El viernes pasado se dio inicio a la 32 Fiesta Nacional del Chamamé. Desde el Anfiteatro Mario del Tránsito Cocomarola y durante diez noches, distintos artistas, consagrades y emergentes, exportan lo mejor de la música chamamecera.
Cada una de las noches tiene la misión de “celebrar nuestra herencia, nuestras raíces, nuestra heredad y el orgullo sincero de ser chamameceros”, anunció la presentadora al momento de marcar el inicio del primer sacupay. Nota al Pie realizó la cobertura exclusiva de la primera noche, de la que participaron artistas como Analía Espíndola, la Orquesta Sinfónica del Paraguay, el Grupo San José, entre otres.
Además, la actuación del reconocido músico Antonio Tarragó Ros, y el homenaje a su padre en el centenario de su nacimiento. “Tenemos una propuesta y es hacer un baile rezo, esto es porque mi papá se moría si no bailaban, a él le gustaba verlos bailar. Era músico de baile”, comentó el cantante sobre el escenario.
Agregó que tiene intenciones de llevar este homenaje a los distintos festivales en dónde participará. “Me pareció que era el mejor de los homenajes; que papá, desde algún lugar, los vea bailando. Esa es la idea”, aseguró. Por otra parte, la Fiesta también expone la danza, la poesía y la cultura musical de toda una nación.
La voz del chamamé
En el mes de enero Corrientes se convierte en el escenario mayor para celebrar el chamamé. Durante diez lunas parte de la esencia correntina se muestra al mundo a través de la música. Grandes artistas dicen presente para rendir tributo al, ahora, Patrimonio Cultural Inmaterial de la humanidad.
Antonio Tarragó Ros, fue el artista destacado y más esperado de la primera noche. Con una larga trayectoria y con el chamamé que le corre por la venas, conoce al género como nadie. “El chamamé es un baile rezo, porque es un camino al autoconocimiento. Es ir a buscar dentro tuyo, en lo más profundo, lo mejor que tenes para compartir”, aseguró.
Agregó que se trata de un género que tiene mucho que decir, “es un encuentro con tu alma, con Dios, con tu padre, con tu esencia; eso es el chamamé”. Su presentación comenzó con el despliegue coreográfico del Ballet Oficial y su primer contacto con el público fue recordando a su padre (también llamado Tarragó Ros).
“Ser tarragosero no es solamente tocar los temas de papá, es ser respetuosos con los compañeros, defender la flora, la fauna”, dijo después de mencionar que en el escenario se encontraba un acordeón de su padre, y que fue ejecutado por Damián Ibáñez, uno de sus músicos.
Noche de homenajes
La propuesta de homenajear al padre del músico nació por parte de les organizadores del evento. La intención fue destacar el aporte cultural de Tarragó Ros (padre) a través de su música. “Es una buena oportunidad para decirle gracias a mi papá, por tanto sacrificio, por tanto heroico momento”, destacó el artista.
También reconoció que heredó de su padre la humildad y el respeto por quienes hacen e hicieron del género un valor universal. “El chamamé fue salvado por la gente humilde, por el pobrerío. Entonces yo soy como soy porque aprendí de mi papá eso”, dijo.
El artista recorre el país con su música, y no solo sobre los escenarios. Recordó que en distintos pueblos baja con su instrumento y se deja inspirar por lo que siente.
En este sentido, recordó el valor de ser artista: “antes de la pandemia, en Federal, un compinche mío se levantó de la butaca, llorando, y me presentó a su nieta, mostrándome lo más hermoso que le estaba pasando y yo llevándole lo más hermoso que me estaba pasando que era tocar el acordeón para él y para los demás”.
Por otra parte, destacó la valoración del género después de ser distinguido por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial, y llamó a consolidar “la era del chamamé”. Para lo cual apeló a la humanidad y cercanía de les artistas.
“El artista tiene que estar para saber los dolores ajenos, pero no haciéndose la estrella, no. Tiene que estar al lado del corazón de la gente, humildemente. De eso se trata y hay que regresar con urgencia a eso.
La fiesta grande
Desde la organización del evento confirmaron que durante los primeros tres días unas 25 mil personas se acercaron al anfiteatro. Con una grilla variada y un despliegue artístico destacable, cada noche la propuesta chamamecera se intensifica.
El género no solamente es música, se destaca por su danza, su poesía y su manera de expresión. Así mismo, el cantante sostuvo que “hay que simplificar al chamamé; lo primero que hay que tener para bailar es algo para sentir”.
Por otra parte, este acontecimiento se convierte en una experiencia única para les artistas emergentes. Desde distintas localidades correntinas llegan y hacen su paso por el escenario les ganadores del concurso Pre Fiesta, que tiene la misión de rescatar el semillero artístico, tanto en danza como en canto.
Todavía restan cinco noches para culminar la celebración nacional, y se espera la participación de grandes artistas, como por ejemplo, Karina, La Princesita, Zoe Gotusso, entre otres, quienes experimentarán el chamamé en su máximo esplendor.