejando de lado la terminología y el lenguaje progresista -el capital siempre busca reinventarse- con el cual Davos presenta su reunión, sus recientes artículos resultan esclarecedores.
Según uno de sus últimos apartados de cara a la reunión anual, “antes, el salario, los beneficios y las oportunidades de ascenso eran las consideraciones primordiales para los trabajadores jóvenes”.
Sin embargo, según la recomendación de Davos al mundo empresarial, “el bienestar holístico, el activismo social y medioambiental y la realización personal encabezan su lista de valores”, en referencia a la actual juventud.
Entre otros consejos, en otra de sus recientes publicaciones, Davos analizó el rol de Latinoamérica en torno a los desafíos que enfrenta el mundo como la crisis alimentaria y energética. De este modo, como era de esperar, el Foro Económico Mundial sostuvo que nuestro continente es “un socio fiable”, entre otras cosas, por los acuerdos de libre comercio.
En tanto que, además, advirtió que “reformas equivocadas, que vuelvan a poner al Estado donde el Mercado puede hacer un mejor trabajo, un retorno al proteccionismo, todo ello puede descarrilar esta gran oportunidad”.
Dos ejemplos sirven para dar cuenta de cuales son la clase de consejos que el Fondo Económico Mundial dan a los Estados, especialmente para los del Sur Global, y que futuro propone para la juventud.