Hace tres años atrás Alberto Fernández derrotaba en la primera vuelta de las elecciones presidenciales a Macri que, como habitualmente sucede con la derecha, desde el golpe de la “Libertadora” en adelante, había hundido más todavía el país en la crisis que lo afecta desde 2012.
No nos convencía mucho la alianza que constituyó el Frente de Todos y llegaba al gobierno. Ya que los actores principales del mismo eran Cristina y el kirchnerismo, que venían de una muy mala gestión en el segundo mandato de aquella; con una enorme distancia entre el relato progresista que usaban, y los hechos concretos que asfaltaron finalmente el camino del regreso de la derecha reaccionaria de Cambiemos a la Rosada.
Aun así, desde Libres del Sur decidimos, en diciembre del 2019, apoyar la gestión que se iniciaba. El país había quedado muy mal económicamente con la presidencia de Macri, en particular con duro impacto sobre las mayorías populares. Además, entre otras infamias, un enorme endeudamiento externo con acreedores privados y el FMI por mas de 100.000 millones de dólares; dinero que se había fugado rápidamente al exterior.
A poco andar vino la pandemia y en momento tan difícil reafirmamos nuestro apoyo. Sin embargo, ya empezamos a observar allí que no habían vuelto “mejores” como decían. Al vergonzoso vacunatorio VIP para dirigentes y funcionarios oficialistas, se le sumó la fiesta de Olivos del presidente; esto en el terreno ético, de significativa importancia para quienes presumían de progresistas.
Pero a ello se le agregó la pésima y claudicante renegociación de la deuda con los bonistas privados del ministro Guzmán, que contó con el apoyo de Alberto y Cristina. Donde solo pateó un par de años para adelante la misma, sin ninguna quita de capital ni rebaja de intereses, como habían hecho Néstor y Lavagna en el 2005.
Ya en el 2021 se le empezó a ver la pata a la sota: continuaron haciéndole pagos al FMI, es decir, avalando la estafa de Macri en camino a un nuevo acuerdo; y comenzaron, en plena pandemia aun y en línea con aquello, a ajustar el gasto público.
Comenzaron, por tanto, a quedar claro dos cosas: 1) Que no harían, mas allá del discurso trucho, un gobierno favorable al pueblo que dijeron venir a representar. 2) Que, condicionados por el FMI y dóciles al Círculo Rojo, terminarían siendo no muy distintos en sus políticas al macrismo.
Retiramos entonces nuestro apoyo y pasamos a la oposición, en defensa del interés nacional y de nuestro pueblo.
Los 18 meses que transcurrieron desde entonces nos dieron la razón. Aceptaron la estafa y acordaron con el Fondo; lo pusieron a Massa en el Ministerio de Economía para cumplir a rajatabla el ajuste exigido por aquel nefasto organismo, como así también para volver bajo el ala de los yanquis como se puede observar; deterioraron los salarios y los ingresos de la inmensa mayoría para garantizarles las ganancias a los bancos, los sojeros y las grandes empresas formadoras de precios; frenan la economía y, peor aún, la van a frenar mas este año.
El 94,8% de inflación en el 2022, el doble de la que dejó Macri, junto al 40% de pobreza y los cuatro millones y medio de indigentes que hay en la actualidad, la mayoría niños y niñas, son la manifestación mas contundente del fracaso de este gobierno de Cristina, Massa y Alberto; que dijo venir a mejorar la situación del pueblo y a sacarlo de la crisis que ya lleva diez años.