Durante la jornada de este martes, Cancillería recordó el 190° aniversario de la “ocupación ilegítima de las Islas Malvinas” por parte de Reino Unido. Este accionar tuvo lugar el 3 de enero de 1833 y utilizó tropas militares para desalojar “la población y las autoridades argentinas allí establecidas legítimamente”.
Asimismo, según relató el documento, “establecieron súbditos del Reino Unido que instauraron, desde entonces, medidas restrictivas para evitar el reasentamiento del pueblo argentino”. A partir de ese momento y hasta la fecha, todos los gobiernos argentinos mantuvieron vigente el reclamo.
El Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto brindó un comunicado en el que se aprecia de manera clara su postura sobre lo sucedido hace casi 200 años. Lo hecho por los británicos fue “contrario al derecho internacional, inmediatamente rechazado y protestado por las autoridades argentinas de aquel momento”, explicó el Ministerio.
A su vez, se pronunciaron desde el Palacio San Martín mediante un escrito que indica el accionar que se ha tomado en Argentina. “Desde entonces, todos los gobiernos argentinos han reafirmado ininterrumpidamente sus legítimos e imprescindibles derechos soberanos sobre las Islas Malvinas”, indicó la Cancillería.
De igual modo, la postura sobre la pertenencia argentina también apunta a “las Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes”. Debido a esa significativa invasión histórica, desde entonces existe una disputa de soberanía entre la República Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte.
La misma se reconoció y adoptó por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1965, mediante la Resolución 2065 (XX). Lo sucedido hace 190 años generó una gran grieta entre ambos gobiernos al momento de cooperar. Estos desacuerdos se traducen en varios ámbitos y perduran hasta la actualidad.
Las Islas Malvinas, un territorio heredado
La historia no deja de escribirse, lo que logra nuevos descubrimientos geográficos que deben ser reconocidos de manera territorial por cada país correspondiente. Con las Islas Malvinas sucedió lo mismo al poco tiempo de su descubrimiento, en 1492. Aunque, desde ese momento, formaban parte del área bajo jurisdicción de España.
Ese vínculo inició a partir de la entrada en vigor de los primeros instrumentos internacionales que delimitaron el “Nuevo Mundo”. Muchos años después se empezó a tratar la pertenencia territorial de las islas debido a que, entre 1767 y 1811, hubo una continua sucesión de 32 gobernantes españoles.
Sin embargo, dentro del proceso de independencia los primeros gobiernos patrios de las Provincias Unidas mantuvieron el ejercicio de soberanía y la administración de las Islas Malvinas. Las mismas fueron calificadas como parte integrante del territorio, el cual fue heredado de España por sucesión de Estados.
Esa “herencia” se produjo en base al principio de “uti possidetis iuris” de 1810, y desde aquel momento las islas fueron consideradas argentinas. Diez años después, el 6 de noviembre de 1920, el coronel de la Marina argentina, David Jewett, se apoderó de las Islas Malvinas.
Ese movimiento fue llevado a cabo en nombre de las Provincias Unidas del Río de la Plata, lo que provocó que se ice la bandera argentina por primera vez. Por otro lado, el gobierno argentino encaminó el dictado de normas y el asentamiento de las estructuras jurídicas y administrativas que conformaron el ejercicio de su soberanía.
Esos cambios incluyeron la iniciativa plena para el desarrollo de actividades comerciales y, posteriormente, el establecimiento de la población. De ese modo, el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires fundó, el 10 de junio de 1829, la Comandancia Política y Militar de las Malvinas. Al unísono hizo lo mismo con las adyacentes al Cabo de Hornos.
Una ocupación británica de manera ilegal
Con 190 años transcurridos desde aquella invasión histórica por parte de Gran Bretaña, todes les argentines sostienen que las Malvinas les pertenecen. Mediante un método ilegítimo para concretar su ocupación, los gobiernos de ambos territorios forjaron una disputa de soberanía que se adoptó en 1965 bajo la resolución 2065 (XX).
Esa resolución no tuvo ningún voto en contra y aprueba el llamado de la comunidad internacional para continuar “sin demora a negociaciones bilaterales entre Argentina y Reino Unido”. Asimismo, también apunta a que “permita encontrar una solución pacífica a la disputa de soberanía teniendo en cuenta los intereses de los habitantes de las Islas”.
Dentro de este marco, Cancillería expresa que “la comunidad internacional ha reiterado la necesidad de reanudar las negociaciones bilaterales a la brevedad posible”. Además indica que ese objetivo “fue expresado en 10 resoluciones de la Asamblea General y en más de 40 resoluciones del Comité Especial de Descolonización de la ONU”.
Incluso mencionó “numerosas declaraciones de foros regionales y multilaterales, tales como la OEA, el G77 más China, el Mercosur, la Cumbre Iberoamericana, la CELAC, el SICA, el Parlasur, entre otros”.
Una postura en defensa del derecho de pertenencia
La Cancillería destacó en su comunicado que “la negativa británica a cumplir con la obligación de resolver las controversias por medios pacíficos se encuentra agravada”. A lo que justificó: “Por la continua introducción de actos unilaterales por parte del Reino Unido”, lo que dificulta poder finalizar el colonialismo en todas sus formas.
Dentro de sus acciones destacó “la exploración y explotación de recursos naturales renovables y no renovables, que la Argentina ha rechazado ininterrumpidamente”. Bajo la misma línea, explicó que “el Reino Unido mantiene en las islas una injustificada y desproporcionada presencia militar”.
Luego añadió: “Con la que regularmente realiza maniobras y ejercicios toda vez que la Argentina no representa ninguna amenaza para el Reino Unido”. Por otro lado, el texto remarca que “este año se cumplen 40 años desde la recuperación de la democracia en Argentina”.
A lo que encasilla como el período en el cual todos los gobiernos han reivindicado la resolución pacífica de las controversias. Desde el Palacio San Martín también critican la militarización británica en el Atlántico Sur ya que “recientemente han buscado introducir fuerzas de seguridad de terceros actores en las islas”.
Dentro de ese marco destacó “la negativa enérgica de Argentina debido a que compone un apartamiento intencional de las infinitas resoluciones de las Naciones Unidas y otros organismos internacionales”.