Antes de fin de año, el equipo económico de Sergio Massa buscará asegurarse el desembolso de la tercera revisión por US $5.800 millones por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI). Además, intentará renegociar las perspectivas del 2023 con el organismo presidido por Kristalina Georgieva.
Según fuentes de la agencia de noticias Télam, la reunión del presidente Alberto Fernández con la titular del FMI dejó “abierta la discusión respecto al precio de la guerra”. El nuevo desembolso es similar a las reservas mínimas que la Argentina debía acumular para fin de año.
Pese a los sobrecargos del FMI, el presidente argentino se llevó consigo la promesa de Georgieva de que “en diciembre se van a discutir los sobrecargos”. Esto se debe a que “Argentina le está pagando al Fondo el doble de tasa de interés que por ejemplo al BID (Banco Interamericano de Desarrollo), y eso resulta absurdo cuando el prestamista en última instancia es el FMI”.
Se estima que en la deuda del Estado argentino se pagan sobrecargos de aproximadamente US $1.000 millones, debido al tamaño del programa que el país mantiene con el organismo.
Reuniones que fueron clave
El pasado viernes terminó la revisión técnica que realizó el Fondo Monetario Internacional en Buenos Aires. Las conversaciones seguirán de manera virtual hasta que lleguen les funcionaries a Washington. Asimismo, se espera que las negociaciones se prolonguen hasta los primeros días de diciembre.
Si los acuerdos siguen en la misma línea que mantiene Massa, Argentina obtendrá el desembolso de US $5.800 millones. Esto será aprovechado para pagar los vencimientos previstos para antes de Navidad.
Tras la reunión del miércoles con Alberto Fernández y Sergio Massa, Georgieva expresó: “Es muy importante que la Argentina mantenga el rumbo tal como lo hizo tan exitosamente durante los últimos meses”.
Entre el ajuste, los acuerdos y las buenas negociaciones
Es sabido que el acuerdo con el Fondo Monetario trajo consigo una serie de ajustes. Todas estas medidas, las cuales pesan sobre el pueblo, fueron tomadas en un intento por pagar la deuda contraída por el expresidente Mauricio Macri. Las negociaciones siguieron en pie con el nuevo Gobierno de Fernández y de la mano de Massa.
Luego de varios ajustes y recortes, los desembolsos comenzaron a llegar al país y en octubre pasado, concluyó el segundo examen en el marco del Servicio Ampliado del Fondo (SAF). Esta seguidilla de hechos permitió el desembolso inmediato de US $3.800 millones.
Según el FMI, en septiembre Argentina cumplió con las metas cuantitativas. Dichos objetivos incluían las reservas internacionales netas y el financiamiento monetario del déficit fiscal.
“El acuerdo de 30 meses a favor de Argentina en el marco del SAF, con acceso a DEG 31.914 millones (equivalentes a US $44.000 millones, o aproximadamente 1.000% de la cuota), fue aprobado el 25 de marzo de 2022”, expresó el comunicado oficial del organismo.
En este contexto, explicaron que “el programa […] proporciona a Argentina apoyo para la balanza de pagos y el presupuesto, que está vinculado a la firme adopción de políticas destinadas a consolidar las finanzas públicas, abordar la persistente y alta inflación, promover la acumulación de reservas y sentar las bases para un crecimiento económico más sostenible e inclusivo”.
Un acuerdo de la mano del ajuste
Por su parte, a pesar del acuerdo de facilidades extendidas, Argentina cumplió las metas de julio a septiembre. En marzo de este año se firmó un acuerdo por la deuda de US $44 mil millones que el FMI le otorgó al país en el 2018.
“Si bien se está produciendo una recuperación económica y del empleo, Argentina sigue enfrentando desafíos económicos y sociales excepcionales. Como una renta per cápita deprimida, elevados niveles de pobreza y una inflación persistentemente alta”, manifestó Georgieva.
De acuerdo con el ente, el programa incluía políticas para fortalecer el mercado interno de deuda en pesos y mejorar la eficacia y la transparencia del gasto público. Además, preveía promover la inclusión laboral y de género y mejorar la sostenibilidad y la eficiencia de sectores claves.
Sergio Massa había anunciado, a su vez, el pedido de créditos de otros organismos, como el del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), el del BID y el del Banco Mundial (BM).
En ese sentido, por parte del BID, se acordó un paquete de financiamiento por US $700 millones para el Programa de Apoyo a la Mejora de la Gestión Fiscal y la Recuperación Económica. A través del mismo se apunta al fortalecimiento de las reservas, cuyo desembolso estaba previsto para el mes de septiembre.
Además, el CAF le otorgó al país US $740 millones de dólares en préstamos destinados a fomentar exportaciones, promover el desarrollo sostenible, mejorar la infraestructura vial y educativa. De la misma forma, estos fondos debían orientarse a garantizar la seguridad alimentaria y a ampliar los servicios de agua y saneamiento en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
Una vez más, Argentina cumple las metas de los programas a los que se compromete pagar. Pero esto implica ajustes y recortes a les ciudadanes, quienes padecen bajo una inflación mensual del 6% y políticas que impactan de lleno en les más vulnerables.