La deforestación avanza cada vez más en el Amazonas, el principal pulmón verde del planeta. Junto a esto, los incendios intencionales buscan ganarle espacio a las actividades agropecuarias. Estudios científicos afirman que perdió el 30% de su capacidad de absorción de CO2. Según se estima, incluso no solo podría dejar de absorberlo, sino que podría pasar a ser un emisor de este gas de efecto invernadero; uno de los responsables de la crisis climática que afecta al mundo. En el Día de la Amazonia analizamos una situación crítica.
Datos satelitales emitidos por la Agencia Espacial Brasileña, informaron que en el mes de abril se registró una deforestación récord. Se calcula que la superficie talada asciende a unos 1.000 km2, equivalente a casi 140 mil canchas de fútbol. Este valor duplica lo registrado en 2021. Lo que hace más llamativo el hecho, es que abril es el último mes de la temporada lluviosa, caracterizada por las bajas deforestaciones.
Todas las acusaciones señalan al presidente Jair Bolsonaro como el responsable de esta situación. Desde su asunción en el gobierno, la tasa de deforestación anual promedio aumentó más del 75% en la región de la Amazonia brasileña.
La región selvática conocida como Amazonia abarca un extenso territorio comprendido por nueve países. Además de Brasil, la integran Guyana, Venezuela, Bolivia, Guyana Francesa, Colombia, Perú, Surinam y Ecuador. Se calcula que allí habita un 10% de biodiversidad; desde una anaconda de 4 metros de largo hasta una pequeña araña. Se han registrado unas 40.000 especies de plantas y animales; entre ellas, unas 2500 variedades de peces.
El pulmón verde en llamas
Los incendios forestales intencionales son cada vez más frecuentes. Rondonia, un estado ubicado al norte de la Amazonia es uno de los más perjudicados. Desde hace 12 años que no se registran estos niveles de fuego para el mes de agosto. En lo que va del año, se quemaron un 18% más de viviendas que en agosto de 2021.
La zona más afectada es conocida como Amacro, un acrónimo de los estados Amazonas, Acre y Rondonia. Esta región, del tamaño de España, se encuentra dentro del proyecto de Zona de Desarrollo Sostenible; lanzado en 2021 con la aprobación del presidente.
Según denuncia Greenpeace, este proyecto busca estimular la producción agrícola en donde viven 1,8 millones de personas; generando una “nueva frontera de la deforestación”. En ese sentido, se calcula que el 40% de los incendios identificados durante este año se localizan en dicha región.
El humo se apodera del paisaje, y donde había grandes árboles frondosos ahora hay un suelo arrasado. Quienes habitan la capital del estado de Rondonia, Porto Velho, agosto ha sido trágico. “Tengo la impresión de que hubo tres veces más humo que el año pasado. Es dañino, sobre todo para los niños que tienen problemas respiratorios”; contó Francisco Alan Ferreira da Silva, un conductor de 33 años, a la AFP.
Por su parte, Joyce Milena, una ayudante administrativa de 24 años, explicó: “Es horrible. En la mañana hay una niebla enorme, el sol está todo rojo y hace mucho calor. Y cuando abres la ventana, puedes ver partículas de ceniza entrando en la habitación”.
La “fábrica de lluvia” en peligro
Sólo en la primera mitad de 2022, se taló el equivalente a un área cinco veces mayor que Nueva York. Es la más alta tasa de deforestación desde 2016. No se trata solo de talar árboles, sino que esto atenta contra una fuente de agua dulce y de oxígeno, vitales para la vida. Alrededor del 15% de la descarga fluvial total a los océanos del planeta es originada por ríos que recorren dicha región.
Les científiques señalan que se está destruyendo la “fábrica de lluvia”, como lo define la investigadora Luciana Gatti, del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE). Se debe a que este bioma regula el clima de Sudamérica, teniendo influencia en el régimen de precipitaciones de la región. La selva arroja a la atmósfera una cantidad de agua similar a la que envía al mar a diario. Los árboles absorben agua del suelo y lo liberan a la atmósfera en forma de vapor, que termina ocasionando la lluvia.
Día de la Mujer Indígena
En homenaje a Bartolina Sisa, quien defendió a su pueblo aymara de los españoles, se conmemora el Día de la Mujer Indígena. Por haber sido ejecutada el 5 de septiembre de 1782. Junto a su pareja, Túpac Katari, organizaron la defensa de su pueblo.
En el II Encuentro de Organizaciones y Movimientos de América, realizado en Tiahuanacu, Bolivia, en 1983, se determinó que el 5 de septiembre sea un día para reivindicar su figura; como símbolo de la lucha de las mujeres indígenas frente a todo tipo de opresión.
Cada 5 de septiembre se visibilizan la lucha de las mujeres indígenas por el reconocimiento a sus pueblos y la garantía del cumplimiento de sus derechos.