En el año 2001 los mutantes necesitaban una lavada de cara. Fue entonces que Grant Morrison (Batman Arkham Asylum) llegó a la serie. Tal fue la importancia que, pese a que se mantuvo la numeración corriente, se cambió el título a “Nuevos X-Men”. Morrison trajo consigo a Frank Quitely, con quien ya había trabajado en DC haciendo Justice League: Earth Two.
El dúo que, posteriormente volvería a la distinguida competencia para encargarse de All-Star Superman, entre otras cosas, trajo un retroceso. A lo largo de 43 números volverían a lo que hizo grandes a los mutantes: denunciar las problemáticas de las minorías sociales. Y el comienzo tenía que ser a lo grande: E de Extinción comienza con un genocidio mutante.
Evitando la dominación mutante
Son tiempos tranquilos. Magneto ha sido reconocido como regente de Genosha, una isla nación para mutantes donde desarrolla su sueño de una patria para los suyos. En Westchester, el Profesor X busca continuar su proyecto de resguardo y formación para homo superiors. Sin embargo, los saltos evolutivos se dan con violencia y en los momentos menos esperados.
En América central una misteriosa mujer lleva al último descendiente de Bolivar Trask a un Molde Maestro. Esta estructura servía para fabricar en masa los robots Centinelas utilizados para cazar mutantes. Gracias a la activación del Molde, esta persona envía cuatro máquinas gigantescas que se estrellan contra Genosha, reduciendo una población de más de 16 millones a menos de mil.
La intención de esta mujer es, en principio, según ella, ayudar a los homo sapiens, quienes estima se extinguirán en las próximas cuatro generaciones. Sin embargo, ella revela ser una suerte de mutante, por lo que todo es mucho más complicado. El genocidio en Genosha tiene repercusiones a nivel mundial, y el mundo de los portadores del Gen X, nuevamente se pondrá de cabeza.
Masacre, con un propósito
Grant Morrison comienza con esta villana que envía centinelas que destruyen a Genosha. De forma poética lleva a Magneto, un destino que él siempre buscó para los humanos que lo persiguieron. Sin embargo, este catalizador sirve para poner en evidencia temas sociales como la persecución a minorías, y la discriminación.
Morrison y Quitely buscan abarcar todos los puntos de vista posible, inclusive el de los supervivientes del atentado. Esto da pie a que Emma Frost, antigua villana se sume a la escuela del Profesor X, y a posteriori también a los X-Men. Con el correr de los episodios una secta propulsada por un millonario megalómano buscará hacerse con el cuerpo de los mutantes para experimentar.
La misteriosa villana, y aquí habrá un spoiler, resulta ser la hermana gemela del Profesor X. Se desconocía su existencia, porque Charles Xavier presuntamente intentó matarla mientras estaban en el útero de su madre. Esta mujer llamada Cassandra Nova, nunca poseyó un cuerpo propio, y sobrevivió como una entidad parasitaria.
Es acá donde Morrison hace su jugada, al plantear que Cassandra, la villana, es un nuevo paso en la evolución. Va más allá de lo que es el homo superior, pero con un nivel de conciencia por completo instintivo. Y,el acto de violencia: los mutantes deben morir para dejarle paso a ella, y con el tiempo, los humanos perecerán también.
Extrañas predicciones
La imagen de la institución escolar como lugar de posibles crímenes y masacres era fresca en la mentalidad del pueblo de USA (Columbine 1999). Esto es algo que ilustra Ethan Van Sciver, quien toma la posta del arte a partir del número 117. Sin embargo, sucede algo más extraño con esta obra.
Grant Morrison es un estudioso del ocultismo, y la contracultura. Resulta interesante ver los paralelismos que se pueden apreciar entre la descripción del atentado a Genosha, y el del 11 de septiembre del mismo año en la vida real. El número 114 que da comienzo a la serie, salió a la venta el 11 de mayo, meses antes del funesto evento.
La intolerancia hacia la gente diferente, pese a haber convivido desde siempre, se muestra también en la presentación de Ángel. Una chica quien desarrolla su mutación al crecer alas como de insectos gigantes en la espalda. En la página se puede ver cómo el líder de culto promueve una supuesta paz, el resultado en una casa de los suburbios es por completo contrario.
Las adaptaciones de la serie
En esta ocasión se da un fenómeno curioso. Si bien los X-Men nacieron en los cómics, llegaron al cine de parte de Twentieth Century FOX en el año 2000, con la película dirigida por Brian Singer. Uno de los puntos más controversiales de la cinta, fueron los trajes. En vez de utilizar los brillantes colores de las viñetas, decidieron ir por trajes tácticos de cuero.
Resulta llamativo que los trajes controversiales de la película resultará adaptados en esta nueva versión en los cómics. Se dio un camino inverso, donde Quitely llevó la estética de los personajes a un plano más símil con el de su adaptación con personas de verdad.
En Argentina los cuatro primeros arcos de esta etapa llegaron en los tomos número 18 y 19 de la Colección Definitiva de Novelas Gráficas de Marvel. La edición fue importada por Salvat dentro del conjunto de diseño de tapa negra. Los títulos de cada tomo fueron “E de Extinción” e “Imperial”.