El ministro de Economía de la Nación, Sergio Massa, firmó un acuerdo con Estados Unidos por intercambio de información automática entre cuentas de argentines y estadounidenses. Lo anunció en el Centro Cultural Kirchner (CCK) junto al embajador norteamericano en Argentina, Marc Stanley, y el titular de Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Carlos Castagneto.
Camino a una legislación que formalice los activos externos, aún es incierto si se aprovecharán esas divisas para el desarrollo económico interno o sostener el pago de la deuda.
Firma de acuerdo
“Esto es un acto de justicia tributaria. Buscamos que aquel argentino que paga sus impuestos y contribuye al sostenimiento del Estado no se vea burlado por aquel que elude a partir de guaridas fiscales”, definió Massa.
A su vez, el embajador norteamericano destacó la labor conjunta entre ambos países “para combatir la evasión impositiva e incrementar la transparencia en el sector financiero mundial”.
El entendimiento se implementará a partir del 1 de enero de 2023, en el marco del programa ley de cumplimiento tributario de cuentas de extranjeros o acuerdo Fatca con Estados Unidos.
A lo largo de nueve meses proveerán información sobre las cuentas de ciudadanes argentines en aquel país, cuentas individuales, cuentas de sociedades integradas por argentines y argentines integrantes de sociedades. La información surge de los datos registrados a partir de la firma del formulario W8BN, que es el requisito que les extranjeros tienen para poder abrir cuentas en el país norteamericano.
“Estados Unidos nos da la información financiera de las cuentas declarables, con identificación del titular de la cuenta, de la entidad financiera, monto bruto percibido por la renta”, había aclarado el ministro previo al anuncio.
“No queremos que haya argentinos que usen el sistema financiero de Estados Unidos como guarida fiscal para evadir sus obligaciones con el fisco argentino”, agregó hoy. Massa también resaltó que el acuerdo de cooperación profundiza la madurez de la relación diplomática entre ambos países.
Camino a una ley
“En diciembre vamos a trabajar sobre la base de una ley que tiene media sanción del Senado para adaptar el procedimiento de blanqueo”, señaló Massa a Infobae la semana pasada.
El ministro hizo referencia al proyecto de ley por el que se crearía el Fondo Nacional para la Cancelación de la Deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin embargo, los planes del titular de Hacienda se orientan a una nueva ley que no apunte a un fideicomiso para pagarle al FMI sino a la formalización general de los activos en el exterior para robustecer las reservas.
En el marco del anuncio, agregó que conversó con la Comisión de Presupuesto y la de Legislación del Congreso para que asistan e informen sobre la puesta en marcha de esta nueva legislación. “Que promueva la exteriorización del dinero pero también castigue con toda la fuerza de la ley a aquellos que no cumplan”, indicó el líder del Frente Renovador.
En relación al acuerdo rubricado, explicó que la información recibida también comprenderá las rentabilidades o utilidades que pudieron haber percibido alguna de esas cuentas.
Acuerdo fiscal, ¿para quiénes?
“En conjunto con el Presidente y la Vicepresidenta le planteamos lo mismo: la necesidad y la importancia de que Argentina accediera a la información automática”, mencionó Massa en el anuncio.
El Frente de Todos cerró filas para empujar una propuesta que cuestione la formación de activos en el exterior de forma ilegal, burlando el sistema financiero y evadiendo los aportes. De hecho, durante una gira del ministro a Estados Unidos en agosto pasado, AFIP e Internal Revenue Services (IRS) ya habían avanzado en conversaciones sobre el propio acuerdo.
En un principio, el problema para que avance una legislación al respecto no estaría con la oposición sino con el propio oficialismo. Massa quiere que se trate su proyecto orientado a formalizar todas las cuentas pero para que queden a disposición de las arcas del Banco Central.
En cambio, la demanda del kirchnerismo apunta a un fondo para liquidar la deuda externa. En cualquiera de los dos casos, el dinero no sería conducido al desarrollo económico local: o será para el FMI o será para los grandes grupos económicos nacionales favorecidos por el gobierno.