Este jueves de estrenos trajo a las carteleras la adaptación de un exitoso libro infantil de 1962, escrito por Bernard Waber. Lilo, Lilo, cocodrilo es una divertida propuesta donde actores y actrices reales comparten pantalla personajes creados en CGI, cuyos diseño se ubican al límite de la caricatura.
A simple vista, Lilo resulta una mezcla rara entre Roger Rabbit y, para argentines mayores de cuarenta años, el clásico Margarito Tereré. Más aún si tomamos en cuenta que su única vestimenta es la bufanda roja colgada a su cuello, ¿es Lilo un homenaje al personaje de los años ‘70 o un robo norteamericano a la industria fílmica nacional?
La importancia de luchar por los sueños
La película comienza con un artista mediocre llamado Valenti, interpretado con mucha gracia por Javier Bardem, quien trata de encajar en un programa de talento transmitido por televisión. Sin embargo, esta audición sumará otro fracaso para el aspirante a famoso. Sus trucos de magia, con palomas, naipes y canto, son siempre los mismos. De esta forma, Valenti es rápidamente rechazado.
En búsqueda de algo nuevo para sorprender a la audiencia, el destino lo llevará a una tienda de mascotas llamada “Eddie’s Exotic Animals”. El mago busca comprar un animal peculiar y se encuentra de casualidad con un cachorro de cocodrilo que sabe cantar. Esto es algo totalmente ilógico para la realidad, pero en el film no pierde tiempo ni energía buscándole una explicación; les espectadores deberán aceptar la magia del séptimo arte. El artista decide apodar al simpático animalito como Lilo y comienza a entrenarlo para un nuevo show.
Para medir su impacto frente al público, Valenti alquila un teatro para su sorprendente y nuevo acto. Pero cuando llega la noche tan esperada, Lilo se pone nervioso. El cocodrilo sufre de miedo escénico y no puede emitir un sonido frente a la platea. Ambos vuelven a casa, pero Valenti se ve en la ruina, sin una moneda. Y en una mezcla entre bohemia y desesperación, decide irse de gira solo para saldar sus cuentas.
Así es como Lilo queda por su cuenta en un departamento de Manhattan. No obstante, la magia del destino y de un argumento bastante irreal, hace que sea descubierto por una familia que se muda al lugar. Desde allí comienzan cientos de aventuras familiares, que tocan temas como la aceptación y la búsqueda de un lugar en el mundo para este lagarto cantante.
Un elenco de alto nivel para una historia simple
El film apuesta a dejarse llevar y no razonar mucho, siendo el principal objetivo la diversión familiar. Las canciones suenan muy bien en la voz del canadiense Shawn Mendes. Sin embargo, por momentos el argumento es algo confuso y los acontecimientos se vuelven un tanto bizarros. En el centro de esta confusión está Bardem, interpretando un personaje importado fielmente del libro infantil.
El resto del elenco está formado por figuras de alto nivel dentro del mundo fílmico de los últimos años. Entre los nombres de los créditos encontramos a Constance Wu, quien ha tenido dos éxitos recientes con Hustlers y Crazy Rich Asians. Así como al actor cómico, Scoot McNairy. Ambos conforman un joven matrimonio, los Primm, quienes se mudan a su nuevo hogar junto a su iluso hijo Josh, interpretado por Winslow Fegley.
La familia será quien adopte al cocodrilo de dos metros de altura como un integrante más. Brett Gelman, de Stranger Things, se luce en un rol lleno de risas, como el miserable vecino de los recién llegados. Un clásico señor Cascarrabias, que odia a los niños y se aferra a las reglas del consorcio. Este vive, además, con Loretta, una bella gata persa de color plateado. La felina y su humor errante protagonizarán momentos muy divertidos.
La música que acompaña la aventura de Lilo
La película es una buena opción si se busca algo donde todas las edades puedan entretenerse, aún si tenemos en cuenta algunos giros innecesarios que se dan hacia el final. Está dirigida por Will Speck y Josh Gordon.Cuenta con una agradable banda de sonido, con canciones de compositores que ya conocieron el éxito como Benj Pasek y Justin Paul, reconocidos por su labor en films como The Greatest Showman, La La Land, y Dear Evan Hansen. Estas canciones originales son acompañadas de algunas clásicas melodías, como “Sir Duke” de Stevie Wonder y un poco del toque de Elton John. Entre todos estos títulos sobresale una canción en particular: “Take a Look at Us Now”, la cual resulta encantadora y es un excelente acierto para acompañar la historia.