Hoy comenzó la segunda y última semana de la Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas sobre el Clima (COP 27). Se realiza en Egipto hasta el viernes 18 de noviembre. Hasta ahora la tendencia es el pedido de financiamiento de los países del sur global a los del norte, para igualar las posibilidades de lucha contra el cambio climático.
Parece un pedido novedoso, pero se remonta a mucho tiempo atrás. Ayer, 13 de noviembre, el canciller de Cuba Bruno Rodríguez compartió en su cuenta de Twitter un discurso de Fidel Castro. Data de 1992, en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), que también se conoce como la “Cumbre de la Tierra”.
“Es necesario señalar que las sociedades de consumo son las responsables fundamentales de la atroz destrucción del medio ambiente”, explicaba Fidel Castro en la conferencia que dio origen a las posteriores COPs, 30 años atrás. “No es posible culpar de esto a los países del Tercer Mundo, colonias ayer, naciones explotadas y saqueadas hoy por un orden económico mundial injusto.”
Para él, la solución no podía ser impedir el desarrollo a les que más lo necesitan. “Si se quiere salvar a la humanidad de esa autodestrucción, hay que distribuir mejor las riquezas y tecnologías disponibles en el planeta”, planteaba el líder cubano. Y proponía la idea que Alberto Fernández retomó en la COP 26 de 2021: “páguese la deuda ecológica y no la deuda externa”.
Si bien la mayoría de les líderes mundiales apuntan en esa dirección, las acciones concretas tardan en llegar. A tres décadas de ese discurso, ¿logrará la COP 27 la lucha equitativa contra el cambio climático?
Lula Da Silva y Joe Biden en la COP 27
Las llegadas de ambos dirigentes eran de las más esperadas en lo referente al continente americano en la Conferencia. La de Joe Biden, porque representa a una de las potencias mundiales con más dinero y contaminación. Y la de Lula, porque asumirá la presidencia de un país con uno de los pulmones verdes más grandes del mundo: la Amazonia.
Los líderes comparten otra característica. Ambos reemplazan (o reemplazará en el caso de Lula) a dos mandatarios con un nulo interés en lo ambiental. Donald Trump en Estados Unidos y Jair Bolsonaro en Brasil fueron dos representantes de la derecha, que lejos está de preocuparse por el cambio climático.
Por su parte, Joe Biden, presidente estadounidense, arribó a la COP 27 luego de las elecciones de medio término en su territorio. Este viernes 11 de noviembre dio un discurso en Egipto en el que expresó su preocupación por la crisis ambiental.
«Nos estamos esforzando en hacer lo que nos toca para evitar un infierno climático», aseguró el líder del país del norte. Y tiene que hacer bastante, ya que Estados Unidos es el segundo mayor emisor de gases de efecto invernadero a nivel mundial, sólo por detrás de China.
Su compromiso es recortar entre un 50 y un 52% sus emisiones en 2030, respecto a los niveles de 2005. Biden también pidió disculpas por la salida «alguna vez» de Washington del Acuerdo de París.
Mientras tanto, el presidente de la COP 27, Sameh Shoukry, y el enviado presidencial especial de EE. UU. para el clima, John Kerry, anunciaron una iniciativa. Se trata de una inversión adicional de 15 mil millones de dólares para acelerar la adaptación en el continente africano.
La agenda de Lula da Silva comenzó hoy en la Conferencia del Clima. El próximo presidente electo de Brasil asumirá su puesto en enero de 2023. Por eso, su objetivo en la COP 27 es reposicionar al país suramericano en la escena y diplomacia medioambiental.
Para demostrar su intención, anunciará como titular del Ministerio de los Pueblos Indígenas a la líder originaria, Sônia Guajajara. Ella demostrará el compromiso del nuevo gobierno con el tema climático.
Además, el próximo miércoles el exsindicalista asistirá a un evento en el que mostraran una iniciativa llamada Carta de la Amazonia: una agenda común para la transición climática. A su vez, el jueves intercambiará opiniones con representantes de la sociedad civil brasileña y participará en el Foro de los Pueblos Indígenas sobre el cambio climático.
Las negociaciones
“Todo lo que contribuya hoy al subdesarrollo y la pobreza constituye una violación flagrante de la ecología”, predecía Fidel Castro en aquel discurso de 1992. “El intercambio desigual, el proteccionismo y la deuda externa agreden la ecología y propician la destrucción del medio ambiente”, completaba.
Así lo ven también las autoridades de este año de la COP 27, que intentaron acelerar las negociaciones. La Conferencia corre el riesgo de obtener conclusiones pobres, como la que se realizó el año pasado en Glasgow.
Por eso, realizaron hoy una sesión plenaria informal de balance. En ella, el presidente de la COP, el egipcio Sameh Shoukry, instó a las Partes y Grupos a concentrarse en alcanzar un resultado exitoso.
“Ahora debemos cambiar de marcha y complementar las discusiones técnicas con un compromiso más político de alto nivel”, dijo Shoukry. Así, estableció un programa de trabajo que prevé negociaciones técnicas continuas sobre temas clave hasta el final del martes 15 de noviembre. Las consultas ministeriales con cuestiones políticas clave serán a partir del miércoles 16 de noviembre.
Según las declaraciones que emitieron hasta ahora, la presidencia egipcia de la COP 27 busca mayor financiación para el sur global. Sobre todo para África, el continente sede. Va de la mano con lo que planteaba Fidel Castro en su discurso visionario de 1992: “Aplíquese un orden económico internacional justo. Utilícese toda la ciencia necesaria para un desarrollo sostenido sin contaminación”.
“¿Qué es lo que impide dedicar de inmediato esos recursos a promover el desarrollo del Tercer Mundo y combatir la amenaza de destrucción ecológica del planeta?”, se preguntaba el líder cubano 30 años atrás. No te preocupes Fidel, acá nos cuestionamos lo mismo.