Desde la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC), en conjunto con la Fundación Cardiológica Argentina elaboraron una serie de pasos a seguir cuando una persona tiene muerte súbita. En un paro cardíaco súbito, el corazón se detiene, la persona se desvanece, no responde y deja de respirar. Esta cadena de 6 pasos incluye el reconocimiento del paro cardíaco, el llamado a la ambulancia, la realización de RCP, el uso del desfibrilador externo automático (DEA), la atención en la ambulancia y el tratamiento médico definitivo.
El rol más importante que aumenta las chances de salvarle la vida a una persona es el de ‘el primer respondiente’. Es alguien testigo de la situación, es decir, ve como la persona de repente se desvanece, deja de respirar, no responde y entonces decide actuar haciendo reanimación cardiopulmonar (RCP), manteniendo circulando la sangre hasta que llegue la ambulancia. También será quien se asegure de llamar al sistema de emergencias (al 107 o al número que corresponda en cada provincia), por sí mismo o pidiendo a otro que lo haga, y comenzará con las maniobras de compresión.
Nota al Pie consultó al Dr. Fabián Gelpi, médico y secretario de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA) para aprender esta técnica que salva vidas.
La importancia de involucrarse y hacer RCP
Ante una situación en la que una persona se desmaya o pierde la conciencia, lo mejor es mantener la calma y seguir una serie de recomendaciones. Estas simples acciones son fundamentales y pueden salvarle la vida. A la hora de saber cuándo es necesario aplicar RCP, el Dr. Gelpi indicó: “si alguien de repente cae frente a mí y se desploma, hay que identificar que le falten dos cosas que son muy evidentes. Primero la muevo como si quisiera despertarla y veo que no reacciona. En segundo lugar, debo ver si respira o no, para eso hay que ver el pecho, si sube y baja como cuando alguien duerme. Esa persona que no reacciona y no respira necesita RCP, más allá de la causa que lo haya motivado”.
Simultáneamente se debe llamar a la ambulancia, o indicar a alguien que lo haga, y comenzar con las compresiones en el pecho. “Deben ser fuertes y rápidas. Fuertes como para hundir por lo menos 5 cm el pecho de la víctima, y rápidas, con una frecuencia de entre 100 y 120 por minuto. Esto logra que la sangre circule”, aclaran desde la Sociedad Argentina de Cardiología. Las compresiones se deben hacer hasta cumplir con el quinto eslabón de la cadena de supervivencia, que es la llegada de la ambulancia.
“Si en el lugar donde estoy hay un desfibrilador externo automático o DEA, hay que traerlo y empezarlo a usar”, agregó sobre el cuarto paso de la cadena. Respecto a chequear el pulso, el médico explicó que “lo que se vio hace ya varios años es que las personas que no tenían experiencia médica e intentaban tomar el pulso, se equivocaban. El problema no es que hacían RCP de más, sino que creían encontrar el pulso cuando no era así y por lo tanto no hacían las maniobras, lo cual era grave”.
Si bien esta técnica podría llegar a generar algún daño, como una lesión en las costillas, ninguno es tan grave como para ocasionar la muerte a alguien que está con muerte súbita. “Si me pongo a hacer compresiones en el pecho a una persona consciente, no le hago ningún daño. La RCP no puede hacer más daño que el que la persona ya tiene. Puede pasar que cuando se hace la maniobra alguna costilla se salga de lugar o se luxe, pero esa lesión es secundaria a la gravedad del cuadro”, aclaró el Dr. Gelpi.
El uso del desfibrilador
El desfibrilador (DEA) es un dispositivo de muy fácil utilización cuya función es dar una descarga eléctrica, o las que sean necesarias, al pecho de la persona en paro cardíaco. Está diseñado especialmente para que cualquier persona lo use, sin necesidad de ser profesional. De estar disponible en el lugar, con solo abrirlo o encenderlo el DEA va a dar las instrucciones de uso en español.
“Producirá una descarga eléctrica sobre el paciente solo si corrobora que hay una arritmia, llamada fibrilación ventricular, que es la que está produciendo el paro cardíaco. Cuando el corazón tiene esta alteración grave en su ritmo, deja de latir haciendo que la sangre deje de circular. La descarga eléctrica produce que el corazón deje de temblar, se resetee, y vuelva a funcionar nuevamente”, explicó el Dr. Gelpi,
“Es importante señalar que en el 90% de las veces, los paros cardíacos súbitos se producen por esa alteración en el ritmo del corazón y por cada minuto que se demora la desfibrilación la supervivencia disminuye un 10%”, agregó. Por eso, les especialistas destacan la importancia de fomentar que los desfibriladores estén ampliamente disponibles en espacios públicos, en donde el flujo de personas sea considerable. Por ejemplo, en escuelas, centros comerciales, gimnasios, oficinas y unidades habitacionales.
“Si me querés, aprendé RCP”
Si se logra cumplir los primeros 4 pasos dentro de los tres minutos de producido el paro cardíaco, el 80% de los pacientes llegan con vida al hospital. “Esto significa ni más ni menos que con un primer respondiente que identifique el episodio, llame a la ambulancia, comience con la RCP y use un DEA, aumentaremos un 80% las posibilidades de que la persona afectada legue con vida al hospital, si la comparamos con la casi nula oportunidad que tendrá si no recibe ninguna atención. Por eso es tan importante involucrarse”, destacan desde la Sociedad Argentina de Cardiología.
El Dr. Gelpi explicó que el 70% de las muertes súbitas ocurren en el domicilio. “Si vamos a las estadísticas, el 70% de las muertes súbitas ocurren en las casas. Lo que uno tendría que preguntarse no es si me voy a cruzar con alguien en la calle que lo necesite, sino si uno sabría qué hacer con su propio familiar. “En una charla una vez dijeron: pregúntenle a sus parejas si los quieren, y después pregúntenle si saben hacer RCP”, reflexionó. “En la FCA fomentamos la formación de primeros respondientes dándoles el entrenamiento requerido. Necesitamos vecinos, familiares, compañeros de trabajo que signifique la oportunidad de supervivencia del otro”, destacó.