En Xiamen, ciudad de China, se celebró un nuevo foro de los BRICS. Según confirmó el embajador argentino, la semana pasada Alberto Fernández solicitó a Xi Jinping, presidente del gigante asiático, una membresía para ingresar. “Una excelente alternativa de cooperación frente a un orden mundial que ha demostrado estar creado por y para el beneficio de unos pocos”, definió Sabino Vaca Narvaja.
¿BRICS+A?
BRICS es un bloque económico que integra a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, fundado en 2006 a partir de lo que se denominaba “países emergentes”. Estos países representan el 22% de la superficie continental, comprende el 42% de la población mundial y aportan un 50% al crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) global.
Como expresión de la cooperación del Sur Global, los BRICS se plantean como un espacio económico alternativo. De la vereda de enfrente se encuentran formaciones como el G7; el FMI y el Banco Mundial, cuyo centro gravita sobre el Mar Atlántico.
El ingreso de Argentina a los BRICS fue uno de los objetivos que se propuso el Gobierno nacional conducido por Alberto Fernández. Si bien durante el último mandato de Cristina Fernández de Kirchner se había trabajado esa posibilidad, nunca había prosperado.
En la antesala de la cumbre del espacio en Fortaleza (Brasil) en 2014, cuando se rumoreaba el ingreso argentino, los industriales brasileños se opusieron. La entonces presidenta, Dilma Roussef, no los desafió.
Sin embargo, el ex diplomático brasileño, Célso Amorim, apoyó en los últimos meses la adhesión argentina. Amorim argumentó que fortalecería al Mercosur y la integración sudamericana en su conjunto. Argentina ya venía trazando un recorrido de acuerdos a partir de la confianza política que depositaron Rusia y China.
De todos modos, el quiebre fue la legitimación de parte de India, el tercer socio más potente del grupo. En una reunión bilateral el pasado 26 de agosto, el Canciller de la India ratificó el apoyo de su país para que Argentina se incorpore al BRICS.
El rol estratégico de Argentina
La carta enviada a Xi Jinping, quien ocupa la Presidencia Pro Témpore del Espacio, llega en un momento geopolítico particular. La invasión rusa a Ucrania y el conflicto por Taiwán tan solo aceleraron el despliegue de un escenario que ya venía desarrollándose: el desplazamiento geopolítico del Atlántico hacia Eurasia.
Otro factor clave es el declive relativo de Estados Unidos en el orden mundial. Este contexto ha generado las condiciones para que el espacio Multipolar, integrado por las naciones del Sur Global, se abra paso.
La crisis energética y alimentaria que azota al planeta entero se agudizó a partir del conflicto bélico en Ucrania entre la OTAN y Rusia. La desconexión energética con Europa ha traído costosísimas consecuencias económicas para los países nucleados en el G7; y el bloqueo del Puerto de Odessa impacta en el comercio de granos a escala global.
No obstante, las articulaciones de carácter geopolítico y geoestratégico entre diferentes espacios del Multipolarismo han neutralizado esas consecuencias para Oriente.
Esto demuestra que el bloque Multipolar se fortalece a partir de su expansión; al margen de la ofensiva del Unipolarismo financiero angloamericano, que golpea desde lo económico y lo financiero. Por otro lado, certifica que la seguridad alimentaria y energética son un factor de relevancia estratégica para los asuntos mundiales.
Argentina tiene un rol doble y esencial. Primero, como una de las principales proveedoras de alimentos en el planeta, y luego como una potencial exportadora de energías de distintas clases.
El Gobierno nacional, en la disputa geopolítica
El ingreso argentino al bloque expresa una esperanza nacional en el plano financiero. Especialmente, considerando el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que compromete su soberanía económica. La posición de miembro del espacio le permitiría al Estado argentino acceder a créditos para financiar importantes proyectos de infraestructura, fortaleciendo un perfil de trabajo y producción
Estados Unidos es el principal responsable del crédito Stand By otorgado en 2018 y de la coordinación financiera por el actual de Facilidades Extendidas. Hasta la asunción del actual ministro de Economía Sergio Massa, la estrategia norteamericana se basó en asfixiar financieramente al gobierno nacional. De este modo, se reforzaron los compromisos acordados con el FMI.
A su vez, se denegaron por razones políticas créditos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), conducido por Maurice Claver-Carone, el primer estadounidense en presidir ese banco. Sin embargo, el Departamento de Estado flexibilizó sus posiciones con la llegada de Massa, y varios financiamientos se destrabaron.
En el marco de un claro enfrentamiento geopolítico por el orden mundial, los BRICS expresan una clara oportunidad para Argentina.
El 30% de las exportaciones nacionales tienen destino en ese marco y a la vez proveen el 43% de las importaciones. Vaca Narvaja destaca, de forma recurrente, la complementariedad de las economías. Así como también pone como ejes fundamentales de la cooperación, la transferencia tecnológica y los abundantes recursos naturales.
Por su parte, Alberto Fernández profundiza su planteo de lograr una nueva “arquitectura financiera mundial”; una orientada al bienestar que la humanidad reclama.