El fútbol a nivel global, pero sobre todo en Argentina, está aún con la fiebre mundialista; aunque los clubes no dejan de ser noticia de cara al 2023. Con la próxima temporada como objetivo y el mercado de pases activo, el fútbol argentino pone primera con la danza de nombres. Una de las grandes sorpresas es el regreso de Maximiliano Morález a Racing luego de 15 años, club del cual surgió. De este modo, “Frasquito” se va del New York City tras cinco temporadas.
El plantel de Fernando Gago suma así su segundo refuerzo. El primero fue el lateral chileno Oscar Opazo como la nueva cara para las múltiples competencias del siguiente año. Con la llegada de uno de los hijos pródigos del club, el entrenador podrá cubrir bien el puesto que dejó Emiliano Vecchio. El ex Rosario Central se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda en octubre y tras ser operado podrá recién volver a jugar en el segundo semestre.
Su traspaso fue un secreto manejado por la dirigencia, encabezada por el presidente Víctor Blanco, quien hace tiempo quería repatriarlo. El mandatario “albiceleste” viajó a tierras norteamericanas antes de ir a Qatar para cerrar la operación y contar con él al inicio de la pretemporada. Moralez no renovó con el conjunto neoyorquino y logró así desvincularse para cumplir su sueño de retirarse en el club que lo vio nacer.
“Tiene ganas de estar y nosotros, de tenerlo”, sostuvo Blanco a un importante medio argentino. Es así que todos en Racing lo esperan con los brazos abiertos para intentar ser protagonistas en todos los torneos que tendrán durante el 2023. Con la Copa Libertadores como el máximo objetivo, clave para la llegada de Moralez, Racing también jugará la Liga Profesional y la Copa Argentina. El técnico no quiere dejar de ser competitivo para pelear en todos los frentes.
Con su presentación a mitad de semana, Morález firmará contrato por dos años, luego de su revisión médica, y así tendrá su tercer ciclo en Racing. El primero fue entre 2004 y 2007, y el segundo en 2008, pero siempre tuvo la idea clara de que regresaría para ponerle punto final a su carrera. La familia fue muy importante para esta trascendental decisión de volver al último campeón del año 2022 en Argentina.
Un inicio con grandes luces
El oriundo de la provincia de Santa Fe tuvo su debut en el 2005 con la camiseta de Racing bajo las órdenes de Gustavo Rivarola. A pesar de que demostraba gran talento, recién para 2006 y con la llegada de Diego Simeone empezó a ganarse la titularidad. Sus grandes actuaciones lo convirtieron en el motor del equipo y la posibilidad de ser visto desde ligas del exterior.
Para el segundo semestre del 2007 llegaría al FC Moscú de Rusia a cambio de 6 millones de dólares. Aunque para la siguiente temporada retornaría al club de Avellaneda, el cual estaba con grandes dificultades económicas y deportivas. En el 2008 jugó la promoción por la permanencia contra Belgrano de Córdoba. El partido de ida terminó 1-1 como visitante, mientras que para la vuelta en casa Moralez marcaría el único gol que dejó a Racing en Primera División.
A inicios del 2009 Frasquito fue comprado por Vélez y en el primer semestre consiguió el Clausura, donde marcó cinco goles en 14 partidos. Uno de esos tantos se vio envuelto en polémicas durante el encuentro contra Huracán por el título en la última fecha. Luego de que el arquero rival recibiera una falta que no cobró el árbitro, Moralez anotó el gol del triunfo y del campeonato. También consiguió el Clausura 2011 antes de partir rumbo a Europa.
Los últimos 10 años de Maximiliano Morález
A mediados de 2011 el jugador fue vendido, pocos meses después de renovar, al Atalanta de Italia, club que pagó 7 millones de dólares por su pase. Durante las cuatro temporadas que estuvo en el cuadro italiano alternó buenas y malas presentaciones, pero nunca dejó de ser tenido en cuenta por los entrenadores. En diciembre del 2015 dejaría el Viejo Continente para jugar en el club León de México, aunque estuvo en el fútbol azteca poco más de un año.
En febrero del 2017 se convirtió en jugador franquicia del New York City, lo que lo colocaba como un futbolista estrella en Estados Unidos. En la Major League Soccer estuvo cinco temporadas, aunque sin dejar una gran huella trascendental. A pesar de ello, en el 2021 obtendría su único título en territorio norteamericano, al ganar la MLS Cup frente a Portland Timbers desde los doce pasos.
En cuanto a su vínculo con la Selección Argentina, tuvo su debut en 2011 en un amistoso contra Venezuela. Sin embargo, no pudo jactarse de ser parte central del combinado nacional por ser contemporáneo de muchas otras figuras de aquel entonces. Por este motivo, no contó con grandes oportunidades de defender la camiseta argentina de manera oficial. De igual modo fue parte del seleccionado Sub-20, con quien fue campeón del Campeonato Sudamericano y el Mundial de la categoría en 2007.
Otros casos de ídolos que pegaron la vuelta
En Argentina, el sentido de pertenencia dentro del fútbol es muy fuerte en cuanto a los clubes y sus grandes ídolos. Es por esto que muchos deciden retornar al país en plena vigencia. Uno de los casos más emblemáticos es el de Juan Román Riquelme, quien luego de probar suerte en Europa decidió volver a Boca en 2008 con tan solo 30 años. Un año antes estuvo a préstamo y ayudó a conseguir la Copa Libertadores pero en 2008 puso la firma definitiva para quedarse.
Sin dejar de lado al club de La Ribera, entre sus filas resalta otro caso dentro de la modernidad del fútbol. Resulta que Carlos Tévez también pegó la vuelta desde el Viejo Continente con mucho por dar todavía. El “Apache” dejó la Juventus de Italia en 2015 con 31 años de edad, tras salir campeón y ser la gran figura. Durante su estadía en el conjunto “Xeneize” demostró que aún seguía con cuerda para competir en el más alto nivel.
Por el lado de Racing, al igual que Morález, otro ídolo regresó a los 35 años y revolucionó todo en Avellaneda. En este caso se trata de Diego Milito, quien luego de romperla en el Inter de Italia decidió volver al club de sus amores en 2014. En cuanto a River, Marcelo Gallardo regresó como jugador a los 33 años en 2009 para su tercer ciclo en el club. De todos modos, no fue un gran paso, y un año después se fue a Nacional. Sin duda que su huella la dejó como entrenador.
Otro de los casos más resonantes se dio en La Plata, cuando Juan Sebastián Verón regresó a Estudiantes en 2006 con 31 años. Su estado físico y futbolístico se encontraban en total plenitud al punto que pudo jugar hasta 2012, con dos regresos posteriores en 2013 y 2017. Por último están los casos sobresalientes de Gabriel Heinze y Maximiliano Rodríguez en Newell’s. El primero volvió a Rosario en 2012 con 34 años y el segundo hizo lo propio el mismo año pero con 31. Además, la “Fiera” tuvo un segundo regreso en 2019 con 38 años.