En julio de 2005, María Elena Gómez salió con su pareja a Buenos Aires y él la asesinó a puñaladas. Diez años después, su hija Mara Ávila realizó el documental Femicidio. Un caso, múltiples luchas. En ese marco, el mismo aborda el duelo y la lucha que atraviesan les hijes de las víctimas de la violencia de género.
“La película fue una forma de encontrarle sentido a mi vida”
En diálogo con Nota al Pie, Ávila aseguró: “En realidad lo que yo tenía era una gran depresión y la película fue una forma de encontrarle sentido a mi vida”. La soledad, el tiempo que lleva hacer un duelo y el dolor frente a una muerte por homicidio son algunos de los planteos que realiza esta producción.
En ese sentido, el documental recorre el después de una familia que debe enfrentarse a un femicidio, aunque cabe mencionar que en el año 2005 dicha figura no existía. En los medios se hablaba de homicidio y catalogaban a la violencia como “crimen pasional”.
En palabras de Ávila, la película “habla mucho del duelo, tema que me parece bastante vigente por las muertes que se han sumado durante la pandemia”. En este sentido, agregó que “compartir lo que a uno le pasó para que sirva es la motivación de esa película”.
Sobre el camino de “Femicidio. Un caso, múltiples luchas”
Durante 88 minutos, se pueden ver y oír los testimonio de familiares y amigues de su madre. En él, los mismos reconstruyen la historia de la mujer y cuentan cómo hay “un antes y después” en un grupo familiar en el que se sufre un femicidio.
Ávila relata que el documental surgió en marzo de 2014, mientras cursaba la carrera de comunicación en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Así, en búsqueda de algo que la motivara, dejó atrás su investigación sobre la toma de la facultad y decidió cambiar el tema.
“Ahí retomé todo lo que tenía del marco teórico y empecé a analizar los discursos sobre lo que había pasado con mi mamá”, explicó la productora. Asimismo, contó que luego el proyecto fue creciendo hasta convertirse en un documental. Tiempo después realizó un taller de guión y aplicó al Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCA) donde obtuvo un subsidio para realizar la producción.
El documental se puede ver de manera gratuita en la plataforma Cine.ar. Además del guión y producción de Mara Ávila, cuenta con la dirección de fotografía de Melina Terribili; dirección de sonido de Lucho Corti; música de Luciana Foglio, Cecilia Grammatico y Manuela Aguirre; montaje de Marisa Montes y producción ejecutiva de Carolina Reynoso.
La historia de María Elena Gómez
La madrugada del 19 de julio de 2005, María Elena Gómez, una mujer de 53 años, fue hallada sin vida en el interior de un automóvil estacionado en el barrio de Puerto Madero. Mariela, como le decían familiares y amigas, era profesora de inglés y residía con su hija, Mara, en un departamento de la Capital Federal.
La víctima, que se había separado años atrás de su marido, mantenía desde hacía poco tiempo una relación sentimental con Ernesto Jorge Narcisi, quien en pocas horas fue descubierto como el responsable del asesinato.
Todavía no existía la figura de femicidio, por lo que el femicidio de María Elena Gómez fue caratulado de homicidio simple y se condenó a su responsable a una pena de 9 años, que luego fue reducida a 8.
El caso de Mariela y la pérdida de Mara reflejan la situación de miles de niñes desde el 2005 hasta la actualidad. En este sentido, Ávila asegura que tras ver el documental le escriben por redes sociales para agradecerle o contarle sus experiencias.
Dentro de quienes se comunican con ella se encuentran “algunas mujeres que sufrieron violencia de género y también algunos hijos e hijas que sus madres fueron víctimas”.
Leyes que no bastan y femicidios que no cesan
Según el Observatorio Lucía Pérez, que aborda la violencia patriarcal, en lo que va del 2022 ocurrieron 233 femicidios. A su vez, 181 menores quedaron huérfanes y se contabilizaron 279 movilizaciones exigiendo justicia.
El 14 de noviembre del año 2012 se sancionó en nuestro país la Ley 26.791, modificatoria del Código Penal Argentino. De esta manera, se incorporó la figura de “femicidio” como agravante del delito de homicidio. En ese sentido, dicha normativa incorpora el agravante a quien matare “a una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de género”.
En relación a los cambios desde el 2005 hasta la actualidad, Ávila no ve los avances suficientes. Si bien reconoce que se habla del tema y los logros de los feminismos, aseguró que “en términos de números de la violencia no veo demasiados cambios”.
Dentro de los cambios positivos destaca poner el tema en debate. “Me parece un logro que se haya podido hablar en mi familia, creo que es lo que necesitamos en general con todos los temas tabú”, expresó.
Sobre la implementación de la Ley Brisa
Otro de los temas que menciona el documental es la Ley 27.452, conocida como Ley Brisa. Esta norma reconoce el derecho a cobrar una suma mensual y a tener cobertura de salud. Les menores de 21 años, cuya madre murió a causa de violencia de género, tienen derecho a recibir dicha reparación económica.
Al respecto Ávila señaló que “falta mucho porque son un montón de chiquitos y chiquitas que quedan al cuidado de los abuelos que muchas veces no tienen los recursos para ocuparse de ellos”. También habló de la burocracia y falta del estado: “Necesitan contención, asesoramiento legal y que sea menos burocrático el acceso a la ley brisa”.
Salud mental y el apoyo a las producciones nacionales
En estos momentos, Ávila se encuentra trabajando en un nuevo proyecto que grabó en el contexto de encierro por el coronavirus. El documental reflexiona sobre el cuerpo y la salud mental durante la pandemia.
En paralelo, hablo del recorte a los subsidios para solventar las producciones nacionales. “En estos días está en juego el fondo de fomento que apoya al cine, la música, el teatro”, concluyó.
Esta semana se conocerá la decisión de la Cámara de Senadores acerca del proyecto de ley que busca prorrogar a 50 años la caducidad de las asignaciones destinadas a impulsar la música, la danza, el teatro, las bibliotecas populares, medios de comunicación comunitarios y el cine nacional.