En una reunión con 30 empresarios de las firmas más importantes del sector petrolero, Alberto Fernández presentó a la reserva no convencional de hidrocarburos de Vaca Muerta como un espacio de inversión en Argentina.
La segunda escala del viaje presidencial a Estados Unidos fue en Houston, la máxima referencia de Texas, donde se asienta el complejo hidrocarburífero norteamericano.
En un mundo donde la energía ocupa el centro de la agenda política, el presidente les abre las puertas de manera decidida. Por el lado inversor, es una puerta abierta a una zona apetecible por sus recursos estratégicos.
La búsqueda de inversiones: ¿posibilidad o riesgo?
Escoltado por el embajador en aquel país, Jorge Argüello, y acompañado por el presidente de YPF, Pablo González, el jefe de Estado participó de la reunión junto a empresarios de Total Energies; Shell; Exxon; Chevron y Schlumberger.
Allí, los convocó a invertir en desarrollos energéticos en Argentina, prometiendo “seguridad jurídica”; y planteando que el yacimiento no convencional puede duplicar el Producto Bruto Interno (PBI) del país en los próximos siete años.
En ese sentido, destacó que Vaca Muerta es una oportunidad singular para el beneficio mutuo de ambas naciones. “Tienen la oportunidad de hacer negocios interesantes por rendimiento y por perspectiva. Y juntos aportamos a la seguridad energética en nuestra región y en el mundo entero”, indicó Fernández.
A su vez, el mandatario reforzó que Vaca Muerta pasó de ser un sueño a una realidad efectiva que permite demostrar el éxito notable de su desarrollo, poniendo en valor el “potencial energético del país”.
Asimismo, dijo que el yacimiento es “indudablemente la joya más valiosa dentro de un panorama lleno de oportunidades en el sector energético”. A propósito, mencionó que viene acumulando un desarrollo significativo para apoyar la transición energética.
“Se trata del segundo reservorio de gas no convencional y del cuarto de petróleo no convencional en el mundo” expresó el Presidente. En efecto, la calidad del recurso en relación al espesor de la roca madre o la presión del reservorio son elogiados a nivel internacional.
La apuesta del Estado Nacional sobre Vaca Muerta
La participación del presidente viene acompañada de la anterior reunión que mantuvo el ministro de Economía, Sergio Massa, hace tan solo unos días junto a varios representantes del rubro petrolero estadounidense.
El Gobierno nacional demuestra un particular interés en que empresas norteamericanas inviertan en Vaca Muerta por distintos motivos. El primero de ellos es económico, en tiempos de dependencia financiera, Argentina necesita acumular reservas y atraer divisas. Además, pretende multiplicar su producción para engrosar las exportaciones ya que la balanza comercial energética es actualmente deficitaria.
Sin embargo, desde el último mandato de Cristina Fernández de Kirchner, el Estado Nacional viene realizando una fuerte apuesta en Vaca Muerta y fortaleciendo una sociedad comercial y geopolítica con Estados Unidos.
Desde la nacionalización de YPF en 2012 hasta el resistido acuerdo con Chevron en 2014, Argentina busca adquirir escala en la producción hidrocarburífera. Mientras resigna capacidades propias, apela al conocimiento estratégico estadounidense para lograrlo. Es decir, afianzar un lazo ya existente a partir de la asociación con YPF.
“La inversión es notable: 32.000 millones de dólares en diez años”, destacó el presidente durante su exposición. En ese período, el costo de extracción bajó de 93 dólares el barril de petróleo a poco más de 7 dólares.
Esto ha representado el 40% de la producción total de hidrocarburos en el país. En definitiva, el gobierno nacional apuesta por avanzar en el plano de la eficiencia y el de la reducción de costos.
“Seguridad energética” en la disputa geopolítica
El gobierno apuesta así a difundir las oportunidades de inversión en Argentina en un marco general en el que el mercado energético internacional evidencia dificultades y faltantes como consecuencia de la guerra en Ucrania. El conflicto “puso a la energía al tope de la agenda global de preocupaciones”, planteó el presidente.
Rusia, uno de los mayores proveedores de gas del mundo, fue castigada por las sanciones económicas que le impusieron Estados Unidos y la Unión Europea, lo cual desestabilizó el cuadro general. “El mundo está en medio de dificultades energéticas severas y en la Argentina está parte de la solución”, destacó el mandatario.
De hecho, destacó el potencial argentino para convertirse en exportador estable de energía durante su discurso en la propia Asamblea General de las Naciones Unidas, celebrada el pasado miércoles en Nueva York.
Allí indicó que el país cuenta con grandes reservas de litio y una gran capacidad para el desarrollo de energía solar y eólica, por el desafío de la transición energética. Lo mismo conversó junto al presidente francés, Emmanuel Macron y el español, Pedro Sánchez, en el marco de la gira en reuniones privadas.
Lo cierto es que hay un interés geoestratégico del Departamento de Estado estadounidense en fortalecer la sociedad comercial con Argentina. Evidentemente, la situación está atravesada por la disputa por el orden mundial. La Casa Blanca advierte que los principales actores del multipolarismo (China, Rusia e India) vienen fortaleciendo vínculos con Argentina.
Sin ánimos de perder influencia, el embajador estadounidense en nuestro país, Marc Stanley, y la comandante del Comando Sur, Laura Richardson, han mantenido reuniones con altos funcionarios del gobierno nacional, como la vicepresidenta, pero también con referentes del mundo sindical.
Si el asunto energético profundizó el enfrentamiento geopolítico, Vaca Muerta expresa un espacio de disputa donde se pueden fortalecer los intereses nacionales o bien ceder soberanía.