Tras obras de puesta en valor y ampliación, el Municipio bonaerense de Almirante Brown llevará a cabo la reapertura de la Casa Borges el próximo domingo 28 de agosto.
La vivienda, que fue recuperada para ser convertida en un espacio museístico sobre la vida y obra del escritor, se encuentra ubicada en Diagonal Brown 301, en la localidad de Adrogué. Será el escenario de un recorrido para pensar y entender cómo ese pueblo suburbano influyó en su obra.
Quienes pasen por la antigua vivienda del escritor de El Aleph, además de contemplar distintos murales, tendrán la oportunidad de experimentar una intervención artística realizada con enciclopedias a las que Jorge Luis Borges definió como “selva de selvas”.
La casa de Borges
La vivienda del escritor es un chalé de tipo californiano que asoma detrás de unas rejas clásicas. Ubicada frente a la plaza principal, en la entrada, sobre una pared blanca se lee “Borges”.
La inscripción recuerda su firma, en cursiva y con una imperiosa necesidad de contar a primera vista que allí se empezó a gestar su obsesión por los laberintos y espejos; su pasión por el ajedrez y sus mejores recuerdos de la infancia.
La madre de Borges, Leonor Acevedo, adquirió el lugar en los años 40, pensando en vivir allí junto a su hija Nora; y en la donde su hijo pasó muchos veranos. Tiempo después, la vivienda se vendió a un marino que solía recibirlo y le permitía ingresar a lo que fue su antiguo cuarto las veces que volvía a Adrogué.
Antes de obtener el chalé y durante la niñez de Borges, la familia alquilaba en los veranos la quinta La Rosalinda, para, más tarde, alojarse en el Hotel La Delicia, del que sólo queda una estatua de Diana Cazadora.
En 2011, el Municipio de Almirante Brown compró la propiedad y tres años después se inauguró el espacio. Su puesta en valor forma parte de un programa que contempla la recuperación y ampliación de edificios históricos y patrimoniales. Recientemente terminada su remodelación, la Casa Borges se encuentra lista para su reinauguración este 28 de agosto, en el marco del aniversario del nacimiento del escritor, el día 24.
¿Qué encontrar en la Casa Borges?
El museo cuenta con un recorrido visual en donde figura una línea de tiempo con fotos del escritor. Entre ellas, hay obras de Sara Facio y Julie Méndez Ezcurra; que cuentan desde los muros la relación entre Borges y la ciudad de Adrogué como, por ejemplo, la gigantografía de Borges junto a Diana Cazadora.
“La Casa Borges es la única casa en el mundo que habiendo sido habitada por el escritor abrió sus puertas a la comunidad”, explicó a Télam Sandra Agis, la directora de Patrimonio Cultural del Municipio de Almirante Brown.
A su vez, aseguró que “la gente queda impactada”; y detalló: “Hay una habitación, una sala audiovisual, donde uno puede sentarse y ver el video institucional de la casa y hay una biblioteca con libros donados por la Fundación Internacional Jorge Luis Borges, la Biblioteca Nacional Mariano Moreno y por María Kodama”.
Asimismo, Agis subrayó que en la biblioteca de la casa hay una computadora que conecta con el Borges Center de la Universidad de Pittsburgh.
Actividades
Por la parte del exterior, tanto en el frente como en el patio de la casa, les visitantes verán una estatua de Borges y cuatro murales pintados por artistas plástiques. En el lugar se presentarán narradores que recorrerán el patio, donde habrá música, danzas gauchescas y tangos.
Además, el día de la inauguración se llevará a cabo la apertura de una galería que busca potenciar la visibilización del museo donde se exhibirán muestras artísticas. Se prevé que el Instituto de la Cultura de la provincia de Buenos Aires coloque una placa, que también estará escrita en Braille.
“En cualquier parte del mundo en que me encuentre cuando siento el olor de los eucaliptos, estoy en Adrogué. Adrogué era eso: un largo laberinto tranquilo de calles arboladas, de verjas y de quintas; un laberinto de vastas noches quietas. De algún modo yo siempre estuve aquí, siempre estoy aquí. Los lugares se llevan, los lugares están en uno. Sigo entre los eucaliptos y en el laberinto, el lugar en que uno puede perderse”, contó Borges en 1977 en “Adrogué en mis libros”. Brindó esa conferencia en Burzaco, mientras evocaba el recuerdo del lugar al que sintió pertenecer y al cual volvía siempre.