El pueblo haitiano vive una crisis política, económica y sanitaria. La presencia de pandillas agudiza la situación por su control sobre el combustible. Asimismo, Ariel Henry, primer ministro de Haití, no logra controlar el estado de alerta. Tras su pedido de ayuda, Estados Unidos y Canadá enviaron tropas. El pasado lunes, miles de ciudadanes salieron a reclamar a las calles.
Hace un mes, la banda “G9 an Fanmi”, en español G9 y Familia, bloqueó la distribución de combustible. Además, desde septiembre, exige la renuncia del primer ministro. Por esta razón, el funcionamiento de hospitales; la energía eléctrica y la potabilización de agua están afectados. Entonces, el caos y la violencia se adueñaron de las calles, en particular en Puerto Príncipe, la capital.
En este escenario, Henry solicitó colaboración militar y recibió el apoyo de António Guterres, secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU). La decisión generó una fuerte polémica y el pueblo desarrolló una marcha para exigir la renuncia del primer ministro e impedir la intervención extranjera. Sin embargo, el lunes llegaron las primeras tropas.
Jean Charles Moïse, líder de la agrupación política Pitit Desalin, organizó el levantamiento en señal de reclamo. Ahora bien, ya arribaron vehículos blindados y, de aquí al viernes, llegarán más.
“Este equipamiento ayudará (a la policía haitiana) en su lucha contra actores criminales que fomentan violencia e interrumpen asistencia humanitaria”, ratificó un portavoz del Departamento de Estado a Nodal.
El control de la G9
Jimmy Chérizier, conocido como “Barbacoa”, perteneció al servicio policial de Haití y protagonizó diversas masacres en los últimos años. Lideraba un “operativo antipandillas” que deparó en matanzas de todo tipo; pero actualmente es el referente de la banda criminal más peligrosa del país. Tras su expulsión de la policía, en 2018, orquestó “G9 an Fanmi”.
La pandilla bloqueó el suministro de combustible y recrudeció la situación de la nación caribeña, muy golpeada por un cruento aumento de casos de cólera. Así, presionan al primer ministro para participar del gobierno y revertir las causas en su contra. En el sur, otras bandas criminales tomaron la sede judicial del Tribunal de Primera Instancia y la Fiscalía, ubicadas en Puerto Príncipe.
En consecuencia, el estado de alerta es absoluto y la situación es muy frágil. En 2021, el país atravesó el magnicidio de su expresidente, Jovenel Moïse. Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reportó, el pasado 9 de octubre, 32 casos y 18 muertes por cólera.
El intervencionismo extranjero en Haití
La Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ratificaron la violencia sexual sistemática en el país. Asimismo, solicitaron la intervención extranjera como única respuesta. Tanto Estados Unidos como Canadá enviaron tropas.
El arribo de blindados, vehículos de guerra y suministros bélicos generó un gran impacto en la sociedad. No obstante, Henry se mostró complaciente con sus aliados. “Canadá y Estados Unidos siguen decididos a apoyar a la Policía Nacional de Haití en su trabajo de protección y servicio al pueblo haitiano”, refrendó el mandatario.
Ante esta decisión, el Grupo Montana, principal coalición opositora en Haití, repudió la solicitud de ayuda gubernamental y el intervencionismo. En esta misma línea, certificaron que “hay terquedad en la comunidad internacional, en particular Estados Unidos, por querer imponer a Haití un ejecutivo unidireccional, que en ningún caso corresponde a la Constitución”.