En noviembre de 2022, el ministro de Economía, Sergio Massa, anunció la implementación del programa Precios Justos en todo el país. Sin embargo, desde el interior denuncian la escasa entrega de productos por fuera de las grandes cadenas de comercio. Según informó el medio Bae Negocios, allí el abastecimiento no llega al 50%.
Ante el problema de la inflación, este programa nació con la intención de congelar los precios por cuatro meses para lo que fue necesario un acuerdo con determinadas empresas.
En su lanzamiento, Massa confirmó la presencia de más de 1700 productos de primera necesidad entre los que figuran artículos de almacén, lácteos, bebidas, de limpieza y perfumería, entre otros.
El principal lugar donde se distribuyen estos productos dentro del programa es en los supermercados y distribuidores mayoristas. En tanto, los comercios chicos de barrio, y sobre todo, aquellos del interior del país, se encuentran con faltantes.
En este sentido, cadenas regionales, almacenes y supermercados chinos presentaron, por separado, notas al Gobierno para reclamar la entrega de productos de Precios Justos.
Para profundizar sobre el tema, Nota al Pie entrevistó a Francisco Martirena Auber, redactor de economía en Bae Negocios.
Precios Justos en los negocios de barrio
El programa Precios Justos no se aplica por igual en todos lados: almacenes, cadenas regionales y supermercados chinos son los que presentan mayores dificultades para acceder a los productos solicitados.
Además, señalan que por fuera de las grandes ciudades se descuida todavía más los controles sobre el programa, en especial en pueblos del interior.
En este sentido, Martirena Auber opinó que el programa “es una idea interesante”, pero señaló algunos de los problemas que atraviesa esta iniciativa.
En primera instancia, planteó que “los acuerdos no pueden ser solamente con los grandes supermercados, hay que hacerlos en todos los niveles”. Respecto a esto, agregó que si bien se firman algunos de esos acuerdos que abarcan un aspecto más amplio, generalmente “después no se cumplen”.
En cuanto a la falla para que los productos lleguen a todos lados por igual, explicó que “una de las razones, generalmente, es que las grandes empresas hacen buena letra con los supermercados mientras que a los más chicos les cobran lo que quieren”.
“Los productos llegan a los negocios chicos más caros, porque estos se nutren de lo que compran en los mayoristas, los cuales remarcan lo que compraron a las fábricas”, resumió respecto a la cadena de comercialización.
Los insuficientes controles de precios
La falta de controles de precios suele ser algo habitual ante todo programa de precios que se implementa. En este sentido, Martirena Auber señaló que ante tantos miles de comercios, autoservicios y almacenes en todo el país “el recurso humano es escaso, no existe tanta capacidad de control”.
En este sentido, advirtió: “No es que el Gobierno no quiera controlar, yo creo que todos quieren hacerlo porque si se disparan los precios, políticamente tampoco les sirve”.
Ante la evidente falta de cobertura oficial de los precios fijados, el entrevistado concluyó que es importante que la población “también se haga partícipe de los controles y haga las denuncias correspondientes”. Al respecto, opinó que la aplicación Precios Justos “suma”, para un control colectivo de precios.
La app Precios Justos tiene como objetivo el control ciudadano de los precios que están dentro del programa. A través de ella se podrá realizar una denuncia en caso de sobreprecios o falta de stock.