El pasado jueves llegó a la pantalla grande Los inoportunos, la ópera prima del director rionegrino Ismael Zgaib. Se trata de una comedia desopilante y muy fresca, condimentada con el humor cordobés.
En la trama, un joven se anima a invitar a una compañera de trabajo a salir. Pero dicha primera cita será difícil de concretarse, al presentarse una serie de enredos y complicaciones de la mano de amistades y familiares. Ambientada en la década de los 90, no es un detalle primordial en la historia pero suma mucha estética y nostalgia a la propuesta.
El film se puede ver en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) en el Cine Gaumont, y en Córdoba en el Espacio INCAA Unquillo, y el Complejo Cinerama. En Rio Negro en el Cine Teatro Circulo Italiano de Villa Regina. Y también está disponible en la grilla de CineAr.
El film goza de mucha magia desde lo visual, y el director logra explotar la realidad y la fantasía del personaje principal. Hay escenas muy bellas y memorables, ya desde su inicio donde se presentan los títulos de una manera singular. Mientras el joven protagonista prepara su retiro de su lugar de trabajo, se muestran elementos de oficina como sellos, carpetas, folios y etiquetas.
Hay un uso de recursos visuales y escenográficos notables durante todo el film. Una propuesta que mezcla con astucia el arte de clásicos cinematográficos de varias décadas pasadas y también recursos teatrales. Es más, por cómo está diseñada y los espacios que se utilizan, con pequeños cambios podría ser llevada al escenario.
El punto de partida presenta a José Maria, un treintañero despidiéndose de su trabajo, una entidad bancaria. Camino a su casa lo carcome la ansiedad y decide finalmente invitar a salir a una compañera que siempre le gustó. En este marco, hay una escena excelente con una cabina de Telecom desde donde hace la llamada a la joven.
De regreso al hogar y dispuesto a arreglarse para el encuentro, se topa con sus tres mejores amigos esperándolo. Y desde allí comienza una serie de enredos alocados e hilarantes entre estos, más la llegada de varios integrantes de su familia.
Una gran troupe actoral
Algo a subrayar de positivo en la propuesta es lo variado, numeroso y acertado del elenco de Los inoportunos. Ya el actor principal, Santiago Zapata, versátil en composiciones de personajes, ha cosechando frutos como parte de varias producciones regionales y nacionales. Es muy natural en su labor actoral, en la que logra equilibrar el humor y el drama con pinceladas de ingenuidad.
Sin embargo, quienes logran sobresalir son el trío de actores que hacen de amigos. Gaston Palermo es pura versatilidad, Matías Benedetti representa una total expresividad, y Marcos García es exquisito en un personaje carismático y de alta simpatía.
El elenco se completa con Paula Belli, Maximiliano Bini, Cokó Albarracín, Camila Murias, Juan Rojo y Alicia Vissani. Todes elles se entregan de forma total para armar situaciones desopilantes, en una producción donde la dinámica es constante. Además, el film cuenta con un guión divertidísimo del propio Zgaib junto a Nicolás Abello, más un vertiginoso manejo de cámaras de Santiago Sgarlatta.
El vestuario, el mobiliario y la ambientación están muy bien logrados para reflejar la década de los 90. En este sentido, hay un cuidado arte escenográfico de la mano de Florencia Nogue.
Además, en Los inoportunos se aprecian muchas referencias a films y series norteamericanas, que con inteligencia la producción supo mezclar con la idiosincrasia nacional. Más allá que todo señala un tiempo histórico preciso, el resultado final es una trama que parece atemporal.
Es un film de ciudad, donde sobresale el dinamismo físico más que los diálogos. Sí, por el maravilloso acento y el pícaro humor es evidente que la historia ocurre en Córdoba. Mas si no fuese por ello podría darse en cualquier centro urbano del país.