El pasado martes 20 de septiembre el Luna Park se vistió de fiesta. El estadio ubicado en pleno centro porteño recibió a la banda de rock Las Pastillas del Abuelo (LPDA). Fue una noche que combinó clásicos, nuevos temas y sobre todo, mucha fiesta.
Los músicos argentinos celebran sus 20 años en la industria, y lo festejan con distintos recitales, todos caen en días 20. En septiembre le tocó al Luna Park.
Antes de verlos en el Festival Capital de La Plata, Nota al Pie asistió al show y te da cuatro razones por las que ver a Las Pastillas vale la pena.
1: “Por supuesto, la 20 que explota”
“Otra vuelta de tuerca” es un clásico de Las Pastillas del Abuelo. En un verso de la canción nombra a La 20, refiriéndose a sus fans más comprometides, les que les siguen a todos lados.
Obvio que La 20 estaba en el Luna Park. No solo elles, sino miles de personas que se acercaron para celebrar el cumpleaños de Las Pastillas. Les había de todas las edades: padres con hijes jóvenes; familias con niñes de 4 o 5 años; adolescentes… La lista unía a un crisol de personas, ya que en 20 años la banda cosechó miles de seguidores en todo el país.
Al comenzar el show les espectadores cantaron; saltaron; poguearon; gritaron y bailaron. En el Luna Park no cabía ni un alfiler. Tal es así que al promediar el show, el Piti Fernández, cantante del grupo, le cedió por unas líneas el micrófono a una mujer del público.
Les asistentes al espectáculo también cantaron el feliz cumpleaños. Pero en un momento para elles, gritaron a todo pulmón: “Yo soy pastillero; es un sentimiento; no puedo parar”.
2: Los clásicos
Con 20 años de música y 10 discos, Las Pastillas del Abuelo tiene una gran discografía en su haber. En el Luna Park cantaron de todo, desde temas de su primer álbum (Por Colectora), hasta canciones del último (2020).
Arrancaron con dos temas del 2015: “La creatividad” y “Rompecabezas de amor”. Luego les siguió “Cerveza”, un clásico de su primer disco que asegura que “Siempre se volverá al primer amor”.
Seguramente muches de sus fans volvieron esa noche al primer amor, al escuchar otros clásicos como: “Tantas Escaleras”, “Viejo”, “Otra vuelta de tuerca” y “Calipso”; en la que el Piti se quejó de que “está cada vez más caro el churro”.
No faltó el mix de su tema “Enano” con “La Parabellum del Buen Psicópata”, de Los Redondos. Tampoco canciones como “Dónde esconder tantas manos” e “Historias”; entre otras.
3: “La pelota siempre al 10”
Así lo asegura el tema de LPDA “¿Qué es Dios?”, que sonó casi de forma obligada en el show del Luna Park. Diego Maradona falleció en 2020, pero esta canción data del 2008; la incluye el álbum Crisis.
Con los sentimientos a flor de piel y el mundial de Qatar a la vuelta de la esquina, el clásico se vivió con más profundidad. En todo el estadio, gente que había asistido con la camiseta argentina se la sacaba y la mantenía en alto. En sus espaldas se podía ver el número 10 y el apellido del astro del fútbol.
Acompañaron el tema fotos de Diego en las pantallas gigantes y una bandera que rezaba: “la pelota siempre al 10”. Al finalizar la canción, el público coreó: “Olé, olé, olé; Diego, Diego”.
4: Les invitades
¿Qué es un cumpleaños sin gente que acompañe en el festejo? Además del público masivo, el show de Las Pastillas en el Luna contó con la presencia de artistas invitades.
El pianista Nacho Abad; Cristian Iapolla (o el Titi de la banda Animal); la música Ro Sosa y Nicolás Ryske fueron algunes de quienes tocaron y cantaron temas junto a les integrantes de LPDA.
El broche de oro fue la presencia de Abel Pintos, que hizo explotar al estadio cuando se subió al escenario. Junto a la banda presentaron “Dulce”, la canción que realizaron en conjunto. Además tocaron “Pájaro Cantor”; un clásico del músico invitado. “Por el costado derecho se va la humildad”, lo despidió el Piti cuando Abel salió de la escena.
5: El after (o la razón de yapa)
El show finalizó alrededor de las 23:30. Luego de dos horas de espectáculo, las puertas del Luna se abrieron; y el público se dispersó por diferentes puntos de la Capital. La hora de la cena ya había pasado; y el hambre se hacía sentir.
A la misma vez pero en el Movistar Arena, Fito Paez celebró los 30 años de su clásico, El amor después del amor. Por eso, los caminos que salen desde CABA hacia el conurbano bonaerense estaban muy concurridos.
En la Autopista Buenos Aires La Plata, a la altura de Hudson, hay una estación de servicio cuya área de atención al público simula un cubo de cristal. En su interior, un manjar esperaba a les cansades y hambrientes; que habían salido de ambos shows una hora atrás.
Aproximadamente a la 1 de la madrugada, la estación estaba llena de gente que pedía hamburguesas; papas fritas; café; medialunas y alfajores. Se contaban lo que vivieron en ambos espectáculos: el festejo de Fito; y por supuesto, el cumpleaños número 20 de Las Pastillas del Abuelo.