Una vez más, como durante casi todo su mandato, el gobierno democráticamente elegido de Pedro Castillo se encuentra en la cuerda floja en Perú. Mientras el líder del Poder Ejecutivo denunció un nuevo intento golpista, la oposición utilizó la corrupción como justificación legal de su accionar desestabilizador.
En este sentido, Castillo enfrenta dos denuncias en el Congreso que, nuevamente, lo pueden llevar a la suspensión de la presidencia peruana. Por un lado, el mandatario fue acusado de Traición a la Patria al considerar un posible referéndum para concederle una salida al mar a Bolivia. Por otro lado, la Fiscalía General solicitó al Parlamento el juicio político del presidente tras acusarlo de dirigir una red criminal, integrada por su familia, de no solo de lavado de activos sino también de concesión de contratos estatales de obras públicas.
Lo cierto es que más allá de estas denuncias, Perú parece vivir en un estado constante de crisis e inestabilidad política. En tan solo 5 años, el Poder Legislativo trató 6 mociones de vacancia contra la figura presidencial, con la posibilidad de iniciar un nuevo proceso contra Castillo próximamente. Y la situación se vuelve aún más preocupante si tenemos en cuenta que, al frente del Estado peruano, hubo 5 presidentes en sólo 7 años. Una evidente fragilidad democrática que es proporcional al crecimiento del descontento popular con la clase política del país.
En este marco, Nota al Pie dialogó con la abogada peruana y dirigente del Partido Nuevo Perú, Grace Baquerizo, quien dio su mirada al respecto de la situación que atraviesa el país andino. “Este es un nuevo capítulo de la crisis que tiene Perú”, sostuvo la militante política.
El asedio a Castillo
Como venimos contando en Nota al Pie, el gobierno de Pedro Castillo ha sufrido intentos desestabilizadores desde el momento en que los resultados electorales dieron cuenta de su victoria frente a Keiko Fujimori. Desde entonces, el poder económico y mediático, en alianza con la oposición política de Castillo, no le han dado respiro a un gobierno que pretendía gobernar, por primera vez en mucho tiempo, para las mayorías populares del Perú.
Para Baquerizo, “lo que ocurre con el gobierno de Castillo, como las fuerzas de derecha se comportan en el Congreso, no tiene comparación con los gobiernos anteriores”. Según la dirigente política, “es cierto que existe una fragilidad democrática, nuestras instituciones no están del todo preparadas para actuar frente a partidos que se camuflan de democráticos, pero lo que quieren hacer es desestabilizar el país”.
En este sentido, según indicó la militante política, “con la llegada de Castillo, los sectores que promueven hacerse del poder por asalto, han venido ganando notoriedad en la agenda nacional”. De esta forma, según Baquerizo, para estos sectores “la voluntad popular, que se supone que es sagrada, no significa nada”.
En este marco, para poder encontrar una salida a la crisis, Baquerizo afirmó que “el camino a seguir del Ejecutivo es cumplir las promesas de campaña, incluida una nueva Constitución”. De esta forma, la militante del Nuevo Perú remarcó que, a pesar de las dificultades, Castillo “necesariamente tiene que avanzar con el cumplimiento del programa con el cual llegó a segunda vuelta”.
La OEA, ¿un actor confiable?
Hace poco más de un mes, el presidente peruano, Pedro Castillo, solicitó activar los artículos 17 y 18 de la Carta Democrática Interamericana al Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA). El primero establece que si el gobierno de un Estado Miembro de la institución considera que está en riesgo su democracia, podrá solicitar asistencia de la OEA para preservar la institucionalidad democrática. Por otro lado, el artículo 18 permite que el Secretario General o el Consejo Permanente, con el consentimiento del gobierno de ese Estado, pueda visitar el país para analizar la situación.
En este sentido, el pedido de Castillo fue respaldado por la OEA, quien envió un Grupo de Alto Nivel que visitó Perú durante 2 días. Según informó el organismo a través de un comunicado, la delegación enviada mantuvo 27 reuniones con todo el sistema político-institucional del país andino. “Se ve a una OEA que está buscando el diálogo entre los actores políticos y en el país ha recibido a diferentes personalidades de distintas tendencias políticas”, afirmó Grace Baquerizo.
De este modo, en relación al rol de la institución en el Golpe de Estado a Evo Morales en el año 2019, Baquerizo sostuvo “es muy diferente a la actuación de la OEA en Bolivia, donde vimos una posición muy parcializada y pro-golpe”. Según indicó la militante del Partido Nuevo Perú, “en esta ocasión vemos una OEA bastante preocupada por los cánones democráticos”.
Mientras tanto, la OEA prepara un informe final que, si bien no es vinculante, tiene un peso importante para el sistema institucional en Perú. “Esperamos que la preocupación no quede ahí y que se pueda llegar a un nuevo consenso (…) para que no sucedan este tipo de acciones antidemocráticas”, manifestó Baquerizo.