Una de las palabras que describió al clima del 2022 es el calor. También los récords de temperatura y de niveles de sequía. Asimismo, fue un año en el que quedó en evidencia cómo las cuestiones políticas influyen en el cuidado (o no) del medioambiente.
El calor, gran protagonista del año
Meteorológicamente hablando, el 2022 fue un año de extremos. Hubo cuatro cuestiones a destacar: olas de calor extremas y sin precedentes; un otoño e invierno con condiciones más frías de lo habitual; récord en niveles de sequía y temperaturas más altas en la Antártida.
Así lo determinó el reporte preliminar del Clima en Argentina 2022 del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), el cual evaluó las condiciones climáticas que afectaron al país desde el 1 de enero al 30 de septiembre de este año. El informe fue un insumo fundamental para el Plan de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático, que se presentó en la 27° Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2022 (COP27).
En los nueve meses que relevó el informe, se registraron diferentes fenómenos. De forma curiosa, fue un año que registró temperaturas récord tanto altas como bajas.
Enero comenzó caluroso. En el verano 2021/2022 ocurrieron las tres primeras olas de calor de la temporada. Un evento sin precedentes afectó a gran parte del país entre el 6 y el 26 de enero: Argentina era un horno.
Según el informe del SMN, esta fue una de las olas de calor más extremas debido a su extensión (72% del territorio nacional) y duración de hasta 14 días. En ese tiempo, 24 localidades batieron récords históricos de temperaturas extremas.
Y el círculo del calor se cerró. A mediados del pasado noviembre, gran parte del norte y centro de Argentina (junto a países vecinos) experimentaron temperaturas inusualmente altas. Más tarde, una segunda ola de calor a principios de diciembre dejó números que superaron los 40 °C en 24 estaciones meteorológicas. Cuatro de ellas por encima de 45 °C, según un análisis del World Weather Attribution (WWA).
A su vez, el informe del SMN reportó temperaturas más altas en la Antártida. La temperatura media desde enero a septiembre del 2022 fue superior a lo normal en las seis estaciones antárticas. Durante el verano, las estaciones Belgrano II y Carlini alcanzaron sus máximos absolutos.
Otro año de sequía
La región experimenta una sequía que comenzó en 2019 y empeoró desde entonces. Hasta septiembre, el 2022 se posicionó en el puesto 18 de los años más secos desde 1961.
En junio pasado, once localidades del centro del país tuvieron récords de precipitación acumulada mínima. Entre enero y febrero prevalecieron condiciones de sequía extrema en el norte del Litoral. Además, desde mayo se experimentó una sequía moderada a severa en el centro del país.
Esta situación trajo consecuencias desafortunadas. Una de ellas es la bajante del Río Paraná, que comenzó en marzo de 2020. Según informó el Instituto Nacional del Agua (INA), las condiciones son mejores que las de 2020 y 2021. Sin embargo, “la perspectiva climática aún no permite establecer un límite temporal del escenario de aguas bajas”. Además, comunicó que su nivel seguirá en descenso en enero de 2023.
El INA confirmó que es la bajante más larga desde 1884. Esta afecta el abastecimiento y calidad del agua potable, la navegación y operaciones de puerto, el ecosistema y la generación de energía hidroeléctrica. Entre otras consecuencias, ante la sequía aumentaron los incendios en las islas del Paraná.
El fuego azotó a esa región, en especial a Corrientes, al comenzar el año. Entre fines de febrero y principios de marzo, se quemó el 11% del territorio provincial. Además, los incendios afectaron el 40% de la superficie del humedal más grande del país: los Esteros del Iberá.
Los incendios forestales arrasaron, entre enero y septiembre de 2022, más de 700 mil hectáreas en distintas provincias de Argentina. Así lo confirmaron el Servicio Nacional del Manejo del Fuego (SNMF) y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). El último gran foco ígneo se registró en Tierra del Fuego, a principios de diciembre. El territorio afectado es el de la reserva provincial “Corazón de la isla”, a pocos kilómetros del municipio de Tolhuin.
El calentamiento global: un agravante que preocupa
El cambio climático hizo que la ola de calor récord en el norte de Argentina, a principios de diciembre, fuera 60 veces más probable. Así lo determinó el análisis de atribución del WWA. Esto no sucede solo en el país, sino que en todo el mundo estos fenómenos son más comunes, largos y cálidos.
Además, pronosticó que se puede esperar un evento similar aproximadamente una vez cada 20 años, con un 5% de posibilidades de ocurrir cada año. Y afirmó que sin los efectos de las emisiones humanas de gases de efecto invernadero, habría sido algo extremadamente inusual.
El mismo análisis aseguró que si las temperaturas globales continúan aumentando, los eventos como estos serán más frecuentes e intensos. Por ejemplo, si las temperaturas medias globales suben hasta un calentamiento total de 2 °C, una ola de calor tan caliente como esta sería cuatro veces más probable.
Las implicancias en Argentina
Este año, los problemas medioambientales se metieron de lleno en la agenda mediática nacional. La gran magnitud de fenómenos como las sequías y los incendios, y situaciones como las “invasiones de carpinchos” en barrios donde antes había humedales pusieron a la ecología en el foco.
La sequía afectó fuertemente al sector agropecuario, ya que peligran las cosechas y la cría de diferentes ganados. Sin embargo, también se puso en discusión en la sociedad argentina si las plantaciones existentes son las correctas para las clases de suelo.
Otra lucha de los sectores ambientalistas en el 2022 fue la de la aprobación de la Ley de Humedales. El tratamiento del proyecto en la cámara de Diputados quedó pendiente para el 2023. De confirmarse, la legislación establecería presupuestos mínimos para proteger esos ecosistemas.
A su vez, el fin de año en lo referente a lo ambiental cerró con la ausencia del presidente Alberto Fernández en la COP 27. Si bien asistió una delegación argentina, la Cumbre Mundial del Clima no concluyó con grandes acuerdos significativos en lo referente al cuidado de la Tierra.