Durante gran parte del 2022, les trabajadores del subte denunciaron que las unidades están contaminadas con asbesto. En este marco, señalaron a la empresa Emova (Metrovías) como responsable de esparcirlo por la red de subtes. Además, exigieron la compra de nueva maquinaria libre de este mineral cancerígeno.
Asbesto, una sustancia criminal
El asbesto es una sustancia mineral clasificada como cancerígena por varias organizaciones de renombre. Según el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, el asbesto fue clasificado como un cancerígeno humano reconocido por el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos (HHS).
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte sobre el uso de asbesto desde hace más de doce años. Según la entidad, todas sus formas resultan cancerígenas para el ser humano. Dicha sustancia ocasiona principalmente cáncer de pulmón, laringe y ovario.
Cabe mencionar que, en Argentina, el asbesto llegó al subte por la responsabilidad de una empresa privada que es poco controlada por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Desde la Asociación Gremial de Trabajadores de Subte y Premetro Metrodelegados (AGTSyP) expresaron su preocupación por la falta de un relevamiento de la cantidad real de personas que estuvieron expuestas a la sustancia cancerígena.
Una lucha que continúa sin respuestas
Desde 2019 en el Taller Rancagua, debajo del parque Los Andes en Chacarita, trabajan 120 personas. Allí se reparan los subtes de la línea B y les trabajadores denuncian su exposición al asbesto.
La noticia de que los coches CAF-5000 españoles tenían asbesto se conoció en el 2018 y alertó a toda la sociedad argentina. Estos trenes fueron comprados en 2011 cuando Mauricio Macri era jefe del gobierno porteño.
Desde ese entonces, les trabajadores no dejaron de reclamar. En abril de este año, la empresa Emova cambió el sistema de ventilación de Rancagua, lo cual favoreció el esparcimiento de la sustancia por el taller y, luego, por la línea.
De esta manera, AGTSyP se mantiene en pie de lucha desde el inicio. Sin embargo, no hay respuestas concretas acerca de una pronta resolución. Debido a esto, en uno de sus comunicados de prensa, aseguraron: “Conseguiremos obligar a Metrovías-Emova a realizar una serie de cambios y arreglos parciales“.
Además, afirmaron: “Logramos el ingreso de una parte de los trabajadores al Registro de Agentes de Riesgo, y en el camino se comprometieron a llevar adelante algunas obras. Una de ellas en el taller Rancagua de la línea B”.
Pese a esto último, el cambio de ventilación se realizó sin controles y sin garantizar la seguridad en el proceso de extracción.
Hasta dónde llegó la contaminación
En noviembre de este año, confirmaron la presencia del asbesto en una escuela y un jardín de infantes en Caballito. Desde AGTPyS, se acercaron a la Escuela primaria “Organización de Estados Americanos” y al jardín “El Tranvía” para advertir sobre la presencia de la sustancia en talleres cercanos. Estos son Bonifacio y Polvorín, ubicados al lado de las comunidades educativas.
Luego, las autoridades escolares enviaron un pedido de estudios para medir la calidad del aire del establecimiento. Por otra parte, le solicitaron al Ministerio de Educación que gestione el retiro inmediato del material.
Tres muertes como consecuencia del asbesto
Según Claudio Dellecarbonara, referente de Metrodelegados, más de 70 trabajadores presentan problemas de salud. “Es un reclamo que tiene que ver con la salud, con la vida de los trabajadores, pero también de los usuarios, teniendo en cuenta que ya tenemos tres compañeros fallecidos por exposición al asbesto”, dijo hace unas semanas a Nota al Pie.
Además destacó la falta de datos que informen y expliquen los riesgos de estar en contacto con esta sustancia para les usuaries que toman el subterráneo todos los días.