Con tan solo 24 años, Francisco Cerúndulo se convirtió en la cara más resonante del tenis para el público argentino. La temporada pasada no solo logró su primer título ATP, sino que también se midió ante rivales de gran nivel que se ubicaban en el “Top Ten” y de quienes recibió halagos a pesar de sus derrotas.
Además, registró su mejor posición en el ranking mundial, al ser el número 24 por un lapso corto y comenzó este año en el top 30. De esta forma, el tenista será el líder del equipo argentino en la Copa Davis.
El tenis desde la cuna
La historia de Francisco Cerúndolo con el tenis se escribió desde su concepción, ya que sus padres fueron tenistas y desde muy chico se enamoró de la pequeña pelota verde y la red. El legado familiar continúa en su raqueta y en la de su hermano menor, Juan Manuel. En tanto, su hermana, María Constanza, juega al hockey.
Sus primeros golpes con la raqueta fueron en la academia de sus papás, Alejandro Cerúndulo y María Luz Rodríguez. Aunque luego practicó otros deportes como rugby, fútbol y hasta básquet, eligió quedarse con el tenis.
Desde su debut profesional, en menos de cinco años el tenista ha dado pasos gigantescos. En el 2018 representó a la Argentina en los Juegos Sudamericanos que se disputaron en Cochabamba, Bolivia, donde se colgó la presea plateada.
En el corto tiempo comenzó el proceso de su evolución: los primeros títulos iniciaron en 2020 y hasta la actualidad registra cinco Challenger, segundo nivel del tenis profesional, y un titulo ATP 250.
Cerúndulo terminó los últimos tres meses de 2020 con tres Challenger. En octubre de ese año se impuso en suelo croata ante el portugués Pedro Sousa por 4-6, 6-3 y 7-6.
Luego, sus victorias fueron en tierras sudamericanas. En noviembre superó a Andrej Martin por 6-4, 3-6 y 6-2 en Ecuador y finalizó el año en Brasil al ganar al español Roberto Carballés Baena por 6-4, 3-6 y 6-3.
Al siguiente año, a pesar de tener nuevos enfrentamientos internacionales, solo le ganó a su compatriota Tomás Etcheverry por un 6-1 y 6-2 en suelo italiano.
Un 2022 revolucionario
Rulo, como es conocido por su círculo íntimo, inició con el pie derecho el 2022. A finales de enero se instaló en la final y se impuso ante Camilo Ugo Carabelli en el Challenger de Santa Cruz.
Su ilusión, como había manifestado en los medios durante la temporada 2021, era entrar en el top 30. Fue su reto personal, y su ingreso al grupo selecto significaría tener más invitaciones a torneos e ingresos como preclasificado.
Su trabajo tomó fuerza y logró no solo cumplir su objetivo sino también lograr su primer título profesional. Alzó el ATP 250 en Suecia, más precisamente en la ciudad de Bastad, tras vencer a su colega Sebastián Báez por 7-6 y 6-2 durante 1h y 50 mts.
Aquel trofeo significó un hecho muy relevante en su carrera, ya que fue su envión anímico para afrontar lo que restó del año. Llegó a las semifinales del ATP de Hamburgo, donde cayó ante Musetti y su nivel continuó con un buen tenis, pero que no le bastó para llevarse el triunfo.
Además se ganó su lugar en el equipo de la Copa Davis capitaneado por Guillermo Coria. Aunque fue derrota para el combinado nacional, su participación ante Marin Cilic dejó una buena imagen. Y finalizó el año de la mejor manera posible, al quedarse con el Olimpia de Plata, premio que lo distinguió como mejor tenista de la temporada 2022.
Este año, su aventura comenzará con el torneo ABS Classic de Nueva Zelanda, en la previa del primer Grand Slam del año que será el Abierto de Australia. Seguidamente, defenderá los colores nacionales por la Copa Davis, donde será el líder de Argentina ante la ausencia de DiegoSchwartzman.