Previo al balotaje, los candidatos a la presidencia de Brasil, Lula da Silva y Jair Bolsonaro, iniciaron sus campañas con enfoques muy diferentes. Lula se acercó a sectores marginales y los invitó a pensar futuras políticas públicas; mientras Bolsonario apuntó a captar la atención de los sectores religiosos y revivió en su discurso al “fantasma del comunismo”.
La segunda vuelta para las elecciones presidenciales tiene cita para el 30 de octubre. El pueblo brasileño deberá decidir entre el actual presidente y candidato del Partido Liberal, Jair Messias Bolsonaro, o el ex mandatario y representante del Partido de los Trabajadores, Luiz Inácio Lula da Silva.
Si bien se esperaba una diferencia más amplia, en la primera vuelta Da Silva resultó ganador con poco más que 5 puntos arriba que el candidato de ultraderecha. De esta manera, se encuentran desarrollando distintas estrategias para conseguir el apoyo mayoritario en la próxima fecha.
Da Silva: políticas públicas y promesas para las favelas
Para su acto de campaña, el candidato del PT eligió Belford Roxo; municipio de la periferia de Río de Janeiro y una de las regiones más empobrecidas y violentas de Brasil.
En esta ocasión, Lula anunció que, en caso de ser reelecto, convocará a una Conferencia Nacional de los Pueblos de las Favelas. El objetivo está puesto en que líderes comunitaries participen de las políticas públicas destinadas a esas comunidades vulnerables.
“Necesitamos terminar de una buena vez con esta historia de que el Estado solo participa en las favelas cuando manda a la Policía a una operación”, afirmó el martes el exmandatario brasileño. Asimismo, añadió que la policía tiene que ser uno de los componentes pero que “el Estado tiene que entrar con educación, salud, cuidado de personas”.
Además, previo a iniciar su caminata de campaña, Lula Da Silva se encontró con líderes comunitaries, obreres, feministas, educadores, antirracistas y culturales de las favelas de la zona norte de Río de Janeiro. Entre elles, se encontraba Anielle Franco, hermana de la concejala socialista Marielle Franco, asesinada por las milicias parapoliciales en marzo de 2018.
Bolsonaro: sectores religiosos y discurso polarizado
Por su parte, el candidato del Partido Liberal, caracterizado por su discurso ultraconservador, se presentó este martes en un mitin en la ciudad de Pelotas, ubicada en Río Grande do Sul. Esta vez, utilizó la oportunidad para presionar al pueblo brasileño en el llamado a las urnas del 30.
“Tenemos una fecha por delante que va a marcar el futuro de todos y en la que se deberá decidir si queremos libre mercado o injerencia del Estado, si queremos un país alineado con el primer mundo o con la escoria comunista”, señaló el actual presidente.
Además, fiel a su estilo religioso y a su recurrente uso de la polarización, aseguró que esa fecha “marcará la lucha del bien contra el mal”. Luego, remarcó que “el bien siempre vence”.
Por otro lado, calificó de desastrosa la política económica de Alberto Fernández. Para concluir dijo que el pueblo argentino sigue “el camino de Venezuela; el país más rico del mundo en petróleo y cuyo pueblo está en una situación peor que nuestros hermanos haitianos”.
Brasil: la disputa por la fe
Actualmente en Brasil un 53% de la población es católica y un 30% evangélica. Si bien Bolsonaro es católico es dato conocido que tiene una amplia banca del sector evangélico. En cambio, en el caso de Lula, tiene apoyo mayoritario entre el sector católico.
Este miércoles, el candidato del PT siguió su campaña en Río y recorrió una favela del Complexo do Alemao. A lo largo de su trayecto enseñó constantemente una imagen de Nossa Senhora de Aparecida, patrona de Brasil.
En la contracara, Jair Bolsonaro visitó la Basílica de Aparecida, estado de San Pablo, el mayor templo católico del Brasil para conmemorar a la Patrona nacional. Cabe destacar que, días antes, la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) lo había condenado a través de un comunicado.
Según la CNBB el candidato hace un uso político de la religión. Estas declaraciones llegaron luego de que el actual presidente brasileño asistiera, el domingo pasado, a la peregrinación de Cirio de Nazareth, en Belém, estado de Pará.