En el presente, la representación de las mujeres en la televisión y en el cine está ganando terreno. En comparación con décadas anteriores, los porcentajes de participación femenina, delante y detrás de cámara, están aumentando.
Esto acarrea una gran cantidad de producciones que capturan mucho mejor las voces de las mujeres que sus predecesoras en los mismos géneros. Sin embargo, mientras algunas de estas películas y programas son progresistas en la forma en que abordan las problemáticas que asolan a las mujeres, otros no han tenido tanto éxito.
En la era de #MeToo, la mayor parte de las producciones eluden las nociones de empoderamiento femenino y venganza contra los sistemas patriarcales existentes, y disfrutan dando a sus protagonistas la oportunidad de cambiar dichos sistemas.
Netflix busca promover estas conversaciones con el lanzamiento de su nueva película: “La chica más afortunada del mundo”.
El flim se basa en una novela de 2015 de la autora estadounidense Jessica Knoll. Lionsgate y Reese Witherspoon adquirieron los derechos de la película el mismo año en que el libro fue publicado. Knoll escribiría el guion de la película, adaptando su novela para la pantalla.
Filmada en Toronto y la ciudad de Nueva York, la película explora los traumas de su personaje principal, Ani, y cómo navega tratando de inventar una narrativa perfecta para su vida.
Mila Kunis interpreta a Ani. A ella se une un elenco que incluye a Finn Wittrock, Scoot McNairy, Chiara Aurelia, Thomas Barbusca, Carson MacCormac y Justine Lupe, entre otros.
Una máscara que esconde un gran trauma
En la cinta, los hechos se establecen de inmediato. 2015. Ani parece vivir la vida perfecta de la ciudad de Nueva York. Tiene un puesto en la editorial de una revista establecida, está a punto de casarse y vive la vida que muches sueñan cuando imaginan ser una mujer a la moda en la gran ciudad.
Pero su vida perfecta comienza a desmoronarse cuando un documentalista la busca para su película sobre un crimen real. Hasta este punto, la película sugiere que la protagonista tiene un trauma sin resolver, ya que se sumerge en flashbacks cada vez que sostiene cuchillos.
Cuando ella se sienta frente al director en su oficina, él revela que el tema del documental es la violencia armada en las escuelas. Este se refiere al tiroteo ocurrido en 1999 en la escuela secundaria cuando ella cursaba sus estudios.
Las grietas en la fachada de Ani comienzan a desmoronarse. Su verdadero nombre no es Ani; es Tifani. Asistió a su escuela secundaria, concurrida por estudiantes ricos y de élite, con una beca. Esto sugiere que no proviene de una familia adinerada, a diferencia de la personalidad que adopta en su estilo de vida en la Gran Manzana.
Ani cambió su nombre para tratar de escapar del trauma creado por el tiroteo, pero todo lo que hace la persigue. Es por eso que finalmente aceptó unirse al documental y ser entrevistada: ya no quiere permanecer en el anonimato.
Violación, destierro y culpa
En la mitología griega, cuando Medusa fue violada por Poseidón en el templo de Atenea, la diosa la castiga. La culpa, la transforma en un monstruo y la destierra. Durante muchos siglos las mujeres víctimas de violación cargaron con la verguenza, la negación y el silencio, siendo culpadas por los delitos cometidos contra ellas.
A medida que la película avanza, los flashbacks muestran como una Ani adolescente es víctima de una violación en grupo. Al igual que Medusa, fue violada, culpada, silenciada y desterrada. A lo largo de la película, se enfrenta a que su realidad no es la que ella quería.
Culpada por su madre, sus violadores, sus compañeros y el mundo por lo que le había pasado, se envuelve en una capa de frialdad, negando el trauma que sigue latente en su interior. Aunque la vida que se ha inventado funciona, entra en conflicto cuando el dolor aflora.
Una historia conmovedora con una ejecución desastrosa
“La chica más afortunada del mundo” funciona en un carril similar a “Gone Girl” (David Fincher, 2014) o incluso Promising Young Woman (Emerald Fennell, 2020). Son destilaciones extremas del vasto abismo entre la tranquilidad exterior de una mujer y la bilis interior, con flashbacks que anuncian un giro salvaje.
Sin embargo, más allá del deseo de la película de convertirse en Gone Girl, carece tanto de la tensión dramática como de las habilidades para lograrlo. En otras ocasiones, las imágenes se inclinan más hacia The Neon Demon (Nicolas Winding Refn, 2016), aunque sin los elementos de terror de esa producción.
La narración en off realizada por el personaje de Kunis insinúa una naturaleza más sarcástica y artificiosa desde el principio. Esto hace que sea más obvio cuando profundiza en su historia de fondo, que no es tan limpia como parece en la superficie.
La primera pausa en su actuación es cuando su prometido, Luke, deja la mesa del restaurante y Ani devora los restos de una pizza antes de que él regrese y la vea. Y es este momento el que establece el tono para el resto de la película: lucha con quién es y la identidad que ha construido para salir adelante.
Pero como película se siente demasiado hueca, demasiado artificial. Producciones como The Fallout (Megan Park, 2022) han abordado el tema de los tiroteos escolares y su psicología sobre los estudiantes involucrados y han puesto la vara muy alto sobre el tipo de contenido que el público puede esperar.
Otras películas, como Do Revenge (Jennifer Kaytin Robinson, 2022) de Netflix, también aborda la premisa del acoso en la escuelas secundarias de élite. Y que sucede cuando ciertos hombres privilegiados son elevados para parecer que están defendiendo una causa que ayudaron a perpetuar.
Demasiados temas espinosos y ninguna profundidad real
Sin embargo, mientras que Ani puede representar su venganza final y elevar su estatus al aclarar lo que sucedió ese fatídico día, el enfoque la muestra como victoriosa y reconstruyendo su identidad.
Lo que hizo Ani, al contar su historia con todos los detalles, es valiente. No se puede negar eso y la importancia de que las víctimas cuenten sus historias. Pero, tal vez, la producción podría haber encontrado un mejor equilibrio al profundizar la crisis de identidad interna de la protagonista y su pasado.
Su acto de venganza termina sintiéndose apresurado en el arco final de la película, dejando un torbellino de emociones, programas de entrevistas y las personas, incluida la madre de Ani, que quedaron atrás en su arco de redención.
El ascenso de Ani para obtener lo que quería, está marcado por la tragedia y las manchas de la muerte y la desesperación. La chica más afortunada del mundo ofrece una versión prometedora de algunos de los eventos más terribles que enfrentan muchas mujeres, pero finalmente falla en su ejecución.
Quiere abarcar demasiadas temáticas espinosas de la sociedad norteamericana y por momentos se hunde en el surrealismo cuando pretende imbuir su narrativa de realidad.