El director de cine Federico Finkielstain visitó, la semana pasada, la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM), donde dictó una charla hacia la comunidad sobre sus primeros pasos en la profesión, sus géneros favoritos, anécdotas personales y más.
Dentro de su trayectoria profesional, dirigió La fiesta silenciosa y No te enamores de mí. Asimismo, fue guionista de esta última así como también de Palermo Hollywood. Finalmente, colaboró como co-director en Un amor en tiempo de selfies.
¿Cómo descubriste tu profesión?
Cuando era chico quería hacer películas antes de que sepa qué era hacer películas cine. Fui a un cumpleaños, en un lugar de comidas rápidas, y vi una proyección de 4 minutos de la película de Star Wars, de la cual soy muy fanático.
En ese entonces, quedé fascinado con esas escenas de las naves peleando, era como ir a un mundo mágico, que no existía. Un día, apareció el videocasette, que en ese momento era como algo nuevo, vi la película entera y eso me dejó con ganas de entender ese mundo.
Luego, me compraron un videocasette que se llamaba Making off: star wars y el imperio contraataca, en la cual mostraban cómo habían hecho Star Wars, cómo hacían para que las naves vuelen, para crear un mundo que no existe.
Ahí entendí qué era lo que me gustaba hacer, que había gente se dedicaba a eso profesionalmente, y se llamaban directores de cine. Desde ese momento, nunca pensé, ni vi la posibilidad de otra profesión.
¿Qué te pareció la Universidad Nacional de La Matanza?
El día que llegué a dar la charla en la UNLaM, Juan José Mangoles, quien me convocó, me hizo un tour por la universidad y la verdad quedé muy sorprendido y fascinado. No la conocía y me pareció increíble, impactante la infraestructura y cómo está todo armado, sobre todo la carrera audiovisual. Llena de gente joven que iba y venía, con mucho entusiasmo.
El Departamento Audiovisual es muy profesional, muy nuevo, lleno de tecnología, de elementos y equipamientos, para que realmente los estudiantes aprendan de verdad, que aprendan con los elementos técnicos que son necesarios. Me encantó que hay un clima adecuado para ese aprendizaje.
Paseé por los estudios, había 30 o 40 chicos viendo algo que habían grabado de un noticiero y haciendo el análisis, todos participaban. Lo más importante es que las clases estaban dadas en un estudio de televisión. Me sorprendió el clima y los elementos que tienen los alumnos.
¿Qué le recomendarías a una persona que quiere dedicarse a la dirección de cine?
Lo que le recomendaría a alguien que quiere dedicarse a la dirección de cine es que vaya directo a estudiar cine, a buscar las herramientas que lo van a llevar adelante a toda su carrera. Con lo que uno aprende se puede defender. Además, ver mucho cine, eso te empieza a formar el gusto, qué películas les gusta ver y qué otras hacer.
También, filmar mucho. Hoy por hoy, uno con el celular puede grabar, editar, y postear. El entrenamiento de filmar y que los demás vean lo que hacés es fundamental, hay que hacerlo sí o sí.
Después, formarse técnicamente buscando trabajos, participando de rodajes, y personalmente la dirección de cine implica dirección de actores también. Uno tiene que poder ponerse en lugar del actor para poder dirigir. Hay que entender el proceso del actor, por lo menos 1, 2 o 3 años de formación al actor, es muy importante.
¿Qué “requisitos” debe cumplir un director?
Para ser director uno tiene que creer fuerte en uno mismo y convencer al mundo de que sos una persona creativa y que lo que hacés está bueno. Es importante que no sea una persona cerrada, tímida, que la personalidad pueda salir para afuera, uno tiene que venderse a sí mismo. Hay que autodefinirse y sacar afuera la personalidad, eso va a hacer que los demás sigan esas ideas locas y digan “bueno, quiero hacer esta película con vos”.
¿Tuviste frustraciones durante tu carrera profesional?
Me frustré mil veces, y es parte de la profesión, chocarse con la pared, de eso uno aprende. La primera vez fue con Palermo Hollywood, la primera película que escribí como guionista, contratado para ser director. La gente que estaba involucrada, me impulsaba hasta el punto donde no sabía cómo manejarme.
Era frustrante saber que con una película no me había vuelto famoso, entonces empecé a escribir guiones, busqué otras maneras de trabajar de otras cosas dentro de lo mío para vivir y subsistir.
¿Cómo manejaste esa frustración?
La frustración la manejé rodeándome de gente o situaciones que me permitan volver a lo mío, cuando yo no filmaba sentía que era una persona fuera de la fiesta, había gente que presentaba películas en festivales, y yo estaba fuera de eso, eso era frustrante. Hay que decir: “Voy a buscar esa fiesta” y meterse a seguir involucrado.
¿De qué se tratará tu próximo estreno?
El próximo estreno se llama Side Project, un poco atípico para ser director argentino; es una película de terror y es novedosa porque habla en inglés. Trata de tres jóvenes que estudian en instituto tecnológico, y en el sótano descubren una máquina vieja de los 70, que es un radar que detecta fantasmas.
Usando este aparato, crean una app del celular para ver fantasmas. Obviamente se meten en problemas porque están en un terreno donde no se tendrían que haber metido.
Me gusta mucho el género, y elegí hacerla en inglés ya que el mundo está muy globalizado y sentí la necesidad de expandir los géneros y territorios que estaba trabajando.