Una vez más, el fútbol argentino (y como nos tiene ya acostumbrados) se ve empañado por graves hechos de violencia acontecidos en un estadio. En esta oportunidad, fue la policía la causante principal de los lamentables sucesos ocurridos en el Estadio Juan Carmelo Zerillo de La Plata (Buenos Aires).
Por la fecha 23 del torneo de Primera División AFA, Gimnasia y Esgrima recibía en su estadio a Boca Juniors, en un partido clave en la lucha por el campeonato. Cuando Hernán Mastrangelo pitó el comienzo del cotejo a las 21:30, un caos se había iniciado en las inmediaciones del bosque platense. Al cierre de esta nota, aún se debaten las responsabilidades sobre la violencia allí acontecida.
Los hechos en la cancha de Gimnasia
Según las voces “extraoficiales” de varies hinchas del lobo, se produjo una sobreventa de entradas (favoreciendo a la barrabrava del club y dirigentes oficialistas) en la previa del compromiso. Como consecuencia, y siendo las 21:09 h., la policía determinó el cierre de los accesos al estadio, pese a que muches socios y abonades del club reclamaban el ingreso con entrada en mano.
En ese momento, el accionar de la policía provincial (comandada por el Ministro de Seguridad bonaerense Sergio Berni) fue proceder con el lanzamiento de gases lacrimógenos a les hinchas acumulados en las entradas al estadio. Posteriormente, iniciaron una represión descargando balas de goma para terminar de dispersar a la gente allí presente.
A las 21:39 h. y con el ingreso del gas lacrimógeno a las tribunas y campo de juego al momento de disputarse el compromiso, Mastrangelo determinó suspender el partido momentáneamente. Los cruentos hechos de violencia, que continuaban desarrollándose en las inmediaciones (con piedrazos incorporados a la barbarie), provocaron la suspensión definitiva de Gimnasia-Boca a las 22:14 h.
Ante estos hechos, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) repudió los hechos acontecidos:
Siendo las 23:30 h., se ha confirmado el fallecimiento de un simpatizante del tripero producto de un paro cardiorrespiratorio. Se trata de César Regueiro, de 57 años. Varies hinchas (con sus familias allí presentes), resultaron herides como consecuencias de las constantes balas de goma.
Por otra parte, algunes se vieron afectades por el gas lacrimógeno, que provocó posteriormente la suspensión del cotejo. En medio del caos, varies niñes estuvieron momentáneamente perdides por el consecuente humo dispersado en las inmediaciones del Juan Carmelo Zerrillo.
Las voces de la disidencia
Eduardo Aparicio, titular de la APREVIDE (Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte), deslizó la responsabilidad del club frente a los hechos de violencia acontecidos: “Había más de ocho mil personas alrededor del estadio, que ya estaba al 100% de su capacidad”.
Además, justificó el accionar policial: “Cuidamos tanto al espectador de adentro como el de afuera. El cuerpo policial tuvo que reprimir porque hubo una balacera de piedras y los gases ocasionaron la suspensión del partido”. Además, el titular confirmó que el partido no se jugará mañana.
Bajo la misma tónica, Sergio Berni se expresó sobre el accionar de la policía allí presente: “En semejante desborde lo primero que hicimos fue poner bajo control la situación. Después haremos una investigación para saber qué pasó”.
Posteriormente, responsabilizó al club por los hechos: “A primera vista el problema fue que venden entradas de más y así empiezan los problemas, que la policía no debería hacerse cargo. La responsabilidad es de quien organiza el evento”.
En contraposición, Gabriel Pellegrino, Presidente del Lobo, se despegó de las acusaciones: “Se hizo tal cual lo que se viene haciendo en todos los partidos. Gimnasia no sobrevendió entradas, está súper controlado ese tema”.
Además, responsabilizó a los organismos de seguridad por los hechos acontecidos: “la policía y la Aprevide decidieron cerrar las puertas”. Finalmente, consideró que “la responsabilidad es del organismo de seguridad, a quien le corresponda”.