El trío de música urbana Loto, oriundo de Buenos Aires, se presentará el próximo sábado 10 de septiembre en Ladran Sancho, ubicado en Guardia Vieja 3811, CABA. Allí, presentarán su último trabajo “Chica del Barrio Chino”, con la participación de La Charo.
Ada, Nahiel Dornell y Jaz Levitán son les integrantes de una fusión que transgrede el ambiente musical, tanto con sus melodías como con su representación en el escenario. Autodefinides como una “fusión híbrida musical”, les artistas se encuentran incursionando en un género que promete mezclar diversos ritmos.
Como refiere Nahiel, acordeonista, el significado del nombre de la banda surgió de la simple sonoridad de la palabra. Además, por su significado, ya que “es una flor muy hermosa que crece en terrenos pantanosos y desde el barro; lo cual es muy específico y poético”. “También remite a un símbolo de belleza en ciertas culturas orientales” agregó.
Aunque su estilo musical invita a salir de la pista a bailar, la historia y el surgimiento de la banda va más allá del género Queer.
Cabe destacar que el show del sábado 10 de septiembre, estará compartido con Agustine Cumbia y Clau Terra. Asimismo, comenzará la grabación y producción del primer álbum, con producción de Chezco Beats, el actual productor musical de la banda.
Nota al Pie dialogó con Ada, integrante del trío, quien contó cómo surgió la banda, su encasillamiento en el ambiente y la aceptación del público de la noche porteña.
¿Cuál es el estilo en el que encasillamos a Loto?
Es una banda bastante Queer, en el sentido de encasillar un género. Creo que hay sonoridades muy interesantes, que tienen que ver más con algo más híbrido o una fusión de estilos. Por un lado, enmarca lo que hoy en día se llama música urbana, ritmos como el reggaetón o la cumbia, y electrónica.
Es una banda muy Queer en sus integrantes y también en la manera que tienen de abordar los estilos musicales dentro de esto súper amplio, que es lo que hoy se llama músico urbano. Yo creo que, si hay algo que caracteriza a la música urbana, es una relación con una sonoridad que está dada por la computadora.
Creo que lo interesante de esta banda es que va más allá de lo simple, la sonoridad y la producción musical, que es lo que abunda en la música urbana. Aparecen otros estilos. Aparece el acordeón, con toda la historia que tiene el instrumento. Aparece la guitarra flamenca. Aparece la posibilidad de expandir sonoramente desde lugares más mixtos en la sonoridad de la música urbana.
¿Cómo fue el debut en el centro cultural Otra Historia?
Fue nuestro debut en vivo. Loto es una banda que surgió en pandemia, con todo lo que eso conlleva para nosotres les musiques. Tener que hacer ensayos virtuales, pasar grabaciones, grabar en un lado, ensayar en otro, que se caigan los ensayos por COVID. Fue un proceso muy largo el cual recién este año, realmente pudimos empezar a ensayar como banda, encontrarnos y apareció esta cuestión de la presencia del vivo.
Creo que esta fecha en Otra Historia, por ser la primera, fue muy linda. Era un espacio grande, tiene características para que puedan ir a ver más de 100 personas. Entonces, creo que la experiencia fue muy linda, en ese sentido porque fue en vivo. Ahora es presencial y tenemos que volcarnos a una manera que no estábamos acostumbrades.
Hay algo que caracteriza al otro para mí, que tiene que ver con ser, al mismo tiempo, una banda de música urbana bailable, pero con instrumentos acústicos, con muchos detalles en los arreglos de las voces. La recepción que tuvimos con el público fue muy buena, la gente estuvo agitando y hasta algunos ya cantando nuestras canciones que ya están en YouTube.
¿Cómo fue salir a la luz, tanto con el género como con la música?
En relación al género o lo transgénero, por ejemplo, la banda la hicimos tres integrantes trans y eso es un montón dentro de una banda. O sea, de las cinco personas, tres somos trans.
A un poeta muy conocido, una poeta marica, que se llama Néstor Perlongher, le decían: “¿Usted hace poesía marica, poesía homosexual?”, y él respondía: “No, la poesía es universal, mi poesía no habla solamente de mi identidad de género”.
Sin embargo, hay algo en esta noción que está en la sonoridad de Loto, que tiene que ver con lo híbrido, con salir de los entornos más duros y permitir fusionar aquello de lo que no está, quizás convencionalmente permitido; hay una transgresión, pero también hay una transformación, la banda es como una transmigración a nivel sonora y eso es muy importante.
Habla un poco también, de lo que son los procesos relacionados con la identidad de género, con la sexualidad, etcétera. Yo creo que Loto tiene un poco esa imagen, de banda Queer, de banda LGBTQI+; pero no solamente desde una perspectiva de “hacen música lgtb”, sino que, en lo sonoro, en las canciones, en el pensamiento, en la creación y en el toque.
Hay una idea de transmigrar, de transgredir, pero no la transgresión como una ruptura sino, como una búsqueda a una transformación y de nuevas sonoridades. Eso mismo me encanta de la banda porque hay elementos hasta del chamamé con reggaetón. Por esto se arma una relación con lo híbrido que, a nivel sonoro, se nota.
¿Por qué el público debería escuchar a Loto?
Tenés que venir a ver en vivo y escucharnos primero. Segundo, porque la banda tiene mucha gente bella con mucha onda en el escenario. Nuestros temas son divertidos y bailables.
Hoy en día, Loto permite que vayas vos de 25 años y lleves a tu papá, que le gusta el rock o que le gusta el folclore y que encuentre todo el tiempo sonoridades que parecen muy distintas vistas.