Siempre resulta tentador ver una pieza teatral que cuenta con la dirección de Ciro Zorzoli. Ya que la platea desconoce si esta vez su propuesta es meramente original o un re estreno, pero si algo es seguro que se verá una buena conducción del elenco. El método Grönholm volvió a las tablas del teatro nacional tras 18 años de su estreno en España y su llegada al teatro de Buenos Aires en el 2006.
Esta vez la historia que también dio el salto al cine con ocho protagonistas por el año 2008, se estrenó el pasado 12 de agosto con un elenco formado por Julián Cabrera, Laurita Fernández, Rafael Ferro y Benjamín Vicuña. Las funciones de esta divertida comedia que muestra la hipocresía social, son de miércoles a domingo en el Paseo La Plaza, Corrientes 1660, CABA.
Esta singular dramaturgia del catalán Jordi Galcerán, nace de una historia real. Ya que el escritor leyó una noticia donde un periodista narraba que en un tacho de basura de una oficina encontró de casualidad los curriculums tirados de unas aspirantes a cajera de un supermercado. Y lo que le llamó la atención, eran las impresiones marcadas en ellos por el encargado del personal.
Donde se señala más el aspecto físico y la actitud, que la capacidad de las candidatas, frases como “ésta no, por gorda”, “apesta”, “no sabe ni dar la mano”, etcétera. Y al autor se apasionó en este juego que se da en las entrevistas de trabajo, donde el aspirante trata de mostrar lo mejor de sí o simularlo, y el entrevistador de descubrir las cualidades del candidato. Desde esa premisa escribió esta obra donde varios aspirantes a un puesto en una moderna empresa multinacional se someten a un método revolucionario de selección.
El minimalismo de la escenografía creada por Cecilia Zuvialde, suma ese aire de estar frente a un grupo de terapia grupal. Y además facilita que la atención se focalice en los actores y sus personajes. Tres hombres y una mujer dispuestos a todo por conseguir su lugar en esta multinacional. Más allá que es una sala muy amplia y moderna, en un principio llama mucho la atención porque encierra pasadizos en sus paredes móviles por donde van entregando elementos a los aspirantes. Pero este recurso va perdiendo sorpresa a medida que avanza la trama.
Un reparto de lujo y con buenas actuaciones
En esta vuelta a las tablas, “El método Grönholm” cuenta con un heterogéneo reparto. Ya que algunos son del ambiente comercial como Laurita Fernández, Rafael Ferro y Benjamín Vicuña. Más Julián Cabrera que es un actor muy conocido en la escena off del teatro porteño. Su trabajo esta vez es prolijo, logra buena química con el grupo y se luce en los pequeños momentos dramáticos de la pieza.
Vicuña es quien logra un papel muy destacable, una interpretación que suma mucha entrega física y simpatía. Y quien además es festejado por la platea femenina en cada una de sus intervenciones. Fernández se la ve muy natural, su papel es desafiante como la más audaz del grupo. Y Ferro tiene un inicio apabullante con su personaje, que va adquiriendo equilibrio según avanza la trama.
No es para menos, porque la llevadera trama, más allá que subraya la hipocresía reinante en la sociedad, más la competencia laboral y la frialdad de los nuevos métodos de selección de trabajo de los últimos tiempos. Está armada con mucho humor, ya que sus diálogos son bastantes ácidos, disparatados e inteligentes. Una pieza teatral mucho más disfrutable que su versión cinematográfica.
Y es justamente este humor reinante desde el inicio lo que ha logrado que esta obra sea un éxito internacional, y vuelve a escena luego de casi dos décadas de su estreno. No es una pieza emocional, ni muy reflexiva, pero de seguro entretiene de principio a final. Más información y las entradas a las funciones, se pueden adquirir ingresando a: https://www.paseolaplaza.com.ar/elmetodogronholm